Antoni Balmón y Ada Colau, en un acto del AMB  / CG

Antoni Balmón y Ada Colau, en un acto del AMB / CG

Gran Barcelona

La carrera de Balmón para la rehabilitación de viviendas en el área metropolitana

El vicepresidente del AMB toma la bandera de la “cohesión social” con el propósito de potenciar una nueva gobernanza metropolitana

27 abril, 2022 00:00

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¿La vivienda es un derecho básico de la ciudadanía? El Área Metropolitana de Barcelona entiende que sí, que forma parte del núcleo principal de las demandas ciudadanas y ha buscado la mejor oportunidad para lanzar un proyecto ambicioso, con la aportación de los fondos europeos. Quien lo asume y lo impulsa es Antonio Balmón, vicepresidente del AMB y alcalde Cornellà, que ha buscado en los últimos meses una reactivación de la gobernanza metropolitana, con un plan, entre otros, de “seguridad integral”.

Ahora se trata de una inversión de 172 millones de euros, de los que 100 se recibirán del fondo Next Generation de la Unión Europea. Son recursos destinados a la rehabilitación de viviendas para mejorar la eficiencia energética, pero que sirven como motor para toda la zona metropolitana con la bandera de la mejora social en ciudades con mayoría de gobiernos socialistas o de acuerdos entre fuerzas de izquierda.

COHESIÓN SOCIAL

En el plan no está Barcelona, que, a través de su Carta Municipal, dispone de una corporación propia de vivienda. El AMB, que preside Ada Colau, servirá, por tanto, al resto de municipios metropolitanos, algunos de ellos con importantes carencias de vivienda. El objetivo principal es el de “potenciar la cohesión social, disminuir los desequilibrios territoriales y mejorar la calidad de vida de los habitantes metropolitanos”.

Esa batalla en torno a la vivienda la ha querido protagonizar Ada Colau durante todo su mandato. Pero es ahora el AMB quien dispone de una herramienta potente que puede generar un cambio importante en todo el parque metropolitano. El plan que lidera Balmón, en una carrera para abanderar esa transformación, busca rehabilitar hasta 13.000 viviendas construidas antes de 1981, la fecha a partir de la cual se comenzó a exigir unas mínimas exigencias de eficiencia energética. Pero la totalidad de inmuebles con esas características, en los 35 municipios metropolitanos, asciende a 424.147. Y eso significa que habrá otra particular carrera por obtener ayudar: se podrán beneficiar “los primeros que lleguen”, en palabras de José Antonio Artímez, director del Consorcio Metropolitano.

El alcalde de Cornellà de Llobregat y vicepresidente ejecutivo del AMB, Antonio Balmón / LENA PRIETO - METRÓPOLI

El alcalde de Cornellà de Llobregat y vicepresidente ejecutivo del AMB, Antonio Balmón / LENA PRIETO - METRÓPOLI

Lo que se pretende es que las primeras comunidades de vecinos que se acojan puedan servir de acicate para el resto y que se produzca un efecto arrastre en el que el sector privado tenga un mayor protagonismo en los próximos años. Balmón quiere resultados, aunque admitió en la presentación del plan este martes, que es “un primer paso” y que se deberá generar posteriormente una dinámica que lleve a más cambios.

El AMB, que toma la iniciativa, considera que el programa de rehabilitación de viviendas se alinea con otros objetivos en los que trabaja el organismo supramunicipal: espacios públicos de calidad, reactivación económica, lucha contra la emergencia climática y sostenibilidad de la metrópolis.

Esas 13.650 viviendas que se esper rehabilitar, entre 2022 y 2026, beneficiarán a unas 35.000 personas, según los estudios realizados. Se generarán hasta 4.000 puestos de trabajo y se ahorrará la emisión a la atmósfera de 17.000 toneladas de CO2. Es la exigencia de la Comision Europea, que ofrece 100 millones de euros, de los que 37 ya se podrán utilizar este año. Los otros 72 millones del plan los aportarán los propietarios de las viviendas, que, según el Consorcio Metropolitano, tendrán un aumento patrimonial de tres euros por cada euro invertido.

Eso significa que esos propietarios, muchos con economías modestas, deberán aportar un dinero que puede significar una barrera insalvable. Pero habrá ayudas públicas que “no supondrán un recargo en la declaración de la renta”. Y habrá desgravaciones de hasta el 60% en los gastos de rehabilitación. Las ayudas se podrán devolver en un periodo de 90 años, para no cargar a las actuales generaciones de propietarios. Y los intereses se cobraran a los herederos, contando con que verán aumentados sus patrimonios tras esas reformas.

SERVICIO METROPOLITANO

Todo tendrá en cuenta, sin embargo, lo que se logra desde el punto de vista energético. En función de esa eficiencia conseguida, tras la rehabilitación, las subvenciones podrán llegar hasta el 80%, con un máximo de 21.400 euros por vivienda. Y los propietarios que se encuentren en vulnerabilidad económica podrán acceder a ayudas de hasta el 100% del importe.

Se trata de una revolución en todo el parque de vivienda, el más castigado, en el área metropolitana, salvo Barcelona. Y ese proyecto lo encabeza Balmón con la idea de que todas las administraciones deben colaborar en beneficio de un habitante “metropolitano” que vive, se desplaza y trabaja en distintos municipios, y lo que quiere es un servicio coordinado. El Consorcio Metropolitano ha buscado una línea directa con el posible beneficario del proyecto, con una web, cmh.cat, en la que un simulador calcula cada posible reforma, con los efectos energéticos que se conseguirán. Ese es el servicio ‘metropolitano’ en el que cree Balmón.