Òscar Benítez, nuevo concejal de Barcelona, posa para Metrópoli / LENA PRIETO

Òscar Benítez, nuevo concejal de Barcelona, posa para Metrópoli / LENA PRIETO

Información municipal

Òscar Benítez, exmosso y concejal: "Se ha perdido el respeto a la policía"

El edil de Barcelona pel Canvi, especialista en seguridad, sustituye a Manuel Valls en el Ayuntamiento de BCN

29 septiembre, 2021 00:00

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Òscar Benítez (Barcelona, 1957) es desde este miércoles nuevo concejal del Ayuntamiento de Barcelona. Benítez sustituye a Manuel Valls, que dimitió el 31 de agosto para regresar a Francia. El edil formará parte de Barcelona pel Canvi, el partido que lidera Eva Parera. Hasta ahora Benítez era director de seguridad de bus en Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y consejero del mismo partido en el distrito de Sant Martí. La mayor parte de la vida laboral de Benítez ha estado vinculada a la seguridad. Es exmosso en excedencia voluntaria. Formó parte durante una década del Área Central de Medio Ambiente (ACME), la unidad de delitos medioambientales de la policía autonómica. Y fue policía judicial del equipo de investigación del que fuera Fiscal Jefe del Tribunal Superior de CatalunyaJosé María Mena.

Usted llega para sustituir a Manuel Valls como concejal, ¿qué destacaría de él?

Hablar de Manuel Valls, es hablar de política en estado puro, de una visión holística de todo lo que pasa en el mundo y cómo puede afectar a cada comunidad. A nivel personal, es una persona íntegra, comprometida y con una fuerte carga ética en todo lo que hace. Esto es lo que me gustó de él. Le estoy agradecido por haberme dado la oportunidad de formar parte de su lista.

Òscar Benítez sustituirá a Manuel Valls como concejal

Òscar Benítez sustituirá a Manuel Valls como concejal


Su experiencia profesional está casi totalmente vinculada al mundo de la seguridad. Es exmosso en excedencia y los últimos años ha sido director de seguridad de bus en TMB. ¿Cuáles serán sus prioridades en el Ayuntamiento en estos dos años que quedan hasta las elecciones?

Como prioridades, las mismas que me han movido todos estos 36 años de servidor público: servir y proteger a mi comunidad. Desde Barcelona pel Canvi llevamos dos años trabajando para que los temas que realmente preocupan a la ciudadanía estén siempre sobre la mesa: seguridad, movilidad, limpieza de las calles, educación, generación de puestos de trabajo...

¿Qué valoración hace la gestión de la seguridad y de la convivencia del gobierno de Colau en Barcelona?

Que no es buena, que tiene mucho margen de mejora. Lo hemos visto en los últimos días: macrobotellones, coches de la Guardia Urbana destrozados, coches y motos quemados, asaltos en comercios, robos en las calles, venta de drogas… Es necesario ejercer un liderazgo claro de quien gestiona la seguridad de ese espacio que es de todos. Tengo la sensación de que en este momento el Ayuntamiento no controla ni lidera el espacio público.

¿Se siente decepcionado por el trabajo que ha hecho en estos dos años Albert Batlle, exdirector de Mossos y ahora máximo responsable municipal de seguridad?

Un poco sí. Albert Batlle es un gran político y una magnífica persona, y le conozco desde hace mucho tiempo. Debo decir que no lo veo feliz en su trabajo. Creo que alguien no le deja desarrollar todo su potencial, limitándole los recursos. Y si hay una máxima en el mundo de la seguridad, sobre todo cuando tienes autoridad, es no doblegarte a las peticiones de los neófitos, cueste lo que cueste. Por desgracia, en política esto es demasiado habitual.

Òscar Benítez, nuevo concejal de Barcelona, posa para Metrópoli / LENA PRIETO

Òscar Benítez, nuevo concejal de Barcelona, posa para Metrópoli / LENA PRIETO


Los barceloneses dicen desde hace casi tres años que el principal problema de la ciudad es la inseguridad. ¿Barcelona es una ciudad insegura?

Como percepción sí. Esta percepción tiene mucho que ver con la pérdida de liderazgo del espacio público que comentaba anteriormente. Objetivamente, Barcelona no es más insegura que otras grandes ciudades de su entorno, pero eso al ciudadano no le reconforta. Quiere y exige que su ciudad sea la más segura del mundo. Y se puede hacer. Barcelona, a nivel de seguridad, puede ser aquella ciudad que en el 92 sacó un 10 en seguridad. Solo falta cambiar complejos políticos e institucionales y recuperar la ley y el orden en las calles.

