La alcaldesa Ada Colau, que considera un logro censurar vídeos de YouTube de Metrópoli / FOTOMONTAJE METRÓPOLI

La alcaldesa Ada Colau, que considera un logro censurar vídeos de YouTube de Metrópoli / FOTOMONTAJE METRÓPOLI

El pulso de la ciudad

Colau prosigue en su cruzada contra Metrópoli: nuevo ataque a la libertad de prensa

Los comunes presumen de sus ataques a la libertad de información: consideran un logro censurar vídeos de este medio en Youtube

6 abril, 2022 16:59

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Prosigue la cruzada de Ada Colau contra Metrópoli y Crónica Global. Esta vez, por los contenidos audiovisuales de ambos medios. El nuevo ataque contra este diario demuestra, una vez más, las tácticas estalinistas de los comunes, un partido dirigido con mano de hierro por una alcaldesa cada vez más desesperada y a la defensiva.

Esta semana, Barcelona en Comú ha presumido en su página web de haber eliminado diversos vídeos de Metrópoli de Youtube “que atacaban a Colau”. Aunque resulte paradójico, el partido de la alcaldesa considera un logro censurar vídeos de un medio de comunicación, una forma curiosa de respetar el derecho a la libre información y a la libertad de expresión.

Publicación de Barcelona en Comú contra Metrópoli en su web / BEC

Publicación de Barcelona en Comú contra Metrópoli en su web / BEC

DENUNCIA SOLO A MEDIOS CRÍTICOS

Para lograr su retirada, BComú se ha dedicado a denunciar todos los vídeos posibles del canal de Youtube de Metrópoli. ¿El argumento? Que “infringe los derechos de autor” del denunciante. En diversos casos, las imágenes pertenecen al Ayuntamiento de Barcelona. Son muchos los medios que utilizan los vídeos del consistorio para enriquecer los artículos. Sin embargo, el partido de la alcaldesa tan sólo denuncia los de Metrópoli y Crónica, diarios a los que quiere silenciar mediante todos los medios.

Su intento por amedrentar a la prensa crítica ha resultado infructuoso. Todos los contenidos audiovisuales que se han molestado en denunciar los comunes han sido reestablecidos y se pueden consultar en enlaces como este o este.

CAMPAÑA CONTRA LA PRENSA LIBRE

Esta ofensiva de Colau contra Metrópoli se enmarca en su campaña por desprestigiar a un medio que en cinco años de existencia se ha consolidado como el diario local más leído de Barcelona y su área metropolitana. La alcaldesa quiere que los lectores perciban al medio como un divulgador de fake news. Alimenta esta teoría en base a mentiras, como las supuestas condenas judiciales contra este medio y Crónica Global.

La única ocasión en que el contenido de una información ha sido analizado por los tribunales ha implicado un sonoro correctivo para los comunes. La Audiencia de Barcelona avaló la serie de noticias que Crónica Global publicó en el verano de 2018 sobre la crisis de seguridad del reparto de paquetería en algunas zonas de la capital catalana, donde se frenó la actividad por los robos continuados que sufrían los trabajadores. Es más, condenó al Ayuntamiento de Barcelona a pagar las costas del proceso judicial.

GUERRA SUCIA SUFRAGADA CON DINERO PÚBLICO

La campaña de desprestigio contra ambos digitales del partido de la alcaldesa se financia con las arcas municipales. No se puede cifrar el importe de la factura porque el gobierno local ha rechazado detallar los dispendios de los servicios jurídicos locales. Ha negado esta información a los medios de comunicación y a los partidos de la oposición municipal que se la han requerido. Su guerra sucia contra la prensa la sufragan todos los barceloneses.

El Ejecutivo de BComú y PSC también usa estos fondos públicos para regar a los medios de comunicación que han renunciado a practicar un periodismo fiscalizador de la actividad municipal. De hecho, ni Metrópoli ni Crónica Global reciben publicidad institucional por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Ni siquiera la que tienen reconocida al ser dos de los productos periodísticos más leídos de la capital catalana.

LIBERTAD DE PRENSA

Todo ello forma parta de la misma campaña de desprestigio que incluye asegurar de forma pública que ambas publicaciones son meros instrumentos de empresas privadas que las usan como un tablón de anuncios. Extremo que, de nuevo, es falso y que se desmonta de forma fácil si se consulta en el Registro Mercantil las cuentas de la sociedad editora de ambas publicaciones, que son públicas.

Los más de 4,3 millones de euros de facturación del grupo editor son la base de la libertad de prensa que el grupo practica sin cortapisas, gracias al apoyo del mercado libre y de la amplia comunidad de suscriptores que han decidido apoyar un modelo de prensa libre. Como sus gestores y fundadores han expresado en varios foros, la única forma de conseguirla es disponer de una cuenta de resultados saneada y que no dependa de ningún actor ni público ni privado. El gobierno municipal no es ajeno a esta tesis. El uso que realiza de la publicidad institucional demuestra que esta lección la tiene bien aprendida.

La manía persecutoria de la alcaldesa contra este diario demuestra su nulo respeto a la libertad de expresión y el derecho a la libre información. Las leyes y el dinero público no pueden ser utilizados de forma arbitraria y sectaria por parte de BComú para amedrentar a la prensa crítica, mientras cultiva una prensa subvencionada y dócil con el dinero de todos los barceloneses.