El inspector Carlos Gil en el exterior de la comisaría de La Verneda / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

El inspector Carlos Gil en el exterior de la comisaría de La Verneda / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

Sucesos

A la caza del fugitivo: la Policía Nacional persigue criminales internacionales en Barcelona

Un grupo de ocho agentes rastrea y detiene a traficantes, mafiosos y asesinos reclamados por sus países de origen

14 marzo, 2022 00:00

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Una pantera negra –uno de los cazadores más temidos de la sabana africana– luce en el emblema de la unidad de fugitivos de la Policía Nacional de Barcelona. "Somos cazadores silenciosos", comenta el inspector Carlos Gil, responsable de este grupo de ocho agentes (siete hombres y una mujer). Como el animal felino, la captura de los criminales más buscados requiere paciencia. En el caso de esta unidad las vigilancias –tronchas en argot policial– se prolongan durante largas horas, días y a veces incluso semanas. La espera siempre tiene su premio: la identificación visual del prófugo que les llevará a su detención. 

Sentado en su despacho de la comisaría de La Verneda, Gil recuerda el caso de Jamie Rothwell una de las búsquedas más arduas. Se escondía en Barcelona tras ser condenado a cadena perpetua por asesinato y otros delitos relacionados con el crimen organizado en Inglaterra. Sabían, por los policías británicos, que tenía un tatuaje en la mano. Confirmar el dibujo confirmaría la identificación del fugado. La búsqueda coincidió con los primeros meses de la pandemia. El fugitivo apenas salía de su lujoso apartamento de Diagonal Mar y, cuando lo hizo, llevaba guantes de látex como tantos ciudadanos que querían protegerse del coronavirus.  A pesar de los guantes, la mascarilla y una gorra, una policía pudo detectar el tatuaje. "El portero ni siquiera lo había visto porque accedía por el parking. Fueron días de vigilancia pura y dura", rememora el agente.

UNA VIDA DE LUJO

Jamie no es el único fugitivo localizado en los acomodados apartamentos ubicados entre Barcelona y Sant Adrià de Besòs. "A los delincuentes les gusta vivir en pisos de lujo". Sobre todo, sigue el policía, a aquellos que siguen delinquiendo desde la clandestinidad como los traficantes de drogas y los miembros de las diversas mafias italianas. No obstante, en alguna ocasión también eligen barrios con rentas más bajas como comprobaron con el hallazgo en el Guinardó de un líder de la Sacra Corona Unita, una organización del sur de Italia.

Gil posa delante de la comisaría de la Policía Nacional / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

Gil posa delante de la comisaría de la Policía Nacional / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

 

La capital de Cataluña es desde hace años un importante caladero de criminales de todo tipo huidos de la justicia. Italianos, franceses, alemanes y suecos destacan por encima de otras nacionalidades. Los rostros de una docena de hombres miran al frente desde un armario de la comisaría de La Verneda. Una cruz roja sobre su cara indica que el criminal ha sido detenido. La inmensa mayoría de los arrestos son delincuentes extranjeros sobre los que pesa una orden de detención europea (OEDE), un mecanismo creado en la Unión Europea para agilizar las entradas de criminales entre los países.

BARCELONA, GUARIDA DE CRIMINALES

Numerosos miembros de las distintas mafias italianas (Camorra, 'Ndrangheta, por ejemplo) han caído en las fauces del grupo 22 de la Policía Nacional. "Barcelona tiene una comunidad italiana muy grande. Se sienten cómodos aquí. Parecen tópicos, pero aquí tenemos sol, buena comida y un buen nivel de vida. A los suecos les encanta. Estamos en un país turístico de primer orden y es fácil pasar desapercibido. Luego, España tiene suficientes vías de comunicación terrestre y marítima, y eso les permite mantener contacto con sus familias y seguir contactando con su grupo criminal para proseguir con sus exportaciones", explica.

Los familiares de los criminales son una pista valiosa para los agentes que les pisan los talones. La caza este febrero de tres franceses acusados de asesinato en el municipio de Santa Susanna (Barcelona) es una prueba de ello. Gracias a un seguimiento de la novia de uno de los prófugos –acusados de tirotear a cuatro hombres y matar a uno de ellos en Perpiñán– supieron que se disponían a abandonar el país galo hasta el norte de la comunidad catalana. Avisaron a la unidad y siguieron a los sospechosos hasta España. Al cruzar la frontera se unieron los agentes de Gil que localizaron a los fugitivos en un edificio de viviendas. "Tuvimos suerte porque salieron de manera escalonada uno a uno. Pensábamos que solo había dos, pero finalmente fueron tres", cuenta el inspector.

 

UN TRAFICANTE DE COMPRAS EN GRANADA

Ser fisonomista es otra importante cualidad para pertenecer a este pelotón de policías. Estos agentes se graban en la mente los rostros de los fugitivos. Caras que en ocasiones tienen 10 y 20 años, pues no se actualizan. A veces se producen confusiones como la detención de un hombre al que confundieron con fugado, o la sospecha que llevó a un agente a enviar a la unidad una foto de un hombre en una terraza de Castelldefels por su parecido más que razonable con el de un prófugo ruso del que sospechaban que podía vivir por la zona.

La suerte también está del lado de la unidad. Bien lo sabe uno de sus miembros que durante unas vacaciones en Granada en julio de 2020 se topó por casualidad en un centro comercial con Lukasz Janusz Kacprzyk, un traficante de drogas polaco cuyo expediente tenía abierto en su oficina. El policía coordinó un arresto en pocos minutos junto a los vigilantes de seguridad. "No conseguíamos dar con él. Sorteó un control de tráfico de los Mossos d'Esquadra dando el nombre de su hermano mellizo, pero allí estaba, con su mujer e hijos en una hamburguesería. Llevaba un guardaespaldas. Aprovechando que se separó un momento para probarse unas gafas en una óptica lo detuvieron". Poco después, Gil supo que el hombre se encontraba en la ciudad andaluza para cerrar una gran compraventa de marihuana.

Un agente del grupo 22 de fugitivos / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

Un agente del grupo 22 de fugitivos / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

 

64 DETENCIONES EN 2021

El arresto de Lukasz certifica la gran disponibilidad que deben tener los miembros de este grupo, en alerta los siete días de la semana y las 24 horas del día. Actualmente tienen a siete fugados en su radar. En 2021 detuvieron a 64 de ellos. En total recibieron 122 casos. Es el grupo de fugitivos de la Policía Nacional en España con más arrestos (el 25% del total), pero Gil prefiere "pensar en global". Considera que "el éxito es de la Policía en general y en particular de la Red Nacional de Localización de Fugitivos integrada por todos los grupos que nos dedicamos a esta especialidad". Destacan las unidades de Málaga y Alicante, otros importantes refugios de criminales internacionales.

En el balance del grupo policial del año pasado, seis fugitivos lograron permanecer fuera de la órbita de las investigaciones de los agentes que no lograron recabar ninguna pista concluyente sobre su paradero. Los datos demuestran que solo unos pocos prófugos tienen suerte y escapan de los agentes. "Siempre digo que los fugitivos necesitan tener suerte todos los días del año. Nosotros, sin embargo, con que la tengamos un día es suficiente", concluye el inspector Gil.

Detalle del emblema de la unidad de fugitivos de Barcelona / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)

Detalle del emblema de la unidad de fugitivos de Barcelona / LUIS MIGUEL AÑÓN (MA)