Los bloques de pisos en construcción de La Catalana de Sant Adrià / METRÓPOLI

Los bloques de pisos en construcción de La Catalana de Sant Adrià / METRÓPOLI

Gran Barcelona

La Catalana de Sant Adrià: el basurero de Barcelona

Los problemas se agolpan en este pequeño barrio adrianense en vías de construcción y desarrollo

6 octubre, 2021 00:00

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Poco queda del origen humilde e industrial con casitas de planta baja con huerto del barrio de La Catalana de Sant Adrià de Besòs. La zona, ahora revalorizada, cuenta con viviendas por no menos de 250 mil euros y se encuentra en vías de desarrollo. De hecho, las grúas y los andamios forman parte del paisaje habitual desde hace meses. La situación ha cambiado respecto a décadas anteriores, pero persiste la idea --a partir de diversas realidades, viejas y nuevas-- de que es una zona que se utiliza como el "vertedero de Barcelona", como apuntan algunos vecinos del barrio. 

Las zonas verdes y los parques infantiles transmiten una imagen de barrio familiar y residencial, tranquilo y con poca afluencia de gente de fuera de la zona. Una imagen idílica que termina siendo precisamente eso: un idilio. El presidente de la Asociación de Vecinos y Vecinas, Aitor Laiseka, ya lo dice: "Será porque tenemos más zonas verdes que en el resto de Sant Adrià o porque son pisos de nueva construcción, pero si miras la otra cara de la moneda, no creo que seamos unos privilegiados".

SIN SERVICIOS

Un bar y una farmacia. Estos dos negocios son los únicos servicios de los que dispone La Catalana de Sant Adrià de Besòs. Ni colegios ni ningún CAP. Los habitantes del barrio se ven obligados diariamente a desplazarse para hacer vida normal. "Lo único que tenemos es un campus universitario que no lleva ni el nombre de Sant Adrià", comenta Laiseka. De hecho, esta es una zona de paso. Su posición estratégica al lado de la autopista provoca que numerosos vehículos se desvíen de la Ronda para evitar los atascos tan habituales en Barcelona. El resultado son decenas de coches, motos y camiones circulando por la calle principal del barrio, la Avenida de la Catalana. "Se hacen hasta carreras", comenta a Metrópoli José Caparrós, un vecino de la zona. "Van muy rápido y podrían atropellar a algún niño".

De poco sirven las rotondas intercaladas que hay a lo largo de la Avenida, destrozadas muchas de ellas por el paso de camiones de alto tonelaje que, directamente, no pueden circular. "Son rotondas muy pequeñas. No sé cuál es el precio de las señales de tráfico para prohibir que determinados vehículos no circulen por aquí, pero no creo que cuesten mucho", comenta Caparrós.

Una de las rotondas de la Avenida de la Catalana destrozada / GOOGLE MAPS

Una de las rotondas de la Avenida de la Catalana destrozada / GOOGLE MAPS


CENTRO LOGÍSTICO DE AMAZON

Por si el tráfico de vehículos parecía poco, a esta cifra podrían sumarse las decenas de vehículos pesados que tendrían como hoja de ruta esta avenida al proceder directamente de un centro logístico que Amazon empezó a instalar hace unos meses en el polígono de Montsolís. "Una vez más, no se han tenido en cuenta las necesidades de Sant Adrià", comenta a Metrópoli la portavoz de Sant Adrià En Comú, Irene Aldabert. El partido de la oposición reclama al gobierno municipal que expongan sus objetivos a la hora de negociar con el Ayuntamiento de Barcelona este tema, pero "han sido incapaces de comunicarlos". Los vecinos de La Catalana, por su parte, también denuncian: "todos los camiones de la empresa pasarán por esta calle y provocarán mucho ruido de noche". A la vista está también los destrozos que este tipo de vehículos produce a las rotondas.

Por ahora, las obras de este centro logístico siguen adelante. "Barcelona no ha paralizado las obras porque no ven motivo. Lo vergonzoso es que nuestro gobierno no supiese que Amazon iba a instalarse a tan solo 100 metros del término de Sant Adrià", denuncia Aldabert.

CONTAMINACIÓN DEL SUELO

Si hay algo por lo que el municipio adrianense es conocido es por las numerosas protestas por parte de diversos grupos medioambientales sobre la herencia contaminada de la ciudad. El Sant Adrià que conocemos hoy está construido sobre terrenos que antiguamente eran industriales. En especial, en el barrio vecino, Sant Joan Baptista. Esta herencia ha salido a la luz hace tan solo unos meses, tal y como demuestra el cierre de la Playa del Litoral por la contaminación del suelo. En Sant Adrià Nord, la historia se repite: el eterno proyecto de la Rambleta se paralizó por la alerta de un vecino que recordó el pasado industrial de ese terreno.

La Catalana no se queda atrás. Los terrenos contaminados también están presentes en la zona, tal y como denunció hace meses la plataforma Marea Verde SAB. José Caparrós lo corrobora: "En la fase 2 estaban ubicadas algunas fábricas hace años y es donde se han construido edificios". El Ayuntamiento, en esta línea, aprobó una moción para realizar más catas en el suelo, en vías de evitar este problema en el futuro. "Disponemos de informes que sufrieron modificaciones después de conseguir que aprobaran la moción en julio", comenta a Metrópoli Laura Valverde, de Marea Verde SAB.

CERCANÍA DE TERSA

La cercanía de la fábrica de TERSA o la Central de Ciclo Combinado añaden aún más contras al barrio, en el que constantemente se escuchan o se leen en redes quejas vecinales sobre los olores. A esto se suman los altos niveles de contaminación por tener la autopista casi encima.

Otro problema que dio que hablar fue la instalación de un crematorio a tan solo unos metros del centro del barrio, en el mismo margen derecho del río Besòs.

La Planta de Valorización Energética de TERSA de Sant Adrià / TERSA

La Planta de Valorización Energética de TERSA de Sant Adrià / TERSA

 
La Planta de Valorización Energética de TERSA de Sant Adrià / TERSA

UN VECINDARIO EN JAQUE

La polémica de los 22 pisos turísticos en un mismo edificio ha suscitado revuelo en numerosos medios de comunicación, pero la realidad es que el barrio tiene muchos frentes abiertos. "Esto va acabar degenerando y nos convertiremos en un anexo de La Mina". Caparrós también alerta del peligro de posibles narcopisos. "Ya es habitual ver por aquí a gente pinchándose y dejando las jeringuillas tiradas en la calle". Aitor Laiseka, por su parte, resume la situación en su totalidad: "Somos los esclavos de las necesidades de Barcelona y en 50 años no ha cambiado nada".

Son diferentes frentes que han salido a la luz y de la que muchos medios se hacen eco, pero que no debe eclipsar el resto de problemas de un barrio que algunos vecinos ya califican como "el basurero de Barcelona".