Fotomontaje sobre los ingresos en impuestos y tasas en 2020 en Barcelona / METRÓPOLI

Fotomontaje sobre los ingresos en impuestos y tasas en 2020 en Barcelona / METRÓPOLI

Información municipal

Los ingresos en impuestos se disparan durante la pandemia en Barcelona

La recaudación de tasas y tributos fue mayor que en 2019 en la ciudad a pesar de los tres meses de parón por la pandemia

17 noviembre, 2021 00:00

Noticias relacionadas

El Ayuntamiento de Barcelona ingresó en 2020, en plena pandemia, 1.187.158.272 euros en impuestos. La cifra aumentó en 18,4 millones respecto a 2019 -hace dos años, la recaudación ascendió a 1.168.756.024 euros-. Y eso a pesar de que la ciudad estuvo casi paralizada durante los tres meses de la primera ola de la pandemia. En 2020, la carga fiscal aumentó en unos 200 euros por familia, según Ciutadans.

Los datos de los ingresos en impuestos del consistorio figuran en las cuentas del resultado económico patrimonial de 2020, un documento al que ha tenido acceso Metrópoli. En él, también se detalla la recaudación de las tasas, que en 2020 fue de 144.656.536 euros frente a 133.674.727 en 2019 (10,9 millones más), así como los ingresos urbanísticos (ventas) del municipio, que subieron a 26.099.117 euros. En 2019, este concepto se situó en 9.763.943.

Ingresos en impuestos y tasas en 2020 por parte del Ayuntamiento de Barcelona

Ingresos en impuestos y tasas en 2020 por parte del Ayuntamiento de Barcelona

MÁS DE 1.200 MILLONES EN TRANSFERENCIAS Y SUBVENCIONES

Así, entre impuestos, tasas e ingresos urbanísticos, el gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni percibió 1.357.913.926 euros en 2020. El total de ingresos de la gestión ordinaria subió hasta 2.808.804.952 euros -2.683.032.060 en 2019-. Otra partida importante de los ingresos municipales procede de las transferencias y subvenciones recibidas, en gran parte del Estado, por valor de 1.215.937.262 euros, 1.149.704.180 en 2019.

Según la presidenta de Ciutadans en el Ayuntamiento, Mariluz Guilarte, la liquidación de la cuenta de 2020 viene marcada por la gran subida de impuestos aprobada entre el gobierno municipal y ERC, y con la abstención de JuntsxCat. "Aumentó la presión fiscal en unos 200 euros por familia en una ciudad en la que la presión fiscal ya era alta. 2020 fue un año marcado por la pandemia del Covid-19, que supuso el confinamiento de la población durante casi tres meses, con una paralización casi completa de la actividad económica. Este hecho tuvo un efecto de crisis social y económica sin precedentes, que aumentó en más de un 30% el paro en la ciudad, con muchos negocios cerrados temporalmente (parte de ellos no han vuelto a abrir) y miles de personas en ERTE", subraya.

Una terraza en el paseo de Joan de Borbó / ARCHIVO

Una terraza en el paseo de Joan de Borbó / ARCHIVO

EL GOBIERNO NO SE ADAPTÓ A LAS NUEVAS CIRCUNSTANCIAS

Desde las filas de Ciutadans se critica que muchos barceloneses perdieron una parte de sus ingresos, pero el ejecutivo local mantuvo la subida de impuestos "sin tener en cuenta ni adaptarse a las circunstancias generadas por el Covid-19". "A pesar de la situación, de ciertas reducciones y de la paralización de la actividad económica, y con los datos reales de la liquidación de la cuenta, el Ayuntamiento recaudó casi 30 millones más que en 2019, en un contexto muy diferente y mucho más positivo", denuncia Guilarte.

La formación se muestra especialmente beligerante con la "imposición" de la tasa de recogida de residuos en domicilios particulares, ligada al consumo del agua en un momento en el que la gente estaba en casa y, obviamente, consumía más agua de la habitual. Guilarte recuerda también que la tasa de terrazas aumentó de forma muy importante. Especialmente grave fue el incremento en la plaza Reial. Finalmente, el gobierno bonificó un 75% de la tasa a los restauradores hasta finales de 2021. En 2022, Colau y oposición quieren pactar la misma rebaja. Pero Ciutadans quiere que se haga fuera del resto de las Ordenanzas fiscales para evitar que sea una "moneda de cambio" con ERC. 

EL GOBIERNO DE COLAU DISCREPA

El gobierno de Colau y Collboni lo ve de otra manera. Fuentes municipales indican que los derechos liquidados subieron respecto a 2019 (+39,8 millones), pero no así la recaudación, que cayó cerca de 62 millones respecto a 2019. Esto se explica en buena parte por la liquidación de los impuestos como el IBI y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) que se siguieron liquidando sin afectación por el paro. La caída de la recaudación de -62 millones- refleja el impacto de la pandemia, tanto por las medidas adoptadas por el estado de alarma de reducción del período de tributación y bonificación de cuotas a pagar de terrazas, precio público de residuos y otras ocupaciones del dominio público, como por la reducción de la actividad económica, plusvalía, ICIO (Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras) y licencias, y como consecuencia del paro de las actuaciones en vía ejecutiva e inspectoras. 

Viviendas en Barcelona, de las que los titulares deben pagar el IBI cada año / EUROPA PRESS

Viviendas en Barcelona, de las que los titulares deben pagar el IBI cada año / EUROPA PRESS

EL IBI, EL IMPUESTO MÁS IMPORTANTE 

Porcentualmente, los ingresos tributarios y urbanísticos significaron un 48,36% (1.357.913.926 euros) del total de la caja de la gestión ordinaria del Ayuntamiento de Barcelona. Entre los impuestos directos, el más importante para la recaudación municipal es el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que se tradujo en 2020 en 691.609.852 euros. La plusvalía, tumbado por el Tribunal Constitucional y remodelado de forma muy acelerada por Hacienda, significó el año pasado 182.602.40 euros. Y el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica llevó a las arcas municipales 53.915.488 euros. 

Según Ciutadans, en 2020 el IBI y el impuesto de vehículos se cobraron con normalidad, mientras que de la plusvalía no hubo ingresos durante unos tres meses porque no hubo operaciones. Tampoco se pagaron algunas tasas (se pagan por un servicio o por una ocupación, por ejemplo del espacio público) durante el periodo que no hubo actividad, como la de terrazas. Las familias barcelonesas sí que vieron aumentada la tasa de cementerios. El partido naranja dice que se multiplicó por dos y no se rebajó durante la pandemia.