Carril bici junto a una confluencia pacificada en Sant Feliu / RP

Carril bici junto a una confluencia pacificada en Sant Feliu / RP

Gran Barcelona

El urbanismo táctico de Colau subleva a vecinos y comerciantes de Sant Feliu

Los comunes ignoran a los residentes e imponen el modelo en el municipio metropolitano

24 junio, 2021 00:00

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Entre las mayores críticas que está recibiendo el gobierno municipal de Ada Colau en Barcelona, se encuentran aquellas relativas a aspectos de urbanismo y movilidad, que tienen en pie de guerra a vecinos y comerciantes.

Las improvisadas, injustificadas y costosas pacificaciones que no dejan de sucederse en la capital catalana, especialmente en el Eixample y enmarcadas en la encarnizada guerra contra el vehículo privado del consistorio, están ocasionando un perjuicio crónico a los barceloneses.

El modelo de la alcaldesa en estos dos ámbitos ya ha traspasado las fronteras de la capital catalana. En el municipio metropolitano de Sant Feliu de Llobregat, gobernado por los comunes con ERC como socio, la doctrina de Colau se ha materializado ocasionando un rechazo generalizado.

PACIFICACIÓN

Lídia Muñoz, quien comparte partido con la alcaldesa de Barcelona, ha tomado buena nota de lo que está sucediendo en la Ciudad Condal. En consecuencia, los comunes de Sant Feliu optaron por pacificar la confluencia de las calles Marquès de Monistrol y Girona, en el barrio de Roses-Castellbell. El gobierno municipal no dudó en eliminar plazas de estacionamiento en batería, emular las incomprensibles franjas de pintura en el asfalto y establecer dos hileras de bancos en línea. El uso de vegetación a modo de bolardos decorativos completan la obra.

Confluencia pacificada de las calles Marquès de Monistrol y Girona / RP

Confluencia pacificada de las calles Marquès de Monistrol y Girona / RP


"No sirve para nada. Los bancos están vacíos casi todo el día, solo se junta gente por la noche que hace ruido", relata un vecino contrario a la modificación que ha realizado el consistorio. El residente califica el cambio de "chapuza", y lamenta que se hayan eliminado las "plazas de aparcamiento" para crear este espacio.

Marga, otra residente descontenta con la zona pacificada incide en el ruido que provocan quienes "usan los bancos para reunirse y beber de noche" y dice no entender el motivo de la nueva zona teniendo "un parque delante". Además, se muestra especialmente crítica con el carril bici de Marquès de Monistrol. La implantación de esta vía de doble sentido obliga a quedarse en un damero para acceder a los contenedores, lo que esta vecina considera "un peligro por las bicicletas y patinetes que pasan muy rápido por detrás".

CARRIL BICI

El carril bici criticado por esta vecina, cuenta con la oposición de los comerciantes de la vía. Uno de ellos explica a este medio que los vendedores de Marquès de Monistrol están en contra del carril, así como que el Ayuntamiento procedió a su instalación sin aviso. "Un día nos encontramos unas vallas colocadas en la calle, y nadie nos dijo por qué. Después vimos como hacían el carril bici sin avisar", relata.

Este comerciante recuerda que en la calle hay "18 comercios", lo que choca con quitar "muchas plazas de aparcamiento". "Los comerciantes necesitamos iluminación, limpieza, seguridad y aparcamiento, y el regidor de comercio ni se presentó para preguntarnos", lamenta, agregando que a escasos metros se encuentra una calle que es ideal para ciclistas al tratarse de una zona 10. "Este carril bici es un problema, se van a cargar la calle", sentencia.

Peligroso damero para acceder a los contenedores / RP

Peligroso damero para acceder a los contenedores / RP


CAÍDAS

En una cervecería de la calle también expresan su "descontento total" con la medida. Desde el bar aseguran que "nadie ha preguntado y es muy peligroso". De hecho, algunos de sus clientes ya han sufrido el nuevo carril. "Tengo las mesas de la terraza al borde del carril bici, y hay el peligro de que los clientes caigan cuando tiren para atrás la silla. De momento ya han caído dos clientes al carril", explican.

Además, subrayan que existe el riesgo de que se realicen robos de bolsos mediante el método del tirón por parte de usuarios de "patinetes y ciclistas". Para tratar de salvar la situación, y sabiendo que "el carril bici no lo van a quitar", desde la cervecería piden que el consistorio les instale "una tarima" como en cualquier otro bar. "Gobernando quien gobierna, esto va a acabar como Barcelona", remarcan en referencia a los kilómetros de carriles bici impulsados por los comunes en la capital catalana.

LOS COMUNES INGORAN LA MOCIÓN

La oposición al carril bici llegó hasta el pleno municipal de Sant Feliu del pasado mes de abril. En la sesión, se aprobó una moción votada favorablemente por todos los partidos de la oposición para la retirada de dicho carril. Desde el Ayuntamiento se ha hecho oídos sordos a dicha proposición, que ha calificado de moción con "efecto simbólico", mientras que vecinos y comerciantes continúan sufriendo el carril.