Un pescador de anchoas y sardinas del Mediterráneo

Un pescador de anchoas y sardinas del Mediterráneo

El pulso de la ciudad

Las sardinas y anchoas de Barcelona, llenas de microplásticos

Un investigación de tres institutos desvela el mal estado del Mediterráneo

26 junio, 2020 13:17

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La alimentación de los barceloneses, dañada por el mal estado del mar. El 58 % de las sardinas y el 60 % de las anchoas que habitan en el Mediterráneo Occidental tienen microplásticos en sus intestinos, pese a ser los peces más comercializados y consumidos.

Así se desprende de una investigación impulsada por el Instituto Español de Oceanografía (IEO), el Institut de Ciències del Mar (ICM) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Institut Français de Recherche pour l'Exploitation de la Mer (IFREMER).

ATUNES, CETÁCEOS Y AVES MARINAS

Tanto anchoas como sardinas representan el 39 % del total de las capturas del noroeste del mar Mediterráneo en los últimos años, y juegan un papel clave en los ecosistemas marinos, donde son presas importantes para depredadores como los atunes, los cetáceos y las aves marinas.

Sin embargo, un análisis ha demostrado que más de la mitad de estas especies han ingerido partículas y fibras de plástico de tamaño inferior a 5 milímetros. Estas partículas son invisibles a simple vista pero afectan a pequeños peces, organismos invertebrados y otros animales filtradores que tienen el potencial de entrar en la cadena alimentaria.

PARÁSITOS

Según los investigadores, entre los factores que influyen en esta incidencia destaca la prevalencia de parásitos como larvas, trematodos y nematodos en el tracto intestinal. Los individuos con mayor contenido de microplásticos en su sistema digestivo también tienen más parásitos.

"Los resultados de la investigación evidencian la importancia de la monitorización continuada del medio marino, que nos permite evaluar la salud de los ecosistemas marinos y su impacto sobre los seres humanos", ha apuntado la investigadora del ICM-CSIC Marta Coll.

Las áreas geográficas donde los peces tienen más probabilidades de ingerir microplásticos son el Golfo de Alicante en el caso de las sardinas y el Golfo de León del Delta del Ebro en el de las anchoas.