Barcelona se prepara para la “superluna de nieve” más brillante

La “superluna de nieve” se acerca a la Tierra... literalmente. Este martes podremos presenciar uno de los mejores eventos astronómicos del año porque la luna llena se encontrará en su perigeo: es decir, en el punto más cercano a la Tierra. En concreto, la distancia entre una y otra se estrechará hasta los 356.846 kilómetros de separación, así que tanto el aspecto como el brillo se intensificará en un 14 % y un 30 %, respectivamente. Sin ir más lejos, será la más brillante de los próximos siete años. ¡Increíble!

El nombre “superluna de nieve” se debe a que se produce en un periodo de grandes nevadas en el hemisferio norte. Aunque si no puedes verla esta vez, no te preocupes: la de este martes no será la única del año. La primera se produjo junto con un eclipse y la tercera tendrá lugar el 21 de marzo. Sin embargo, esta de febrero (la segunda) será la más brillante de todas.

LOS MEJORES LUGARES PARA VERLA EN BARCELONA

Para apreciarla en todo su esplendor, el consejo de todos los astrónomos pasa por alejarse de las grandes ciudades y huir de los puntos contaminados. Pero, al ser entre semana quizá no sea tan fácil, así que buscamos los lugares más despejados de Barcelona para poder disfrutar de la superluna más brillante sin tener que abandonar la ciudad.

Uno de los puntos más concurridos –tal como comprobamos durante el eclipse– son los Búnkers del Carmel. Ahí, se podrá ver la Luna iluminando la ciudad de noche. No obstante, antes de llegar a este paraíso natural se encuentra el puente de Vallcarca, otro buen emplazamiento para poner fin a la noche con buenas vistas.

Vivir esa noche en el Observatorio Fabra puede ser un puntazo. Ahí lo dejamos. Más abajo, en la playa de la Barceloneta, también se podrá ver la Luna con el sonido de las olas meciendo nuestros pensamientos a modo de banda sonora. Otra alternativa puede ser la terraza de un hotel o, si eres de esos afortunados, subir a la azotea de tu edificio. Para los que no tengan tiempo o salgan tarde del trabajo, siempre quedará la opción de mirar entre los edificios y, cruzar los dedos, ¡a ver si hay suerte!