Imagen del interior de una habitación de la residencia privada Matacàs de Sant Adrià de Besòs / MATACÀS

Imagen del interior de una habitación de la residencia privada Matacàs de Sant Adrià de Besòs / MATACÀS

Gran Barcelona

Un geriátrico de Sant Adrià acumula 60 fallecidos por Covid-19

La residencia Matacàs posee el triste récord de fallecimientos durante la pandemia del Covid-19

23 abril, 2020 14:28

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Una residencia de ancianos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) acarrea estas semanas un dato muy preocupante. El problema es que posee el triste récord de fallecimientos durante la pandemia del Covid-19. El geriátrico privado Matacàs, en Sant Adrià de Besòs, acumula 60 muertes desde que estalló la crisis sanitaria del coronavirus en España, aunque no todas ellas han podido ser confirmadas con test PCR.

Según informa este jueves Crónica Global, esta cifra la aportan únicamente los familiares de las personas afectadas. El centro rebaja internamente los decesos a 43 y el Ayuntamiento, a 36.

43, SEGURO; 60, MUY POSIBLE

La Residencia Matacàs de Sant Adrià informó que presentaba ya 43 fallecimientos en un comunicado interno el pasado 8 de abril, fecha de la última comunicación de la dirección del centro con las familias.

Pero, desde entonces, han ocurrido diversas cuestiones. "Han empezado a hacer test a los residentes, se han llevado a algunos a otros centros y los Bomberos han intervenido con todo", explican las familias. Fuentes del cuerpo de Bomberos han confirmado una intervención "a gran escala" esta semana para desinfectar la Residencia Matacàs del Covid-19.

NO SABE, NO CONTESTA

Preguntado por la cuestión, la dirección del equipamiento para mayores no ha contestado a los requerimientos de Crónica Global. Tampoco lo ha hecho ningún miembro de la familia Clapés, que regenta una farmacia en el municipio metropolitano y que son, según el Registro Mercantil, los propietarios del centro.

En una carta interna, la gerencia aseguraba el 8 de abril que había 28 muertes con síntomas compatibles con Covid-19, 6 confirmadas con la enfermedad y otras nueve "con otras patologías".

DESPROTEGIDOS

Al mismo tiempo, en otro comunicado interno, la cúpula del geriátrico aseguraba que habían encargado test a una empresa de Estados Unidos, y que habían empezado a sectorializar el centro conforme a los protocolos higiénico-sanitarios que están aplicando otros.

Eso sí, desde esta instalación para ancianos, se defienden alegando que "no son un hospital ni un centro sociosanitario", por lo que se sienten "desprotegidos" ante una pandemia de esta magnitud.

EL CASO DE JOAQUÍN

Un ejemplo de las consecuencias de la nefasta gestión es lo que le ha pasado a Joaquín, que pone en cuestión todo el argumentario del centro. Su suegra, de 90 años, murió en la Matacàs a finales de marzo. "El certificado de defunción pone insuficiencia respiratoria, pero estamos seguros de que fue Covid-19", insiste este ciudadano de Sant Adrià de Besòs.

Pero no se le agotan las críticas. "Nos decían que mi familiar estaba bien, hasta que el 25 de marzo nos llaman y nos dicen: Su suegra esta muy mal", admite. Según él, la residencia trató de llevar a la usuaria al hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Can Ruti), pero "no la trasladaron porque en el hospital decían que, para lo que podrían hacerle allí, ya estaba bien donde estaba".

La mujer falleció a las pocas horas. De hecho, Joaquín está tan descontento con el trato de la residencia que ha publicado un vídeo en Youtube para denunciar al centro por opacidad, falta de información y "abandono" de los residentes.

UN SEGUNDO TESTIMONIO

Otra familiar que prefiere mantenerse en el anonimato avisa de que su padre, de 96 años, también falleció por la misma causa el pasado 1 de abril. "El lunes 30 de marzo pude verle por última vez, ya estaba con la respiración mal, sin avisarme nadie", reconoce.

"El 31 por la mañana me llamaron para decirme que necesitaba oxígeno. Al mediodía llamé para hablar con el enfermero y ya me dijo que estaba muy mal y que lo habían sedado. Yo les dije que le dieran antibiótico. Me contestaron que ya se lo habían dado sin avisarme. Por la noche volví a llamar y me admitieron que el enfermero se había marchado a las ocho de la tarde, o sea que sanitarios por la noche no había", se queja.

"El día 1 de abril ya me llamaron, aunque fue una auxiliar de geriatría para darme la noticia. Mi padre había muerto", concluye.