Mossos d'Esquadra junto a un contenedor quemado en una calle del Eixample durante las protestas tras el arresto de Puigdemont / HUGO FERNÁNDEZ

Mossos d'Esquadra junto a un contenedor quemado en una calle del Eixample durante las protestas tras el arresto de Puigdemont / HUGO FERNÁNDEZ

Sucesos

CDR: La versión catalana de los Comandos Y vascos

Los servicios de información detectan paralelismos con la 'kale borroka', especialmente en Barcelona

3 abril, 2018 22:50

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Los Comités de Defensa de la República (CDR) han copiado estructuras y maneras de hacer de los denominados Comandos Y del País Vasco, que durante un par de décadas fueron los responsables de la kale borroka en aquella comunidad. Los Comandos Y estaban encuadrados en una organización satélite de ETA y su misión era mantener tensionada la calle con alteraciones del orden público en lo que allí se denominaba “terrorismo de baja intensidad”. Esta modalidad de actuaciones no perseguía causar daños personales, sino sólo causar disturbios.

Así, durante los fines de semana, grupos de jóvenes se lanzaban a las calles de una localidad concreta y quemaban contenedores, rompían escaparates o lanzaban cócteles molotov contra comercios o locales, enfrentándose a los antidisturbios, lo que condicionaba la vida de los ciudadanos vascos y daba mucha visibilidad a la kale borroka. La mayoría de los jóvenes que participaban en estas algaradas estaban vinculados a organizaciones de la izquierda abertzale, es decir, que formaban parte de del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV).

Después de la etapa de masificación de la kale borroka, los miembros de los Comandos Y pasaron a acosar a cargos electos constitucionalistas o incluso a nacionalistas moderados, dando preferencia también a los ataques a sedes políticas, a las que se atacaba con cócteles molotov, encarceladas masivas o con pintadas. Se trata, en definitiva, de aplicar a la sociedad lo que se denomina la “socialización del sufrimiento”, una de las tácticas ya ensayadas con éxito en diversos rincones del planeta, desde la Irlanda del IRA hasta el Oriente Medio de los palestinos.

“La forma de actuar de los CDR es muy similar a la de estos comandos. Allí comenzaron a actuar de una forma similar a la que ahora estamos viendo en Catalunya”, explica a este diario un miembro de las Fuerzas de Seguridad que trabajó en el País Vasco. Otro miembro de otro Cuerpo señala que “el problema es saber quién está detrás de cada uno de los comandos, porque algunos CDR están formados por asociaciones que nada tienen que ver con una estructura política o con la violencia y, en cambio, hay otros que son potencialmente peligrosos”.

¿QUIÉN MANEJA LOS HILOS?

La forma de actuar y su propia estructura provoca que, en ocasiones, unos CDR no sepan qué es lo que hacen otros. “Funcionan como si fuesen comandos autónomos –añade esta última fuente-. De ahí que lo importante es saber quién maneja verdaderamente los hilos”. Lo cierto es que en localidades pequeñas es fácil controlar una organización de esta naturaleza porque suele estar formada por entidades locales. Pero en Barcelona la cosa cambia. “En la capital, hay una estructura diferente, más profesional, más encaminada a ejercer la lucha callejera de una forma mucho más contundente y peligrosa”.

¿Quién maneja, pues, los hilos? Desde los servicios de información del Estado, el dedo apunta hacia la CUP, cosa que la organización radical no desmiente, aunque desde sus filas matizan que “en los CDR participan otros partidos y entidades. La ANC y Òmnium suelen participar en todas las acciones, lo mismo que el PDeCAT o ERC, además de organizaciones vecinales o entidades cívicas. Lo que negamos es que desde los CDR se practique la violencia, sino que nuestras acciones son de resistencia pacífica”, afirma uno de los responsables de uno de los CDR de Barcelona.

Desde los servicios de información, se pone en cuarentena esa afirmación y se apunta a que grupos de jóvenes catalanes han compartido experiencias en lucha callejera con experimentados activistas del País Vasco. Esas experiencias se transmitieron tanto en jornadas celebradas en Barcelona como en otras organizadas en Madrid y en el País Vasco.

PREPARANDO LA HUELGA GENERAL

En los próximos días, no obstante, la naturaleza de los CDR se volverá a poner a prueba en una anunciada huelga general indefinida o paro de país. En esa coyuntura, el Puerto de Barcelona y Mercabarna serán los dos principales nudos en los que se volcarán los CDR para redondear lo que llaman la Primavera Catalana, emulando a la Primavera Árabe. Así se desprende de varias grabaciones internas entre responsables de distintos CDR realizadas a comienzos de esta Semana Santa.

En una de estas grabaciones se relata que estos comités realizarán diferentes maniobras de despiste por todo el territorio catalán para que tanto la Policía Nacional como los Mossos d’Esquadra estén repartidos y así tener las manos más libres en Barcelona. De ese modo, los piquetes (controlados absoluta y férreamente por los CDR) concentrarían sus acciones en dos puntos importantes: el Puerto y Mercabarna. Respecto al primero, una de las dirigentes de los CDR del Baix Llobregat señalaba que “si podemos parar el Puerto sería brutal, porque dejamos sin avituallamiento las Islas Baleares, los chinos se cabrearían. También hay muchas mercancías de, por ejemplo, Seat, que lleva los coches en barcos y todo lo que es la entrada de mercancías de la Península y del sur de Europa”.

Y no sólo eso: de sus comentarios se deduce que alguno de los miembros de los comandos ya se ha puesto en contacto con un amigo de la Policía Portuaria, con lo que podrían disponer de información confidencial para que la acción de los piquetes sea más efectiva. El otro nudo sería Mercabarna, “que aquí jodemos a todos. Esto, ya os digo, de cara a la próxima semana, pero lo tenemos que trabajar y tenemos que elevarlo a nacional para que se apruebe. Y se haría todo conjunto pero indefinidamente cuando publiciten la huelga”, zanjaba la dirigente radical.

Esta huelga sería solicitada por la Intersindical, que ya hizo lo propio en la última huelga del pasado mes de noviembre: como están prohibidas las huelgas políticas, se trata de dar una falsa apariencia de conflicto laboral y social a la hora de pedir el permiso a la Administración.