Imagen del restaurante Fonda Pepa de Gràcia / AE

Imagen del restaurante Fonda Pepa de Gràcia / AE

El pulso de la ciudad

Un restaurante de Barcelona, obligado a cerrar un día después de su inauguración

Los propietarios de la Fonda Pepa de Gràcia apuntan que "asumir 15 días de cierre tras dos días de vida será duro"

16 octubre, 2020 00:00

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La Fonda Pepa abrió sus puertas por primera vez este miércoles. Pero la inauguración de este nuevo restaurante en Gràcia ha sido fugaz. Las nuevas restricciones, que incluyen el cierre de bares y restaurantes durante 15 días, han obligado a sus propietarios a cerrar al día siguiente de haber abierto.

Los cocineros barceloneses Pedro Baño y Francisco Benítez adquirieron el local durante el confinamiento. Su idea era abrir el local cuando se relajaran las restricciones y han estado dos meses trabajando en el proyecto. Ahora, aunque están contentos porque han podido ponerlo en marcha, explican que “asumir 15 días de cierre tras dos días de vida será duro a nivel económico”.

OPTARÁN POR EL TAKE-AWAY

Los cocineros señalan que no tienen previsto tirar el producto que ya han adquirido porque durante el cierre optarán por el take-away. Aún así, apuntan que tendrán pérdidas, porque no podrán facturar lo mismo que si el restaurante estuviera abierto. En ese sentido, explican que tienen unos gastos asociados al local que no van a desaparecer. “Aunque el aforo ha sido hasta ahora del 50% el alquiler no era del 50%. Y a partir de este viernes que tenemos que cerrar tampoco pagaremos el 0% del alquiler”, lamenta Baño.

EN DESACUERDO CON EL GOVERN

Baño considera que las ayudas que el Govern dará a la restauración son “necesarias pero insuficientes” y cree que podrían haberse adoptado otro tipo de medidas.

“Nosotros limpiamos las mesas, cambiamos los cubiertos, mantenemos la distancia de seguridad entre mesas. En cambio, las medidas en la restauración son mas fuertes que en la mayoría de otros negocios”, señala. En la misma línea, añade que “no tiene coherencia que puedas ir al cine pero no a un restaurante”.

Es por ello que apoyan que el Gremi de Restauració lleve a los tribunales el cierre de 15 días. “El gremio está haciendo bien su trabajo porque está ayudando a todos los que estamos agremiados y a los que no, defendiendo los intereses del sector hostelero”, señala el cocinero.

Su última esperanza es que la justicia tumbe el cierre decretado por el Govern, y en caso de que no sea así, que se cumplan los 15 días estipulados inicialmente y no se alarguen, como muchos hosteleros sospechan.