Con Marta Rovira fuera de Esopaña y Oriol  Junqueras en la cárcel, las bases de ERC no están de acuerdo con la actual dirección del partido / Agencias

Con Marta Rovira fuera de Esopaña y Oriol Junqueras en la cárcel, las bases de ERC no están de acuerdo con la actual dirección del partido / Agencias

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Asamblea de ERC: divorcio entre militancia y dirección en BCN

La cúpula reunió a los militantes para explicar su ponencia política... y salió escaldada

10 mayo, 2018 23:07

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Los militantes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) tuvieron esta jueves una azarosa asamblea en las Cotxeres de Sants para discutir lo que será la ponencia política que la organización quiere aprobar para finales de este mes. En el transcurso de la asamblea, según manifestaron a Metrópoli Abierta fuentes republicanas, quedó meridianamente claro “el divorcio entre la dirección del partido y la militancia”.

Según estas fuentes, fueron varios los afiliados que levantaron airados su protesta por la deriva de los últimos meses, supeditada a los designios de Carles Puigdemont y, por ello, sin estrategia propia y sin marcar perfil republicano ni de izquierdas. “Quedó patente que en estos momentos no hay comunicación entre la dirección y las bases”, subrayan las fuentes consultadas. Algunos de los presentes apuntaron a que es preciso que la formación republicana dé un golpe de timón para volver a recuperar el protagonismo perdido en la política catalana.

“La ponencia política quiere tapar el fracaso y mantener contentas a unas bases que no se sienten ya representadas por la dirección –acusan desde la militancia-. Lo único que intentan en estos momentos es pasar el mal trago de esta coyuntura, pero ¿a qué precio?. Hay que dar un volantazo en la estrategia”, aseguran los militantes. El descontento llega a tales extremos que en la reunión llegó a surgir el tema tabú de que si en estos momentos se realizase un referéndum interno sobre la independencia, en la ciudad de Barcelona, “posiblemente ganaría el no a la secesión”.

BÚSQUEDA DE UN NUEVO LÍDER

Las principales quejas de los afiliados barceloneses hacia la cúpula de Esquerra son dos, principalmente: por un lado, consideran que “se ha roto la relación. No nos llegan las consignas, no se nos consulta… y, encima, hemos llevado un revolcón político acojonante en las últimas elecciones”. Por otro lado, consideran que “la actual dirección no representa a nadie. En estos momentos, están al frente del partido jóvenes con poca experiencia, o que hace poco militaban aún en las juventudes. Ante ello, el partido va a la deriva y no hay quien lleve las riendas”. Afirman los militantes que “dirigentes como Pere Aragonès, Roger Torrent, o Sergi Sabrià no tienen el peso ni la experiencia suficiente como para llevar las riendas del partido, aunque tengan muy buena voluntad.

Ante este panorama, un grupo de militantes cualificados han mantenido ya algunas reuniones con el fin de buscar un nombre de peso con el que poder asaltar la dirección de la veterana formación. Según las informaciones recogidas por este diario, estas conversaciones se han concretado en un puñado de ex altos dirigentes de ERC que ya tuvieron responsabilidades políticas en el pasado. “Este fin de semana, habrá al menos una reunión más para perfilar detalles sobre cómo sacar al partido del pozo en que se encuentra”, explica uno de los militantes que participa en estas maniobras.

LA PONENCIA POLÍTICA: MAYORÍA INSUFICIENTE

La ponencia política, por su parte, admite que “los resultados electorales del pasado 21-D, obtenidos en las condiciones más adversas, indican que en Catalunya se ha urdido una nueva mayoría social –que ha de ser ensanchada y profundizada- dispuesta a asumir la dirección en la construcción del país. Las herramientas de poder necesarias para dar forma al proyecto republicano todavía no están al alcance”.

Reconoce también que es constatable que “el resultado final del 1-O catalán, desde la políticamente exitosa celebración del referéndum hasta la aplicación del artículo 155 de la Constitución española y la convocatoria, a su amparo, de las elecciones del 21-D, no se ha traducido en el nacimiento de la República Catalana”. Aún así, subraya que el precio pagado por el Estado español por haber optado “por el uso de la violencia policial, judicial, institucional, mediática y también simbólica” ha sido muy alto, ya que se ha deslegitimado a ojos de la mayoría de la ciudadanía.

Aboga el texto por abandonar la estrategia de definir hojas de ruta, porque “simplifican en exceso la dinámica social, reduciéndola al seguimiento mecánico de unos pasos prefigurados hasta conseguir el objetivo deseado en una fecha prefijada del calendario”. La realidad, insiste, es mucho más compleja, y aboga porque “con voluntad no hay suficiente”. Y subraya más adelante: “Y la realidad es que hoy en día el independentismo no es suficientemente poderoso todavía como para convertir a Cataluña en una República independiente, entre otras cosas porque no sólo el independentismo representa hoy en día aproximadamente un 50% de la población catalana, proporción insuficiente cuando de lo que se trata es de que la República nazca por medios estrictamente cívicos, pacíficos y democráticos”.

La ponencia, no obstante estos actos de contrición, aún no satisface a la militancia republicana. Al menos, no a la de Barcelona.