Los brazos de M. durante su estancia en la residencia DomusVi Buxeres de L'Hospitalet de Llobregat / CG

Los brazos de M. durante su estancia en la residencia DomusVi Buxeres de L'Hospitalet de Llobregat / CG

Gran Barcelona

Denuncian malos tratos a ancianos en un asilo de L'Hospitalet

Una vecina del AMB denuncia "malos tratos" a su familiar en un geriátrico de la empresa DomusVi

11 mayo, 2020 09:58

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Una familia de L'Hospitalet de Llobregat denuncia presuntos "malos tratos" a su madre en una residencia de DomusVi, una de las compañías que más ha sufrido la crisis sanitaria en sus asilos.

Según informa este lunes Crónica Global, Francisca López Valentín no se esconde y se dirige al citado medio con una carpeta de documentos y fotografías muy gráficas que, según ella, atestiguarían "abandono" de su familiar en el asilo de la compañía líder del sector en España. Preguntada por este diario digital, la firma ha preferido no comentar el caso. Internamente, DomusVi culpa a las heridas de la señora de 92 años a la medicación anticoagulante que ella tomaba y a su debilidad capilar.

YA NO ESTÁ AHÍ

El caso de M. en DomusVi Can Buxeres se suma a denuncias anteriores por trato supuestamente deficiente de ancianos en residencias del grupo. La familia de la residente, que ya está fuera del centro y está siendo tratada en el sociosanitario Hestia Duran y Reinals de L'Hospitalet, prepara una denuncia judicial.

A la espera de que la interpongan y la justicia se pronuncie, el hecho es que su queja se suma a otras reclamaciones con nombres y apellidos en DomusVi Ca n'Amell de Premià de Mar (Maresme), residencia que ha encajado 78 fallecimientos durante la pandemia y cuyos usuarios se quejaron a Crónica Global que las carencias "venían de antes de que el coronavirus llegara al centro".

DESDE EL PRINCIPIO

El "calvario" que denuncia la familia de M. empezó hace más de un año, el 12 de febrero de 2019, cuando ésta, enferma de alzhéimer, ingresó en la residencia para mayores. "No nos engañemos. Mi madre presentaba un cuadro complejo. Una enfermedad neurodegenerativa, problemas cardíacos y pluripatología. Pero también es cierto que entró en DomusVi Can Buxeres andando y salió en silla de ruedas", explica Francisca.

La ciudadana insiste en que la familia buscó un geriátrico para su progenitora porque ya no se podían hacer cargo de ella. "Pero es que entró el martes, 12 de febrero, a pie, y el viernes ya no caminaba. La tenían olvidada en la cama y de allí a la silla de ruedas", asegura López.

Según la denunciante, su madre, a quien visitaba cada día, "presentaba golpes y moratones en su cuerpo", algo que no había sufrido nunca. "Es que iba todo mal. La cogían mal y la laceraban. La encontraba deshidratada y ahogada por el calor. Tengo fotos del termómetro a 25 grados", admite. Hubo más. "Desarrolló neumonía e infección de orina durante los meses en los que estuvo en DomusVi. Un día me la encontré con la zona genital irritada por una infección de orina. Además de las heridas, que creía que eran golpes o magulladuras. Otro día la hallé con un desgarro enorme en la pierna. Me cogió un ataque de ansiedad allí mismo", reconoce Francisca.

CRÍTICAS AL HOSPITAL DE BELLVITGE

Al ver esta situación, la familia se quejó a la directora. "Fue muy amable e introdujo algún cambio: la dejó en otra habitación más fresca. Pero mi madre siguió mal y en franco deterioro. Un día la llevé yo mismo al hospital a 39 grados de temperatura de fiebre: era evidente que tenía infección", detalla la vecina. "Las enfermeras del hospital Universitario de Bellvitge no daban crédito. Me decían que hiciera fotos y lo denunciara. Y así lo fue haciendo. Hay imágenes de todo", avanza.

Aunque Francisca tiene también quejas contra el HUB. "No fueron lo diligentes que deberían haber sido. Mi madre estaba siendo maltratada. ¿Por qué no avisaron a la policía o la sacaron de allí inmediatamente?", reflexiona. Finalmente, Bellvitge atendió a las pretensiones de los allegados de M. e ingresaron a la paciente en Hestia Duran y Reinals, el sociosanitario de la ciudad sanitaria, el 24 de diciembre de 2019.

PROBLEMAS ANTES DE LA CRISIS

"Fue el final de una estancia en la casa del terror, como la llamaba yo. Tenían un auxiliar de geriatría por planta. Prometían enfermeras y médicos, pero estos últimos hacían muy pocas horas y, en fin de semana, no estaban. Y las enfermeras no daban abasto", se queja. "DomusVi tenía un problema anterior al Covid-19. Y quiero que se sepa", advierte.

La empresa de Josefina Fernández no ha contestado a los requerimientos informativos planteados. En contestaciones internas a las que ha accedido Crónica Global, la empresa líder en residencias en España señala a la medicación anticoagulante que tomaba M. como causa de las laceraciones, además de su deblidad capilar. Niegan, por supuesto, mala praxis, algo que la familia sostiene y alega que "no quedará así".

LA VERSIÓN DE UPIMIR

Ante el silencio de DomusVi, quien sí ha querido aportar su versión sobre la crisis actual de las residencias en Cataluña es Vicente Botella, presidente de la Unión de Pequeñas y Medianas Residencias (Upimir). "Jamás criticaré a otro operador del mercado: no lo haré. Pero sí tengo claras algunas ideas tras la pandemia. Los pequeños y medianos centros hemos salido reforzados de esta crisis. Fíjate que cuanto más grande es un geriátrico, más se ven y se notan las carencias de personal", ha valorado, hablando siempre en genérico.

"En los pequeños equipamientos, y también en los medianos, tienes a 15 o 20 trabajadores. Y todos dan el callo, del primero al último, pues es tu centro y lo sientes como propio. El bienestar de tus residentes se convierte en una obsesión", recalca.

"Creo que los pequeños y medianos centros hemos aguantado mejor. Somos negocios familiares y ello se ha notado. Algunos operadores quizá se metieron en el sector pensando que podían hacer un gran negocio con el envejecimiento en España. Lo hicieron acompañados de fondos de inversión y private equity", añade Botella.