Una buena alimentación es la mejor herramienta contra ciertas enfermedades / QUIRÓNSALUD

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La influencia de la dieta en el dolor crónico

Una alimentación de baja calidad nutricional puede ser causa de ciertas enfermedades que perjudican la salud y el bienestar de los pacientes

26 abril, 2022 00:10

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La relación entre el dolor crónico y la alimentación es tan compleja como interesante; se da en dos sentidos y requiere un abordaje totalmente individualizado. El dolor crónico afecta a la alimentación y al estado nutricional de quien lo padece; y la dieta afecta a la intensidad y evolución del dolor.

Conocer la relación entre estos factores nos permite comprender cómo una mejora dietética ayuda a los pacientes a sentirse mejor. No importa si la causa del dolor es una patología u otra (fibromialgia, endometriosis, artrosis...). Cuando se cronifica, el dolor adquiere entidad propia y hay que tratarlo desde diferentes disciplinas, explica Isabel Laura Arranz, Dietista y Nutricionista Experta en Dolor del Instituto Aliaga

Isabel Laura Arranz, Dietista y Nutricionista Experta en Dolor del Instituto Aliaga / TWITTER

Isabel Laura Arranz, Dietista y Nutricionista Experta en Dolor del Instituto Aliaga / TWITTER

LA NUTRICIÓN COMO SOLUCIÓN

La nutrición, contemplada como una herramienta más dentro del tratamiento multidisciplinar de este problema de salud, contribuye a la salud y bienestar de las personas que sufren dolor crónico.

¿Cómo influye la dieta en el dolor crónico? “Muchos estudios han puesto de manifiesto que en situaciones de dolor crónico existe un nivel elevado de estrés oxidativo y también un estado de inflamación sistémica crónica que agravan su evolución y favorecen alteraciones metabólicas y endocrinas que también empeoran la situación de salud del paciente y su dolor”, argumenta la doctora Arranz.

LA IMPORTANCIA DE LOS ANTIOXIDANTES

La especialista de la Clínica del Dolor Teknon explica que el estrés oxidativo es una situación en la que “las células de nuestro organismo tienen un exceso de sustancias oxidantes versus un defecto de defensas antioxidantes, de manera que se produce una acumulación de ‘residuos’ que entorpecen el funcionamiento normal de nuestros tejidos”.

Todos los sistemas del organismo, como el sistema cardiovascular o el sistema nervioso, se resienten ante situaciones de estrés oxidativo continuado. Por ese motivo, está implicado en tantas enfermedades. Las defensas antioxidantes pueden venir de diferentes fuentes, pero sobre todo debemos obtenerlas a través de la alimentación y, en especial, de los alimentos vegetales.

LA INFLUENCIA NEGATIVA DE LA OBESIDAD

Otra de las evidencias claras a día de hoy es que la obesidad está relacionada negativamente con el dolor crónico. Cuanto mayor exceso de peso corporal, mayores son los niveles de dolor, que disminuyen cuando los pacientes logran adelgazar por lo menos un 10% de su peso.

La prevalencia del sobrepeso y la obesidad es superior en pacientes con dolor crónico, debido a factores como la disminución de actividad física, los cambios en la alimentación, los hábitos dietéticos no adecuados o las alteraciones metabólicas. “Por eso, tiene un gran beneficio para los pacientes ayudarles a reducir su peso, siempre para disminuir la masa grasa corporal y mantener al máximo la masa muscular”, recomienda la doctora Arranz.

El principal problema de alimentación en cuanto al peso corporal suele ser el exceso de consumo global de calorías, especialmente en forma de azúcares, grasas saturadas e hidratos de carbono (de productos demasiado refinados o procesados).

UNA DIETA SALUDABLE REDUCE EL DOLOR

Otros factores en la dieta pueden ayudar a mejorar la salud de los pacientes y sus niveles de dolor. Los alimentos deben aportar las calorías justas y necesarias y los elementos indispensables para que el organismo funcione correctamente. Es el caso de las vitaminas, los minerales, las proteínas, los hidratos de carbono, algunas grasas, y la fibra.

“La calidad dietética de lo que comemos debe ser óptima y aportar la proporción adecuada de cada grupo de alimentos, para así obtener los nutrientes en las cantidades que realmente necesitamos”, indica la nutricionista del Instituto Aliaga. La doctora Arranz recomienda una dieta ajustada en calorías, con predominio de alimentos vegetales sobre los de origen animal, evitar alimentos procesados y procurar una buena hidratación. De esa forma, se garantizará el equilibrio nutricional.

REDUCIR LAS GRASAS

Resulta también imprescindible que la alimentación contribuya a minimizar el estrés oxidativo y la inflamación crónica con el aporte de sustancias antioxidantes y antiinflamatorias, como por ejemplo algunas vitaminas y minerales o las grasas de tipo omega-3.

“En este sentido, es muy recomendable eliminar elementos pro-inflamatorios en la dieta que favorezcan el dolor, como por ejemplo el exceso de azúcares, el exceso de grasas, especialmente de grasas saturadas (las de origen animal y de alimentos procesados) o el exceso de grasas omega-6 (presentes en muchos alimentos procesados) versus las de tipo omega-3 (frutos secos y pescado azul)”, alerta la dietista.

INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS Y DOLOR

La posible presencia de intolerancias alimentarias en pacientes con dolor crónico provoca frecuentes alteraciones gastrointestinales. Por ello, es fundamental mejorar la capacidad de digestión y la función y ritmo intestinal.

“Aún queda mucho por conocer, pero seguramente la microbiota intestinal está jugando un papel clave en este problema de salud, por lo que debemos procurar que la dieta sea beneficiosa en este aspecto también”, afirma la nutricionista Isabel Laura Arranz.

El asesoramiento nutricional es importante cuando se trata de pacientes con dolor crónico, puesto que genera muchos beneficios.

Estas son las recomendaciones principales:

  • Disminuir el estrés oxidativo y la inflamación
  • Bajar de peso cuando haya sobrepeso u obesidad
  • Mejorar la composición corporal, disminuyendo la masa grasa y manteniendo la masa muscular
  • Reducir el síndrome metabólico (niveles altos de colesterol y/o triglicéridos, hipertensión arterial, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2)
  • Mejorar el contenido calórico y nutricional de la dieta
  • Tratar las alergias y/o intolerancias alimentarias y las alteraciones gastrointestinales
  • Entender la importancia del sueño para el control de la ingesta y el metabolismo
  • Controlar la ingesta del exceso de calorías permitiendo al paciente seguir disfrutando del hecho de comer
  • Y por supuesto, el abordaje nutricional debe ser, como todo tratamiento ideal, completamente individualizado y tener en cuenta todos los factores que en cada paciente pueden tener relación con su vivencia del dolor y de su forma de comer. No hay una sola dieta igual para cada persona.