A la izquierda el bazar que regentaba Weimin Sun, víctima de uno de los siete crímenes de Barcelona. A la derecha fotomontaje con Martín Ezequiel y su hijo / TWITTER

A la izquierda el bazar que regentaba Weimin Sun, víctima de uno de los siete crímenes de Barcelona. A la derecha fotomontaje con Martín Ezequiel y su hijo / TWITTER

Sucesos

Un niño de dos años y un vendedor de Horta, dos de los siete crímenes de 2021

La ciudad registra una caída de crímenes respecto al 2020 cuando se contabilizaron 13

31 diciembre, 2021 23:00

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El 25 de agosto, Barcelona amaneció con la trágica noticia del asesinato de un niño de dos años. El pequeño murió asfixiado en el hotel Concordia de la avenida del Paral·lel a manos de su padre, Martín Ezequiel Álvarez, que mató al pequeño para hacer daño a la madre, su exmujer. El atroz crimen volvió a poner en el foco mediático la violencia vicaria, ejercida contra un hijo por un miembro de una pareja o expareja con el objetivo de dañar a este último.

El crimen del Poble-sec es el caso más mediático de los últimos años y sacudió a la opinión pública barcelonesa y del resto del Estado. En Barcelona se han registrado siete homicidios durante el 2021, la mitad de las 13 muertes violentas registradas en 2020. El apuñalamiento mortal de un comerciante cuando sufría un asalto y el crimen del Gaixample son otros de los sucesos que han ocupado más espacio en la prensa este año.

'COQUITO', UN FOROFO DEL BARÇA

Johnatan Burgos (40 años) amaba al Barça con locura. Era un auténtico forofo y se compraba todas las camisetas del equipo de sus amores. De familia humilde, penúltimo de cinco hermanos, se crió en Trinitat Vella. Era fácil verlo en alguno de los bares donde le gustaba tomarse cervezas junto a sus amigos. El 4 de enero, Coquito –como le conocían en el barrio– murió tras recibir una puñalada. Previamente se había enzarzado en una discusión con su agresor que sacó un cuchillo de una funda de plástico y le asestó una cuchillada en el pecho.

Johnatan Burgos, conocido como 'Coquito', asesinado en Trinitat Vella / METRÓPOLI

Johnatan Burgos, conocido como 'Coquito', asesinado en Trinitat Vella / METRÓPOLI

Un grupo de amigos logró reducir al homicida hasta la llegada de la policía. Antes de la detención de los Mossos d'Esquadra, el autor del crimen recibió una lluvia de golpes por parte de los colegas de la víctima. La muerte de Coquito fue la primera de las siete muertes violentas registradas este año en la Ciudad Condal.

ATRACO MORTAL EN EL GUINARDÓ

El 4 de febrero, Weimin Sun conducía su furgoneta con su mujer de regreso a casa en el Guinardó. Ella se adelantó y subió primero mientras él aparcaba el vehículo. El hombre de 50 años entraba en el portal cuando un joven de 20 años le amenazó por detrás con una navaja para robarle. Sun no se arrugó, decidió plantarle cara, pero le costó la vida. Recibió varias puñaladas que resultaron mortales. Murió poco después.

El hijo de la víctima, nacido en China y con media vida en Barcelona, bajó corriendo al escuchar los gritos. Él también se enzarzó con el homicida, aunque tuvo más suerte y logró retener al chico, de origen marroquí y nacionalidad española, hasta la llegada de un mosso d'esquadra de paisano que avisó a una patrulla. Un juez ordenó prisión preventiva sin fianza para el detenido. La muerte por el dueño del primer bazar abierto en el barrio conmocionó a los vecinos que mostraron su cariño por el fallecido en un multitudinario homenaje en el que participaron más de 100 personas.

EL PARRICIDA MARTÍN EZEQUIEL

Barcelona vivió durante siete meses un paréntesis sin ningún crimen. Del 4 de febrero al 24 de agosto no se registró un solo homicidio en la capital catalana. El caso del parricida Martín Ezequiel Álvarez elevó a tres los homicidios hasta esa fechas en la urbe. El padre mató asfixió al niño y dejó el cuerpo en la habitación del hotel Concordia, en la avenida del Paral·lel. Después huyó saltando por una ventana.

