Dos bloques de hormigón en el Eixample / @pedrojuansanch1

Dos bloques de hormigón en el Eixample / @pedrojuansanch1

Movilidad

La movilidad de Colau, contra las cuerdas

Rosa Alarcón, para evitar problemas legales, admite la posible retirada de los bloques de hormigón de las calles de Barcelona

22 septiembre, 2020 10:23

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Crisis en el gobierno municipal por la movilidad en Barcelona. La concejal Rosa Alarcón (PSC), presidenta de TMB y responsable de movilidad, ya admite la posibilidad de retirar los bloques de hormigón que instaló el gobierno municipal durante el estado de alarma. Una actuación que puede ser ilegal y tener consecuencias jurídicas. "Si es necesario cambiarlos, se cambiarán", recalcó Alarcón para satisfacción de amplios sectores de la ciudad que piden su retirada. No opinan lo mismo Colau y los comunes, que intentan hacer bandera de sus restricciones al transporte privado.

La movilidad, sobre todo en el centro, enfrenta a socialistas y comunes. Es un tema muy sensible. Como las ayudas a los sectores económicos más afectados. La colocación de los bloques de hormigón soliviantó al comercio barcelonés, muy tocado por la crisis del coronavirus. Los espacios pintados de azul y amarillo para la circulación de personas apenas son utilizados.

CALLE DEL CONSELL DE CENT

Hace un par de semanas la fiscal de seguridad vial de la ciudad, Isabel López Riera, abrió unas diligencias de investigación para esclarecer si los bloques instalados por el Ayuntamiento de Ada Colau en la calzada de la calle de Consell de Cent suponen un peligro para la circulación.

Hace un mes, el abogado Daniel Vosseler presentó una denuncia ante el Ministerio Público porque el citado mobiliario urbano "es un obstáculo peligroso para la circulación de los vehículos", y en particular para los conductores de motocicletas, ciclomotores y bicicletas, que son los "más vulnerables”. "El problema es técnico no político. El gran problema del Ayuntamiento es que ningún técnico puede validar la instalación de estos bloques de hormigón. Y mucho menos en el Eixample, el distrito de España con mayor siniestralidad. Lo que han hecho es muy grave", remarca Vosseler.

“SI ES NECESARIO CAMBIAR LOS BLOQUES, SE CAMBIARAN”

Ahora, unas semanas más tarde, el consistorio recula y abre la puerta a cambiar los elementos de mobiliario urbano que vayan en contra la seguridad vial. Este lunes, la concejal de movilidad Rosa Alarcón (PSC), manifestó su voluntad de dialogar sobre la instalación de reductores de velocidad y otros elementos.

Bloques de hormigón en la calle del Consell de Cent

Bloques de hormigón en la calle del Consell de Cent


La edil aseguró en una rueda de prensa con Josep Mateu, presidente del RACC, que en octubre habrá una valoración de los nuevos elementos implantados y abrió la puerta a que los más deficientes se retiraran.

DISCREPANCIAS EN EL GOBIERNO MUNICIPAL

Por contra, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, defendió a principios de este mes la instalación de dichos elementos en la calzada para ampliar el espacio para el peatón y reducir la velocidad: "Estamos haciendo una transformación que no tiene marcha atrás”.

"Allí donde se han puesto estos elementos, y que ahora son objeto quizás de una investigación de la Fiscalía, se ha reducido la velocidad y eso disminuye la probabilidad de un accidente", relató Colau.

RETIRADA DE LOS ELEMENTOS

En el último pleno municipal JxCat también pidió la retirada de los bloques, pero Ada Colau no aceptó el ruego. En términos parecidos se había expresado días atrás el PP. En su intervención, la edil de JuntsxCat, Francina Vila, advirtió del "riesgo evidente" que suponen los bloques y que la no retirada era una "irresponsabilidad" por parte de la alcaldesa.

Vila dijo que está de acuerdo en ganar espacio para el peatón, pero no con estos separadores, y propuso sustituirlos por elementos "suaves y ergonómicos" que amortigüen un posible golpe. Para el concejal del PP, Óscar Ramírez, estos bancos son un serio peligro para la seguridad de los vehículos, especialmente para los motoristas, en caso de caída. Ciutadans y Barcelona pel Canvi también han criticado la instalación de estos elementos disuasorios que escenifican las discrepancias entre comunes y socialistas sobre la movilidad de la ciudad.