Una de las ventanas abiertas en La Modelo / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Una de las ventanas abiertas en La Modelo / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

El pulso de la ciudad

Tres nuevas ventanas abren un patio de La Modelo a la ciudadanía

El colectivo Boa Mistura ha pintado en este patio la frase "Más allá de los muros, la calle"

31 julio, 2019 14:06

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La Modelo es cada vez más visible a ojos de la ciudadanía. Ha estrenado tres ventanas en el muro de la calle Rosselló a través de las cuales se puede ver el patio de la cuarta galería. De este modo, un espacio que décadas atrás solo podía ser contemplado por los reos y los trabajadores de La Modelo, está ahora a la disposición de todos lo que quieran descubrir nuevos rincones de Barcelona. 

En el patio de la cuarta galería, hay una instalación artística del colectivo Boa Mistura, donde aparece pintada la frase “Más allá de los muros, la calle”. Se trata del fragmento de un poema de Josep Domènech i Avellanet, que cumplió condena en la prisión entre el 1939 y el 1942. Durante este periodo escribió varios poemas en los que expresaba lo mucho que echaba de menos el mundo exterior y como lamentaba perderse todo lo que le esperaba fuera. 

ACTIVIDADES

Con esta obra, Boa Mistura ha explicado a Betevé que pretende que el interior de la Modelo y el mundo exterior empiecen a relacionarse de otra forma. Ya no son mundos completamente distintos, y es por eso que el colectivo ha añadido que también pretende simbolizar “el cambio que se está produciendo desde que se acordó cerrar el centro penitenciario para abrirlo al público y llenarlo de actividades mientras se desarrolla el proceso de la transformación global”.  

Más allá de la obra que recuerda qué significaba cumplir condena en un lugar como La Modelo, la otra novedad de la antigua prisión es que se están a punto de terminar las obras del edificio de la calle de Entença, donde habrá un auditorio y una sala polivalente a partir de setiembre. Una muestra más de que La Modelo está dejando de ser esa prisión que Barcelona vio nacer en 1909, momento en el que se convirtió en el testigo que, de forma inmóvil, presenciaría más de un siglo de historia de la ciudad.