Flores depositadas por ciudadanos anónimos en el mosaico de Miró / EFE

Flores depositadas por ciudadanos anónimos en el mosaico de Miró / EFE

Sucesos

Barcelona rinde homenaje a las víctimas del 17A con las heridas todavía abiertas

Primer aniversario del atentado yihadista que conmocionó a los barceloneses y provocó 15 muertos

16 agosto, 2018 23:51

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Ya ha pasado un año del atentado terrorista que golpeó a Barcelona en su corazón, en su calle más representativa. Todavía quedan muchas cicatrices por cerrar, pero la ciudad demostró en poco tiempo su solidaridad y su capacidad para recuperarse rápidamente de una estocada que quedará marcada para siempre en la historia de Barcelona.

Desde el atentado de Hipercor no se vivía en Barcelona una tragedia de semejantes magnitudes e impacto social. El 17 de agosto es ya una fecha para el recuerdo, como lo son el 11S en Nueva York o el 11M en Madrid. Recuerdo que este viernes las autoridades y los ciudadanos tratan de homenajear, no sin polémica, por la negativa de entidades soberanistas a compartir espacio con el Rey Felipe VI.

LÍO CON LAS INVITACIONES

Las críticas desde diversos sectores y los llamamientos de líderes del independentismo, como los propios políticos encarcelados a los que quieren homenajear y que han pedido que los únicos protagonistas sean las víctimas, tampoco han conseguido modificar la decisión de Omnium, ANC o los CDR, que organizarán sus propios actos.

Ada Colau fue la primera en solicitar la despolitización de los homenajes a las víctimas, aunque al no enviar invitaciones oficiales a las autoridades ha alimentado la polémica sobre la politización de los actos. Pese a ello, tanto el Rey Felipe VI como el Presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez, o el Presidente de la Generalitat, Quim Torra, compartirán espacio en los homenajes, que se celebrarán a lo largo de la mañana en Las Ramblas y plaza Catalunya.

EJEMPLO CIUDADANO

Como hace un año, el mejor ejemplo de solidaridad lo están dando vecinos anónimos de la ciudad. Desde este jueves y antes de que empiecen los actos oficiales, ya han empezado a depositar flores y velas en el mosaico de Miró de delante de La Boquería, el lugar en el que se detuvo la furgoneta que creó el caos en La Rambla y se llevó por delante 15 vidas y más de 100 heridos (la otra víctima murió en Cambrils), entre los que no se encuentran las personas que se encontraban en ese momento allí y que aunque no fueron alcanzados por la furgoneta, tendrán que convivir toda su vida con el trauma de presenciar semejantes imágenes de violencia y sufrimiento.

Trabajadores de La Rambla, turistas, vecinos que paseaban por allí y los servicios de emergencia que llegaron en primer lugar a atender a las víctimas y heridos difícilmente podrán olvidar la experiencia, como muchos de los que llegan a Barcelona de visita, que ni saben lo que aquí ocurrió hace un año.

Más allá de algunos bolardos y mayor presencia policial en las zonas turísticas, pocos vestigios quedan en las calles del atentado que en un primer momento atemorizó a la ciudad, pero que al día siguiente se levantó de la pesadilla al grito unánime de 'no tenim por' y mostró su fortaleza ante los yihadistas.