Las Ramblas de Barcelona continúan llenas de turistas felices, como de costumbre / MIKI

Las Ramblas de Barcelona continúan llenas de turistas felices, como de costumbre / MIKI

El pulso de la ciudad

Los guiris siguen 'rambleando' como siempre, como si nada

Un año después, las Ramblas no han cambiado: llenas de turistas felices y desmemoriados

15 agosto, 2018 13:04

Noticias relacionadas

Guiri significa, en español coloquial, turista extranjero. En general. Lo dice la RAE. Así que no lo escribimos con ánimo de ofender -ni mucho menos-, sino para agrupar a los miles y miles que se pasean cada día por las Ramblas.

Un año después del atentado, nadie diría que han cambiado las cosas en la principal arteria turística de Barcelona. Hasta podría decirse que la foto fija sería la misma: una oleada constante de gente con poca ropa, desinhibida, una botella de agua en la mano y el inevitable móvil en la otra. Rambla arriba, Rambla abajo, y viceversa...

De no ser porque se visibilizan adecuadamente las patrullas policiales -un coche está aparcado en la entrada de Canaletas- y porque hay esos extraños ¿bolardos? de hormigón, diríase que nadie podría asegurar que estamos en 2018 y no en 2017. 

Tras un delicado trabajo de campo, podemos dar fe de que la mayoría de los turistas que se patean las Ramblas estos días recuerda vagamente lo del atentado; es más, prácticamente nadie sabía que este viernes se cumple justo un año ni, mucho menos, que hay un gran acto en el que se homenajeará a las víctimas de aquel horrible suceso con presencia del Rey de España.

La Boqueria sigue siendo un imán para los turistas / MIKI

La Boqueria sigue siendo un imán para los turistas / MIKI


Por no haber, apenas hay turistas fotografiándose sobre el mosaico de Miró, en el Pla de l'Ós, donde la malhadada furgoneta quedó varada. Ya no hay flores en el suelo, y el memorial prometido por el Ayuntamiento está aún en estudio.

Algunos de esos turistas -parece mentira- no saben lo que pasó el 17-A del año pasado.

“¿Un atentado, aquí en las Ramblas, dice usted?”. Lo repregunta Jacqueline, una colombiana que vive en EEUU y que ha venido con unas amigas... ¡que tampoco saben nada! Se lo resumimos, pero ni por esas: "¡No teníamos ni idea!".

Un barbudo guía explica a su grupo lo que significa Canaletas / MIKI

Un barbudo guía explica a su grupo lo que significa Canaletas / MIKI


Quienes sí se acuerdan son los Fernández, una familia mexicana (de Puebla, recalcan) que han vuelto a pisar las Ramblas ¡justo un año después! Los encontramos bebiendo agua de la fuente de Canaletas, fotografiándose por turnos en entrañable algarabía.

-Entonces, ¿estaban aquí cuando ocurrió?

-No. Habíamos salido de Barcelona un par de días antes del atentado

Han vuelto al lugar de los hechos, pero no con miedo ni resquemor, sino porque esta vez han venido con sus dos hijos preadolescentes, Borja y... ¡Ferran!

“Es que mi abuelo es catalán”, justifica Alejandro, el padre. “Siempre que se puede venimos a Barcelona, por las raíces y porque nos encanta esta ciudad. Del atentado, no nos enteramos bien hasta que volvimos a México. Quién sí lo vivió fuerte fue Ferran, que lo vio todo por la tele...”

Ferran, que viste la primera camiseta del Barça (Borja, la segunda equipación) y que aún está emocionado porque ayer fueron al Camp Nou, asiente a sus padres.

-Estaba en casa viendo la tele y de repente pararon los programas para dar la noticia. Me preocupé muchísimo, porque yo pensaba que ellos (los padres) estaban todavía por aquí.

La familia Fernández nos pide que les hagamos una foto de familia con su móvil, con las Ramblas de fondo, para enviársela por wassap inmediato a los amigos de Puebla.

Orientándose para no perderse por las Ramblas / MIKI

Orientándose para no perderse por las Ramblas / MIKI


UNA PREGUNTA: ¿DÓNDE FUE?

“Hay turistas que sí me preguntan sobre el atentado. En realidad, les noto un poco morbosos con el tema; sin mala fe, pero morbosos”, comenta Chris, un guía no oficial, de los que captan turistas en la plaza Catalunya para ganarse el jornal. “Yo lo resumiría así: muchos recuerdan que aquí pasó algo, pero ni tienen miedo ni les preocupa el tema. Otros me preguntan lo típico: ¿Dónde ocurrió? Entonces les llevo desde Canaletas hasta lo de Miró. Hacen fotos, pero como no hay ninguna referencia, se quedan algo confundidos...”

“Llevo aquí desde que empezó el verano, y la verdad es que pocos me ha preguntado por el atentado”, corrobora Fabio, un italiano que reparte folletos oficiales de Infocity, la agencia que vende entradas para visitar los sitios de Barcelona. “Yo diría que quien viene a Barcelona no considera relevante lo que ocurrió. Ha pasado un año, y la gente viene a hacer turismo y a pasárselo bien”.

EXTRANJEROS DE BARCELONA

Hay extranjeros que no son turistas pero que han hecho de Barcelona su hogar. Para ellos, lo del atentado les pilló entre dos aguas, en el sentido metafórico y real. Uno de ellos, Nico, lo recuerda así: “Estaba tomando una cerveza con una amiga en el Born, tan tranquilos. De repente, le mandaron un mensaje unos amigos. Nos quedamos de piedra”, rememora.

Pocos turistas reparan en el lugar donde se detuvo la furgoneta asesina / MIKI

Pocos turistas reparan en el lugar donde se detuvo la furgoneta asesina / MIKI


“Al cabo de unos minutos, tras comprobar que nuestros amigos se encontraban bien e informar a la familia en EEUU, empezó a venir gente que había estado en las Ramblas. Fue un drama, sobre todo porque te sientes incapaz de hacer nada. Creo que ninguna ciudad del mundo está a salvo de un atentado terrorista, y no nos va quedar más remedio que convivir con esa certidumbre”.

Barcelona es mi ciudad y aquello no cambió mi idea de seguir viviendo aquí”, razona. Y acaba: “La vida sigue, y así tiene que ser. Pero cada vez que paso por las Ramblas, no puedo evitar que me venga a la mente lo que pasó hace un año...”.