Agentes de la Guardia Urbana con sus pistolas, durante unas prácticas de tiro / CSIF

Agentes de la Guardia Urbana con sus pistolas, durante unas prácticas de tiro / CSIF

Información municipal

La Guardia Urbana recibirá 440.000 balas para practicar tiro

Tras el concurso fallido del pasado diciembre, finalmente el Ayuntamiento ha contratado una partida de cartuchos para que los agentes puedan ejercitarse

25 julio, 2021 00:00

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El Ayuntamiento de Barcelona acaba de comprar 440.000 cartuchos para dotar de munición suficiente a los agentes de la Guardia Urbana con el fin de que realicen prácticas de tiro. A pesar de que objetivamente pueda parecer una cifra muy elevada, lo cierto es que no da para mucho, ya que la plantilla de la Policía Local barcelonesa está por encima de los 4.000 efectivos. Las prácticas de tiro son obligatorias para el personal del Cuerpo y, con ellas, se garantiza la seguridad de los ciudadanos y de los agentes en el ejercicio de sus funciones.

La munición comprada son cartuchos de 9 mm parabellum, que son los cartuchos que utiliza la pistola Luger, que es el arma oficial. El contrato pasó todos los filtros municipales y contó con los informes favorables de estabilidad presupuestaria, de intervención y jurídico. La empresa que se llevó el contrato el pasado 9 de julio es Omena Technologies, que se embolsará 114.466 euros. A la licitación, se presentaron tres ofertas, pero la de Omena fue considerada la más ventajosa.

UN CONCURSO FRUSTRADO

La compra de munición para la Guardia Urbana se frustró el pasado mes de diciembre: el consistorio había convocado un concurso a mediados del año pasado, pero debido a la pandemia, se fue retrasando el tema y al llegar diciembre, el contrato fue adjudicado a una compañía que no reunía los requisitos necesarios. Omena Technologies fue la segunda clasificada y se ofreció a presentar toda la documentación que faltaba para que no se tuviese que anular el contrato, pero el Ayuntamiento se había quedado también sin partida presupuestaria y, además, las normas prevén unos plazos de tiempo rígidos para cerrar un concurso, por lo que la licitación se tuvo que declarar desierta.

Agentes de la Guardia Urbana con pistolas durante el atentado de Barcelona, en agosto de 2017 / AGENCIAS

Agentes de la Guardia Urbana con pistolas durante el atentado de Barcelona, en agosto de 2017 / AGENCIAS


El desestimiento del contrato se debió a que la compañía ganadora no tenía la certificación ISO 14001 de gestión medioambiental, que estaba en tramitación, pero que todavía no estaba concedida oficialmente. En aquella ocasión, se habían presentado seis empresas a la licitación. En esta ocasión, se presentaron solamente tres. La licitación del concurso que ahora se ha adjudicado comenzó a primeros de año, tras el fiasco de la adjudicación fallida de diciembre del año pasado.

Según el pliego de prescripciones técnicas del contrato, las balas llevarán punta encamisada (en realidad, es una punta TFMJ) y pesan 8 gramos. Debe estar libre de metales pesados o tener una composición de menos del 0,1%, y el cartucho no debe dejar residuos de bario, plomo, mercurio ni antimonio tras ser disparado. La vaina es de una aleación de cobre y cinc. Además, debe de estar certificada por un banco de pruebas oficial europeo, de acuerdo con la normativa comunitaria vigente. Esta munición es del fabricante Sellier & Bellot, se vende en cajas de 50 unidades y su velocidad al ser disparadas es de unos 360 metros por segundo. La munición será entregada a la guardia Urbana conforme vaya siendo necesaria para las prácticas y la adjudicataria debe entregar los cartuchos donde le indiquen los responsables municipales.

UNA EMPRESA CATALANA

Omena Technologies es una compañía con sede en Sant Andreu de Llavaneres. Creada en diciembre de 2016, es una compañía unipersonal propiedad de Óscar Mena Castella, un empresario que ya había pasado por Proytecsa Security y Sallen Seguridad y que también es administrador solidario de la compañía Syntesi Tech. En esta última firma, comparte responsabilidades con Andrea Cavaliere. También esta compañía se dedica a la intermediación, comercialización y distribución de servicios, máquinas y equipos relacionados con la industria armamentística. Curiosamente, a esa compañía estuvo también vinculado Johnny Rosell, hijo de Juan Rosell, que fue presidente de Foment del Treball y de la CEOE. Johnny quiso dedicarse al motociclismo y llegó a competir en el campeonato de España de 125 CC, pero las caídas y las lesiones lo retiraron de las pistas.

Omena ya se había llevado otro contrato similar a finales del 2019, aunque en aquella ocasión el monto de la adjudicación apenas sobrepasó los 86.000 euros. Óscar Mena también estuvo vinculado a la firma Nightvision Lasers Spain, dedicada al diseño y fabricación de equipos electrónicos y de optoelectrónica. En esa compañía, coincidió con Jorge de la Torre. Esa sociedad, a través de una filial, firmó un contrato de 5,9 millones de euros para proveer de monoculares de visión nocturna al Ejército español.