Tras el final del estado de alarma, los botellones viven un importante repunte. Son masivos en Barcelona desde hace cinco meses. ¿Cómo se acaba con este problema?

Fácil. A corto plazo con liderazgo en el espacio público y apoyo incondicional a la policía tanto en recursos humanos como en medios físicos y técnicos. También es necesario que se abran los establecimientos de ocio nocturno. A medio plazo, se deberían tener en cuenta varios ámbitos, principalmente el de la salud y el del acceso de menores al alcohol, así como a todo tipo de drogas. Eso pasa por una formación en los centros educativos y campañas de comunicación de las administraciones, entre otras. Sin olvidar, por supuesto, la presión policial en las calles.

Precisamente, este fin de semana de la Mercè se ha cerrado con destrozos, saqueos, peleas y numerosos detenidos. ¿Qué valoración hace?

Nefasta. La policía no tiene el control del espacio público y en democracia eso es fundamental. Lo tiene que recuperar con rapidez, pero para ello es necesario cambiar el modelo. El modelo tiene que ser más coercitivo. Con estas palabras no voy en contra la gente joven, que se tiene que divertir, siempre con civismo. Me refiero a grupos organizados que son delincuentes y aprovechan las multitudes para delinquir. En Barcelona hay un repunte de las armas blancas. Pensábamos que era algo que se había erradicado, pero han vuelto. Y han vuelto para hacer daño.

Macrobotellón en plaza Espanya / EUROPA PRESS

Macrobotellón en plaza Espanya / EUROPA PRESS


Una de los cuestiones que tiene por resolver el Ayuntamiento de Barcelona es que las multas de la Ordenanza de civismo no se cobran. ¿Pedirá explicaciones a Batlle por qué no se cobran buena parte de estas sanciones?

No creo que Batlle sea el culpable de que no se cobren las multas. Es un político experimentado y es consciente de las consecuencias que podría acarrear no cumplir la normativa. Es posible que el problema esté en otro departamento. En cualquier caso, por supuesto que vamos a pedir explicaciones a quien haga falta.

Una de las imágenes que se están viendo en fiestas callejeras y otras manifestaciones son las de policías huyendo para no ser linchados y enfrentamientos con los agentes. Parece que se ha perdido el miedo a agredir a Mossos y Guardia Urbana, ¿por qué?

Por muchas causas concatenadas, pero la principal es la falta de apoyo institucional a las actuaciones policiales. Incluso cuando reciben fuertes agresiones, coches y furgones quemados. Cuando me refiero a apoyo institucional, también incluyo la baja inversión en personal y en material. Si los policías no tienen medios no podrán llevar a cabo su labor.

¿La policía ha perdido autoridad?

La policía no ha perdido autoridad. En general está bien valorada en su trabajo y lo que representa. Lo que se ha perdido es el respeto. Otra cosa muy diferente es lo que interpreta una minoría muy visual, que utilizando los complejos de ciertos partidos políticos en lo referente a libertades individuales, aprovecha para mandar en el espacio público.

Destrozos en una parada de autobús en la plaza Espanya durante los altercados / RRSS

Destrozos en una parada de autobús en la plaza Espanya durante los altercados / RRSS


Usted es de la opinión que hay que endurecer el Código Penal para reducir la multirreincidencia y los problemas de convivencia?

Sí. Endurecer las penas y acortar los tiempos judiciales en la instrucción y en la resolución de un caso. En la lucha contra este tipo de delincuencia también hay que pedir sin complejos la revisión del artículo 503 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y pedir el ingreso en prisión del multirreincidente que tanto daño hace en la imagen de nuestra ciudad.

Durante unos 10 años, usted fue miembro de la unidad de delitos medioambientales de los Mossos. ¿En qué casos destacados participó y cómo concluyeron?

El éxito que se me atribuye no es mérito solo mío. Mi binomio de policía judicial tuvo mucho que ver. Como equipo investigamos unos 120 casos de diferentes variables de delitos ecológicos: vertidos líquidos, depósitos incontrolados de sólidos, emisiones atmosféricas, contaminación acústica. Del total, unos 60 llegaron a juicio. Los otros los pasamos a la vía administrativa. Teníamos unas ratios de éxito de un 82%. Entre los casos en los que participé figuran la contaminación por nitratos por purinas de cerdo de los acuíferos de la comarca de Osona, la contaminación por organocloratos y metales pesados del río Ebro a su paso por Flix, la salinización del río Llobregat por una montaña de sal artificial en Sallent, entre muchos otros.