El crimen movilizó a una parte importante del cuerpo de Mossos d'Esquadra: investigadores, unidades caninas, acuáticas y aéreas, entre otros, intentaron localizarle durante tres semanas. La hipótesis de una posible huida del país cobró fuerza al principio. Finalmente, los buzos de los Mossos hallaron el cuerpo sin vida de Ezequiel, que se quitó la vida cerca del aeropuerto de Barcelona. Después del asesinato el hombre le escribió un último y doloroso mensaje a la madre del pequeño: "Te dejo en el hotel lo que te mereces".

VENGANZA ENTRE LADRONES

El 6 de octubre, el Raval fue noticia por la muerte de Mohammed, muerto tras ser apuñalado por otro hombre en la calle de Hospital. La víctima vivía cerca del lugar donde perdió, en la esquina con la calle Riera Baixa, un lugar frecuentado por traficantes y uno de los puntos donde se concentran más robos en Ciutat Vella. El mismo Mohammed, de 39 años, era un conocido delincuente que merodeaba la zona. Acumulaba 30 antecedentes policiales. El homicida, 99.

Mohammed, en una imagen de archivo / METRÓPOLI

Mohammed, en una imagen de archivo / METRÓPOLI

 

Tras el suceso, los vecinos volvieron a reclamar más presencia policial en una calle que registra decenas de robos a la semana (se han contabilizado 72 en una semana de agosto). El patrullaje cíclico consigue ahuyentar al trapicheo y la delincuencia de la zona. El problema, sin embargo, sigue enquistado.

CRIMEN DEL GAIXAMPLE

Casi un mes después, el 26 de octubre, los servicios sanitarios del Servei d'Emergències Mèdiques (SEM) certificaban una nueva muerte violenta. El crimen sucedió en el Eixample, en el interior de un acomodado edificio de viviendas ubicado en Comte d'Urgell con Gran Via. 

La víctima, un hombre de 65 años, regentaba el bar People, un conocido establecimiento del Gaixample. Fuentes vecinales relataron a este medio que un hombre de 44 años de nacionalidad colombiana lo apuñaló por la espalda. Poco después, era detenido por los Mossos d'Esquadra. El homicidio sorprendió a los vecinos de un inmueble tranquilo y en el que todos se conocían. La víctima pasaba por una situación económica delicada y desde 2017 había intentado vender su negocio en varias ocasiones.

PELEA DE BOTELLÓN

El último homicidio del año se produjo durante la madrugada del 28 de noviembre en las fiestas de Sant Andreu. Ocurrió en un botellón masivo en la plaza de Can Fabra con centenares de jóvenes bebiendo, fumando y bailando. Una discusión entre dos grupos subió de tono y un joven sufrió una puñalada en el pecho. No pudieron hacer nada para reanimarlo y murió poco después en el Hospital Vall d'Hebron.

DESCARTAN UN POSIBLE HOMICIDIO

El 6 de noviembre, los Mossos informaron en un tuit que estaban investigando la muerte de un hombre de 80 años que perdió la vida de madrugada en su piso de Les Corts. La hipótesis de un homicidio cobró fuerza en el cuerpo, que tampoco descartaba una muerte accidental. No obstante, los agentes no cuentan con indicios suficientes para tratar el caso como un homicidio o asesinato. Así lo ha asegurado a Metrópoli el pasado 16 de diciembre una portavoz policial, que recuerda que las muertes violentas también pueden ser un accidente o un suicidio.

APUÑALADO POR SU HERMANO

Barcelona registró el último crimen conocido del 2021 el 21 de diciembre. Alrededor de las 09.00 horas un hombre de 40 años moría en el barrio de Vallcarca i Penitents tras ser apuñalado por su hermano, unos años más joven. No era la primera vez que el agresor había reaccionado violentamente contra su familiar. El hombre, detenido poco después por los Mossos d’Esquadra, padece un trastorno psicológico y hace unos meses había amenazado a la víctima con un cuchillo de grandes dimensiones.