Un grupo de menas durmiendo en la comisaría de los Mossos d'Esquadra / ARCHIVO EFE

Un grupo de menas durmiendo en la comisaría de los Mossos d'Esquadra / ARCHIVO EFE

El pulso de la ciudad

La Guardia Urbana carece de un protocolo de atención para los menas

El sindicato CSIF denuncia la falta de espacios habilitados y de personal para la vigilancia de los menores no acompañados en las comisarías

14 junio, 2019 00:01

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La Guardia Urbana no tiene establecido un protocolo para la atención y control de los Menores Extrajeros No Acompañados, conocidos popularmente como menas, que acaban en las comisarías de la policía local. Así lo asegura la Centra Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en un escrito dirigido a la alcaldesa en funciones, Ada Colau, al que ha tenido acceso Metrópoli Abierta. CSIF también denuncia la falta de un espacio en el que estos niños y adolescentes puedan permanecer en los cuarteles y pregunta quién se hace responsable de su custodia. 

En ocasiones, estos jóvenes acaban en las dependencias policiales tras cometer algún delito penal en las calles de Barcelona, principalmente en Ciutat Vella. En estos casos, los chicos son detenidos y son derivados a la Fiscalía de Menores, dice el secretario de Organización de CSIF y agente de la Guardia Urbana, Eugenio Zambrano. Pero no siempre es así. A veces, la Guardia Urbana localiza a grupos de menores por la calle o algunos vecinos avisan de la presencia de estos adolescentes durmiendo, por ejemplo, en cajeros.

Zambrano asegura que la obligación de la policía es recoger a estas personas para "evitar situaciones de desamparo". Según Zambrano, las comisarías carecen de espacios habilitados y estos chicos acaban en la sala de espera, en los accesos de la comisaría o durmiendo en el suelo, como en alguna ocasión ha sucedido en el equipamiento policial de Ciutat Vella o en comisarías de los Mossos d'Esquadra, como muestra la fotografía.

LA DGAIA, AUSENTE

Según el secretario general de CSIF en el Ayuntamiento de Barcelona, Horacio López, la Guardia Urbana se suele poner en contacto con la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia (DGAIA), que depende de la Generalitat de Catalunya, para que se haga cargo de los menores. Sin embargo, muchas veces la respuesta de la DGAIA es que “no dispone de espacio para hacerse cargo del menor”, afirma el sindicato en el texto, que no ha facilitado a este medio ninguna imagen sobre alguna estancia de grupos de menas en alguna comisaría.

Los centros de la DGAIA están saturados ante la llegada masiva de menas al área de Barcelona. Unas decenas de ellos malviven en las calles de la ciudad y en cuevas en Montjuïc. La DGAIA tiene previsto abrir próximamente un nuevo centro para atender a estos jóvenes. Según el conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir el Homrani, el espacio abrirá cerca de Barcelona. La DGAIA ha descartado construir este equipamiento para menas en la Zona Franca como en principio estaba previsto.

Metrópoli Abierta desveló hace unas semanas que la llegada de Menores Extranjeros No Acompañados se ha disparado en Cataluña en nueve años, la gran mayoría a Barcelona y su área metropolitana. Entre los años 2010 y 2019 han desembarcado 8.785 menas. La cifra ha ido claramente al alza. De los 362 adolescentes aterrizados en 2010 se ha pasado a 3.659 en 2018, según el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia. Entre el 1 de enero y el 30 de abril de 2019 han aterrizado en tierras catalanas 775 menores no acompañados. La Generalitat ha previsto que en 2019 puedan llegar a Cataluña unos 5.500 jóvenes.

AGENTES SOLOS

Particularmente grave es la situación por las noches en las comisarías de la Guardia Urbana. Si un mena es trasladado a un cuartel por alguna patrulla, el menor queda bajo la custodia del único agente que, en ocasiones, está de vigilancia en las puertas del edificio policial. El agente, entre otras tareas, debe atender a los ciudadanos, controlar las cámaras del perímetro y entregar o recoger material. Con la llegada de estos adolescentes, el guardia urbano ve incrementada su carga de trabajo y responsabilidad sin que exista ningún protocolo de actuación.

López critica que se dan “situaciones impropias como tener a un menor sentado horas en un banco o silla junto a las puertas de acceso a las dependencias policías”. CSIF asegura que es muy habitual que algunos de estos menas consigan huir aprovechando cualquier descuido de los policías.

En el escrito que CSIF ha hecho llegar a Colau, el sindicato reclama "elaborar un procedimiento organizativo que contemple unas directrices claras para toda la Guardia Urbana en sus intervenciones con los menas" y habilitar espacios comunes centralizados, "con vigilancia permanente", para la estancia de estos menores hasta que la DGAIA se haga cargo de ellos.