El ideólogo de las supermanzanas, contra Colau: "La propuesta del Eixample no tiene sentido"

Salvador Rueda no está de acuerdo con el plan del Ayuntamiento de Barcelona de convertir el distrito del Eixample en una gran supermanzana. El presidente de la Fundación Ecología Urbana y Territorial, considerado el padre de las supermanzanas en la ciudad, fue el ideólogo de los proyectos en El Poblenou y El Born. Pero ahora rechaza el nuevo planteamiento del consistorio y niega que pueda ser considerado una supermanzana. En el programa Bàsics de Betevé que se ha emitido este lunes, Rueda ha explicado por qué.

“La propuesta de la supermanzana del Eixample no tiene sentido, porque la supermanzana incorpora 100 variables, todas alineadas, donde todo funciona. Se reduce la contaminación atmosférica, el ruido, se enverdece la ciudad, los accidentes se reducen…”, elementos que deberían incorporar, por ejemplo, la red ortogonal de autobuses de las líneas H y V. Algo que no ocurriría con el nuevo plan del gobierno municipal de Ada Colau. Para Rueda, no hay componentes suficientes para definir el proyecto como supermanzana: “Yo prefiero que hablen de un proyecto de ejes verdes, pero que no hablen de supermanzanas. A las cosas se las tiene que llamar por su nombre, si no nos confundimos todos”.

“La propuesta de las supermanzanas se puede hacer mañana si se quiere. Es un problema político y también de valentía. Si a mí me dejan, en cuatro años hago todas las supermanzanas de Barcelona sin problema. Solo nos hemos puesto de acuerdo en cosas verdaderamente importantes para la ciudad si alguien al principio lo ha decidido fuera, este es nuestro problema”, ha lamentado en la televisión local.

CONTRA LA PINTURA DE COLORES

Críticas al nuevo proyecto del Eixample y también a la pintura de colores en el suelo que ha proliferado en los últimos meses. “No funciona, es una confusión total”, ha alertado Rueda. “Hay un problema muy grave, que es el tratamiento del color. El color no es neutro. El amarillo y el negro en la calle representan peligro (…) ¿Cuánta gente ocupa el espacio de estas líneas amarillas? Está hecho con muy buena intención. Pero a veces nos equivocamos, las cosas tienen que ser claras”.