El Tibidabo, el parque de atracciones de Barcelona, en una imagen de archivo / WIKIPEDIA

El Tibidabo, el parque de atracciones de Barcelona, en una imagen de archivo / WIKIPEDIA

El pulso de la ciudad

La reapertura del Tibidabo, accidentada

El parque de atracciones reabre con errores de organización

17 mayo, 2021 09:11

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Este fin de semana ha vuelto a subir la persiana el parque de atracciones Tibidabo. Clientes comprando las entradas con antelación, medidas anticovid en regla y aforo según las restricciones. Sin embargo, se registraron largas colas que llegaban a la cima de la montaña con los tickets comprados con antelación. De hecho, según relatan algunos testigos, más rápida era la cola de las personas que llegaban sin entrada. 

La excusa de los responsables del recinto es que fallaron en las previsiones. Eso, además, con la entrada a 35 euros por cabeza de adulto o niño de más de 120 centímetros de altura.

REAPERTURA

El parque reabrió con un 80% de sus instalaciones operativas. Quedaron pendientes para una mejor ocasión recintos como el Hotel Krüeger o el avión, que este 2021 cumplirá 94 años.

Largas colas para entrar en el Parque de atracciones del Tibidabo / TWITTER

Largas colas para entrar en el Parque de atracciones del Tibidabo / TWITTER


¿QUÉ PASÓ?

Según relató a betevé el jefe de operaciones del Tibidabo, Bruno Querol, la dirección del recinto creyó que la mayor parte del público subiría al parque con los autobuses lanzadera ahora que el precio de la entrada incluye ese viaje de ida y vuelta. De ser así, parte de los visitantes habrían llegado a la cima con la pulsera que les permite franquear la puerta de entrada ya puesta. Pero no fue así. Muchas familias optaron por el coche particular.

Aparcar el vehículo en el estacionamiento del Tibidabo cuesta 13 euros y usar el funicular tiene un precio de 12 euros.

LARGAS COLAS

La reapertura del parque de atracciones fue, pues, accidentada. El enfado de quienes llegaban con las entradas ya pagadas se vio acrecentado al comprobar que los visitantes que llegaban con las manos en los bolsillos hacían colas mucho más cortas.