Vecinos de L'Hospitalet denuncian la degradación de la masía de Can Rigal: "Por dentro es una ruina"

La adecuada conservación del patrimonio es una cuestión pendiente que el gobierno municipal de Barcelona parece haber olvidado. El caso de Can Capellanets, en Les Corts, o los numerosos ejemplos existentes en Sant Andreu, ponen en evidencia el abandono municipal hacia los elementos históricos de la ciudad.

L'Hospitalet se encuentra en una situación similar. El municipio metropolitano cuenta con una gran riqueza patrimonial que se está dejando de lado en lugar de ejecutar los trabajos necesarios para llevar a cabo un mantenimiento adecuado.

La masía de Can Rigal es motivo de preocupación en la localidad barcelonesa. Edificada en el siglo XVIII, de estilo neoclásico y actualmente propiedad del FC Barcelona, sufre en su interior una grave degradación que pone en riesgo este elemento protegido.

RUINA INTERIOR

Daniel Giménez, presidente de la Asociación de Vecinos de Pubilla Cases, explica que la masía "por dentro es una ruina", especialmente "los sótanos" de la construcción, y apunta que el Ayuntamiento podría "expropiar" la masía efectuando un pago.

El líder vecinal recuerda que en 2006, cuando se comenzó a realizar un plan integral para Pubilla Cases y La Florida, se contemplaba la creación de entre "1.200 y 1.300 pisos" en los terrenos que rodean la masía, "un nuevo hospital, un parque y la cesión de Can Rigal al Ayuntamiento" después de que el Barça la rehabilitara. La iniciativa cayó con la crisis económica iniciada en 2008.

Terreno en desuso junto a la masía / METRÓPOLI - RP

Entre las previsiones de dicho plan, Giménez explica que también se encontraba el "soterramiento de la subestación de Endesa", que causa "molestias a los vecinos" especialmente en la temporada estival por el "ruido" que emite.

REFORMA INTEGRAL

El presidente de la asociación asegura que Can Rigal necesita una "reforma integral" de la que tan solo se salvaría la estructura externa. "Hay que hacerlo todo nuevo por dentro, reforzarlo. No queremos que pase como en la masía de Ca n'Oliveres, que está sin techo", afirma González tras apuntar que el barrio podría disponer de un "equipamiento muy bueno y bien situado".

Roser Pinyol, miembro de Defensem el Castell de Bellvís y vocal de la Asociación de Vecinos Collblanc-La Torrassa, explica que el colectivo vecinal apoya la lucha para la rehabilitación de la masía, y señala que la asociación realiza "manifestaciones desde los años 80" para la protección de este espacio.

Respecto al estado de la edificación, insiste en la necesidad de realizar una "reforma" y apunta a la idoneidad de que "el Ayuntamiento la adquiriera e hiciera un espacio público". Como posible uso, Pinyol vería con buenos ojos que se destinara a las oficinas del hospital que se ideó hace más de una década y que continúa sin proyecto.

Masía de Can Rigal desde la carretera de Collblanc / METRÓPOLI - RP

RIESGO DE INCENDIO

Gerard Lara, miembro de Defensem el Castell de Bellvís, remarca que se debería "desbrozar la zona", ya que la masía está rodeada de "matojos muy secos que podrían generar un incendio con las altas temperaturas", una situación que se recrudece a las puertas de la verbena de San Juan.

Este joven recuerda que Can Rigal dispone de protección patrimonial, así como que "el Ayuntamiento y el Barça se tiran la pelota" el uno al otro sobre la responsabilidad de conservación de la masía, aunque reconoce que la propiedad es del club azulgrana.

Sobre un posible uso futuro del espacio, Lara apunta a la creación de un "centro cívico". "Siempre se relaciona a los edificios históricos con contenido cultural, pero no siempre tiene por qué ser así. Se puede reinventar, apostar por un modelo sostenible y reutilizar el edificio", señala el vecino hospitalense.