Alumnos durante una comida en una de las guarderías de Barcelona / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Alumnos durante una comida en una de las guarderías de Barcelona / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Información municipal

Así comerán los niños barceloneses en las guarderías por 17 millones en cinco años

Colau obliga a consumir sólo productos ecológicos, aceite de oliva virgen extra y solo dará fritos una vez al mes

14 septiembre, 2020 00:00

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El Ayuntamiento de Barcelona pagará casi 8,1 millones de euros por los servicios de comida en las 34 guarderías municipales para los próximos tres cursos escolares, con vigor de este mes de septiembre al 15 de julio de 2023. Los servicios serán prestados por cuatro empresas, que pueden prorrogar luego los contratos durante dos años más, por lo que se ha previsto un valor estimado del contrato global en el próximo lustro de hasta 16,9 millones de euros.

El concurso licitado por el Instituto Municipal de Educación de Barcelona (IMEB) se puso en marcha porque 30 de esas guarderías habían acabado sus respectivos contratos este año, a otras tres guarderías no se les renovó la concesión y la guardería Germanetes comienza ahora su andadura. Para llevar a cabo el servicio, se necesitarán 34 cocineros y 32 ayudantes, ya que una de las escuelas tiene personal de cocina propio.

Una de las condiciones establecidas es que las empresas facturen como comidas las realmente servidas. Para ello, el consistorio ha hecho un cálculo de asistencia real tomando como referencia el servicio de comedor de los dos últimos años. El Ayuntamiento estableció cuatro lotes, con siete, ocho, nueve y 10 guarderías, que fueron adjudicadas a distintas empresas.

ESTRICTAS NORMAS DE PERSONAL

El Ayuntamiento obliga a que las sustituciones del personal que pueda estar de baja han de ser adjudicadas a ciudadanos que no tengan antecedentes de delitos sexuales y obligatoriamente se han de contratar personas con discapacidad reconocida igual o superior al 33%, personas receptoras de renta mínima de inserción, mujeres víctimas de violencia de género, personas refugiadas o demandantes de asilo, participantes en programas municipales de inserción sociolaboral para colectivos en riesgo de exclusión y para los que no puedan acceder a la renta mínima de inserción en riesgo, pertenecientes a familias monoparentales, desahuciadas, sin techo o en situación de paro de larga duración, según figura en las cláusulas técnicas del contrato.

Para garantizar el equilibrio nutricional y el control de calidad, el IMEB facilitó a las empresas contratistas los menús de ingredientes estandarizados por grupos de edad, así como un cuadro de dietas especiales, intolerancias y alergias, indicando los alimentos a sustituir. “Estos menús forman parte de las condiciones contractuales de este expediente. Por ello, está del todo prohibido que se realice cualquier cambio de los menús de ingredientes del mismo sin la previa autorización por escrito de la dirección de recursos y servicios generales del IMEB”, subraya el pliego citado. También se detalla, por ejemplo, una restricción a los fritos, que se limitarán a una vez al mes, “preferentemente pechuga de pollo rebozada”.

SÓLO PRODUCTOS ECOLÓGICOS

Los pliegos de condiciones especifican también los protocolos para elaborar la comida y cómo se ha de hacer, siempre dentro de los centros. Incluso llegan a obligar a tomar la temperatura de los alimentos antes de servirlos a los niños: ninguno puede superar los 68 grados centígrados. Las temperaturas han de anotarse diariamente. En otro apartado explica que “todos los ingredientes serán, en un alto porcentaje de alimentos, procedentes de agricultura ecológica y se prepararán en la cocina de la escuela cada día (no procederán de cátering o comida preparada)”.

Una docena de niños en el interior de un colegio / EFE

Una docena de niños en el interior de un colegio / EFE


Además, será obligatorio cocinar con oliva virgen extra y la verdura será “obligatoriamente fresca para todos y con la periodicidad necesaria para mantener sus propiedades organolépticas y nutricionales. Dada la corta temporalidad de la judía tierna de proximidad y ecológica (de junio a septiembre), y atendiendo a la aceptación que tiene en los menús escolares, excepcional y solo en este caso se podrá suministrar ecológica y congelada fuera de temporada”.

LOS PLÁTANOS, DE CANARIAS

El cuanto a pescado, se han de suministrar congelados y se consumirán tres veces por semana, a poder ser merluza, bacalao y rape. Queda prohibido el fletán o la perca fileteados y no podrán llevar espinas. El pan ha de ser, igualmente, del día y no congelado ni precocinado. Los bastones deberán ser integrales y el agua embotellada, de baja mineralización. En cuanto a la fruta, toda ha de ser ecológica y los plátanos deben de tener la certificación de Plátano de Canarias, según consta en los contratos. Asimismo, se prevén menús especiales para días señalados, como Navidad, la Fiesta de la Primavera, la Castañada, Sant Jordi o Sant Joan. Y para las excursiones se equipará a los niños con dos bocadillos de queso o tortilla francesa, una pieza de fruta y una botella de agua.

Aunque se presentaron nueve empresas a cada una de las licitaciones de los cuatro lotes (excepto el más pequeño, al que concurrieron cuatro), sólo tres empresas se llevaron el gato al agua. Una de ella, 7 i Tria SA se hizo con los lotes 2 (8 guarderías, adjudicado en 1.874.240 euros) y 4 (7 guarderías y adjudicado en 1.790.843 euros). La firma Cuina Gestió SL se llevó el lote 1, con diez escuelas y un contrato de 2.246.501 euros. Y Comer Bien SL se llevó el lote 3, en el que se encuadraban 9 centros, por 2.174.819 euros.