L'Hospitalet teme ser el nuevo destino de los narcopisos del Raval

En poco más de un año, dos macrorredadas han intentado decapitar el tráfico de drogas en el Raval de Barcelona desmantelando los principales narcopisos de la zona, uno de los principales focos de la delincuencia y la violencia que ésta conlleva. En ocasiones, tras estos operativos, la venta de la droga se desplaza a nuevos lugares. L'Hospitalet de Llobregat teme, ahora, que el municipio vecino sea el nuevo destino de los narcopisos. 

El regidor de Seguridad de la segunda ciudad de Cataluña, Pepe Castro, reconoce a Metrópoli Abierta que existe una "preocupación" por ver si el fenómeno de estos pisos, usados para vender y comprar droga, se "propaga" por la ciudad. "Estamos atentos, de momento no no hemos detectado ningún narcopiso. Eso no quiere decir que en algún piso se pueda vender marihuana" señala Castro, que pone en valor la coordinación policial con Barcelona desde Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana.

 A pesar de que al consistorio no le consta la existencia de narcopisos en la ciudad, fuentes no oficiales de los Mossos d'Esquadra señalan que algún narcopiso podría haber recalado ya en el municipio. "Es un fenómeno que se podría reproducir perfectamente, estamos a dos pasos de Barcelona", asegura el regidor.

FUTUROS AGENTES

El edil del PSC reconoce que "si continúa la presión, es evidente que alguna cosa puede venir". Con tal de evitar este escenario, el Ayuntamiento ha puesto "medios" como la incorporación en los últimos meses de 23 agentes y los 41 nuevos aspirantes a agentes de la Guardia Urbana que este otoño empezaron su formación en la Escuela de Policía de Cataluña.

Operación policial contra los narcopisos en el Raval. 

El pasado noviembre, la alcaldesa Núria Marín pidió al consejero de Interior, Miquel Buch, 50 mossos más para reforzar los 277 existentes. La Guardia Urbana cuenta con 392 efectivos. El Ayuntamiento tiene el reto de reforzar la plantilla mientras numerosos agentes de 60 años se acogen, actualmente, a la jubilación anticipada.

Daniel Giménez, presidente de la Asociación de Vecinos Publillas, apunta, por comentarios de los vecinos, que la venta de droga se reduce al menudeo en algunos bares, en la calle y algún piso. En el pasado, las sustancias se vendían en algunos locutorios.

UN 9,2% MÁS DE DELITOS

Como ha ocurrido en Barcelona y algunas ciudades del área metropolitana, la delincuencia también ha crecido en l'Hospitalet, concretamente, un 9,2% en 2019 respecto a 2018. Las detenciones subieron un 10,7%. Las estafas por internet, los robos en domicilios y los robos con violencia son los que más se repiten. 

Bloques de viviendas en Bellvitge (Hospitalet de Llobregat).

Para Castro, la crisis económica y el consumo de drogas ayudan a entender el repunte de la delincuencia. "Mucha gente consume y necesita pagar su dosis", explica. Los delitos contra la salud han aumentado, así como las detenciones que los rodean. El regidor subraya que hay personas de fuera del municipio que se desplazan a la ciudad y cometen delitos. 

TRAPICHEO

En Hospitalet no operan organizaciones criminales y el tráfico de drogas se reduce al trapicheo, la venda de pequeñas cantidades. Castro destaca la operación de este verano entre urbana y mossos en la que se desarticuló una banda que vendía marihuana.

Según el regidor, la ciudad no es un buen sitio para acoger plantaciones ilegales de cannabis debido a la alta densidad de población y edificios. "No hay espacio para estas plantaciones, no es un tema que nos afecte gravemente", explica el máximo responsable municipal del área de Seguridad.

Barrio de la Florida, en l'Hospitalet.