Òscar Benítez, durante su etapa en la ACME de Mossos / CEDIDA

Òscar Benítez, durante su etapa en la ACME de Mossos / CEDIDA


Òscar Benítez, durante su etapa en la ACME de Mossos / CEDIDA

¿Puede hacer un perfil del delincuente medioambiental?

Son personas que tienen por costumbre saltarse la ley y que solo buscan el beneficio económico y el personal, sin pensar en ningún momento en las consecuencias de sus acciones hacia el medioambiente. Aquellos con los que he tratado, puedo decir que eran prepotentes, maleducados, presuntuosos y sin ética alguna.

Uno de los debates polarizados que hay sobre la mesa es la ampliación del aeropuerto del Prat, ¿está usted a favor o en contra?

A favor. Es una oportunidad de desarrollo económico que Barcelona y su área metropolitana no se puede permitir el lujo de dejar pasar. Supondrá la creación de miles de puestos de trabajo y la atracción de nuevos inversores, estudiantes, turismo de calidad. Por supuesto, la ampliación debe hacerse respetando el medio ambiente. Parece que algunos grupos políticos quieren hacer chocar economía con medio ambiente, como ya hicieron durante la pandemia: economía contra salud. Pueden darse los dos, y de ello hay ejemplos por todo el mundo.

¿Por qué?

Las cifras que las instituciones han puesto encima de la mesa son de vértigo, y no hemos de olvidar que venimos de dos crisis económicas y una tercera enmascarada por el covid. Producto de ello hemos perdido puestos de trabajo, calidad de vida, posibilidad de mejoras familiares e individuales. En definitiva se ha perdido la posibilidad de situar de nuevo a Barcelona en el mundo, en el lugar al que pertenece.

Un avión sobrevuela el paraje de La Ricarda, junto al aeropuerto de El Prat / EUROPA PRESS -DAVID ZORRAKINO

Un avión sobrevuela el paraje de La Ricarda, junto al aeropuerto de El Prat / EUROPA PRESS -DAVID ZORRAKINO


Acaba de dejar la dirección de seguridad de bus de TMB, ¿cuáles han sido estos años los principales problemas de seguridad en los buses de Barcelona?

El servicio de bus es una prolongación de la realidad social que se vive en Barcelona, con los mismos perfiles, las mismas inquietudes, los mismos problemas... Pero si usted mira las ratios por incidencias de delitos son menores que en Barcelona, y esto es gracias a que el personal de conducción, que nunca baja la guardia, siempre está atento para proteger a a los pasajeros. Los conductores nos pasan la información y nosotros, gracias a la seguridad privada embarcada o coordinándonos con seguridad pública, ponemos en marcha planes reactivos que le demuestran al amigo de lo ajeno que el bus no es rentable para sus actividades delictivas.

¿Usted proviene de la cantera del PSC, ¿qué le llevó a dejar esas siglas y a incorporarse primero a Lliures y después a Barcelona pel Canvi?

Fueron un cúmulo de circunstancias, pero el detonante fue el papel que tuvo el PSC en el conflicto entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, poniendo en cuestión el papel que juegan unas primarias en la democracia interna de un partido. Me parece recordar que era final de 2016 y estábamos en el XIII Congreso del PSC, donde yo era de congresista por Ciutat Vella y me dio la sensación de que el PSC jugaba de nuevo a la ambigüedad a la que nos tenía acostumbrado. Allí fue cuando decidí dejarlo.

Òscar Benítez durante la entrevista con Metrópoli / LENA PRIETO

Òscar Benítez durante la entrevista con Metrópoli / LENA PRIETO


Tras estos dos años como concejal, ¿su intención es seguir en política?

Tengo 64 años y medio, una familia con hijos pequeños a los que adoro, he trabajado 50 años sin parar, y sobre todo no vengo del mundo político. Vengo del mundo donde los resultados inmediatos son muy importantes, y eso ahora cambia. La política me llega tarde, y sinceramente, no creo que siga porque mi vida ya está hecha. Me incorporo a un proyecto en el que Eva Parera, Marilén Barceló [regidora no adscrita tras dejar Ciutadans pero que trabaja con Barcelona pel Canvi], los consejeros de distrito y los asesores, están haciendo un trabajo magnífico. Por supuesto, estoy a disposición del partido y quiero ser un activo esté fuera o dentro de la política en 2023.