Aspecto futuro de la Via Laietana / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Aspecto futuro de la Via Laietana / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Movilidad

La chapuza de Via Laietana: el peligro de bajar peatones a la calzada

El Ayuntamiento proyectaba un carril bus junto a un paso de viandantes sin proteger que ahora rectificará

10 mayo, 2020 00:00

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La pacificación de calles que el Ayuntamiento de Barcelona quiere llevar a cabo para reducir espacio al coche y garantizar unos mejores y seguros desplazamientos de peatones y ciclistas durante la desescalada de la pandemia no se está haciendo, en todos los casos, con la rigurosidad necesaria. Uno de los proyectos que contemplaba el gobierno de Ada Colau era una chapuza muy peligrosa: la habilitación de una zona de peatones (pintada de amarillo) en la calzada, al lado del carril bus, sin medidas protectoras para separar uno y otro carril, como queda patente en la imagen del consistorio que acompaña a esta información.

La decisión del proyecto es municipal y no corresponde a la empresa Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). Fuentes municipales han asegurado que la propuesta de la tenencia de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, que lidera Janet Sanz, la mano derecha de Colau, no ha gustado nada a los servicios técnicos municipales de Movilidad ni a TMB. Distintas fuentes, tanto del Ayuntamiento como sindicales, han afirmado a Metrópoli Abierta que TMB se habría negado a hacer pasar las líneas por Via Laietana por un serio riesgo de accidente. Se da la circunstancia de que la regidora de Movilidad es también la presidenta de TMB: la socialista Rosa Alarcón.

SEPARADORES DE ÚLTIMA HORA

Metrópoli Abierta se ha dirigido a la concejalía de Movilidad para conocer el estado del proyecto. A última hora del viernes, y después de la polémica generada por el carril bus, el Ayuntamiento ha asegurado que se pondrán separadores entre ambos carriles, aunque no ha concretado de qué tipo. La coincidencia de ambos carriles sin protección “son una temeridad”, subraya un experto en movilidad consultado por este medio, que prefiere permanecer en el anonimato.

En términos parecidos se expresan desde el sindicato CGT de TMB, que se han enterado por este medio de que, finalmente, el consistorio pondrá alguna protección. "Este tipo de carriles provocan mucho estrés a los conductores y son una situación de riesgo latente". CGT también critica el proyecto del carril bus-taxi compartido con bici que se pondrá en marcha la calle de Sants-Creu Coberta.

RETROVISORES QUE SOBRESALEN

Distintas voces consultadas por este medio opinan que los peatones difícilmente usarán la calzada para andar sin no se instalan protectores. El proyecto contempla dos carriles, uno de subida y otro de bajada. “Si los ciudadanos andan siguiendo el sentido de la circulación tendrán a los autobuses detrás y muchos no utilizarán la zona peatonal por miedo”. Otro problema que se debe resolver son los posibles golpes que pueden ocasionar los grandes retrovisores de los buses, situados a 1,80 metros del suelo y que sobresalen unos 30 centímetros de ancho, según el modelo del vehículo. “Una persona de esa altura o más podría sufrir algún accidente”, indican desde el sindicato de TMB.

El experto en Movilidad expone la necesidad de repensar el proyecto antes de ponerlo en práctica. “No me extraña nada que desde TMB se nieguen a hacer pasar por allí las líneas de bus. En ocasiones, los comunes ponen en marcha ideas sin pensar en las consecuencias que pueden tener”, decía antes de saber que se pondrán separadores. Y cita algunas posibles soluciones, entre ellas la colocación de pivotes de plástico cada cinco metros (la que, finalmente, se adoptará podría ser similar) o sacar un carril por lado y dejar la calle solo para uso de peatones y transporte público. También opina que podría ser el momento para replantear la circulación de Via Laietana y que sea de un único sentido de circulación.

¿DÓNDE SE INSTALARÁN LAS PARADAS?

La situación de las paradas de bus es otro de los temas que preocupa entre los trabajadores de TMB. Ahora, tanto de subida como de bajada, están en las aceras. Si se mantienen en el mismo lugar, los usuarios del bus deberán cruzar el carril de peatones para subir al vehículo, que tendrá que parar en medio de un carril de circulación, que suelen tener como máximo 2,65 metros de ancho, compartido con el taxi. El sindicato CGT añade que éste es otro motivo importante de preocupación por la seguridad de los peatones, los usuarios del bus y las posibles personas que puedan hacer uso de la zona peatonal con patinetes o bicicletas. El Ayuntamiento no ha concretado dónde se ubicarán las paradas ni si tiene previsto cambiarlas.