Parada de Karnipolis en el Mercado del Ninot / RP

Parada de Karnipolis en el Mercado del Ninot / RP

El pulso de la ciudad

Las carnicerías, contra el veto de Colau: "Se cargará los negocios"

Diversos comerciantes advierten del riesgo económico que supone esta medida para sus negocios

17 enero, 2020 00:00

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La declaración de emergencia climática realizada este miércoles por el Ayuntamiento ha comportado diversas sorpresas que dividen la opinión de vecinos y comerciantes de Barcelona. Entre las medidas que componen este plan y que se han convertido en toda una alerta se encuentra la reducción del consumo de carne que el consistorio quiere llevar a cabo mediante la implantación y promoción de "dietas más saludables y bajas en carbono en las escuelas y todos los comedores municipales en 2021".

Las carnicerías son los establecimientos sobre los que mayor afectación tendrá esta directriz dictada por la alcaldesa y su equipo de gobierno y, por ello, muchas muestran una confrontación ante este anuncio mientras que otras se muestran partidarias siempre que la medida se lleve a cabo de manera estudiada y con moderación, sin prohibiciones.

DAÑO AL COMERCIO

El daño que puede realizar esta propuesta al comercio cárnico es una de las principales objeciones que muestran encargados y empleados de estos establecimientos.

Fachada del Mercado de Hostafrancs / RP

Fachada del Mercado de Hostafrancs / RP


Anna es una de las trabajadoras que muestran un rechazo frontal ante la medida. La responsable de la Jamonería Faustino Prieto, un negocio con sede en Salamanca pero que cuenta con una parada en el mercado barcelonés de Hostafrancs, está preocupada. "No sé hasta qué punto comer una cosa u otra es útil", desliza sobre la preocupación municipal por la emergencia climática. Y añade: "La medida hará mucho daño al sector". Y sentencia: "Se cargará la mitad de los comercios y hay mucha gente que vive de esto".

Por su parte Joaquín Márquez, quien regenta su propia carnicería en el Mercado de Sants desde 1975, cree que esta reducción será "una cosa temporal". Márquez señala a los medios de comunicación como responsables de un descenso de consumo: "Si esto sale en los medios de comunicación la gente deja de comer carne un tiempo, pero luego vuelve". Además, apela a la adicción que puede generar el consumo de los alimentos cárnicos como un valor seguro: "Dejar la carne es muy dificil".

FALTA DE INFORMACIÓN

En el Mercado de Collblanc, ubicado en l'Hospitalet de Llobregat, la nueva propuesta del consistorio de la capital catalana tampoco acaba de convencer. Montserrat Vidal, encargada de la carnicería 47, critica que "como carnicera necesitaría más información", señalando que la que dispone actualmente "no es suficiente" para poder valorar la medida.

Jamonería Faustino Prieto / RP

Jamonería Faustino Prieto / RP


En la misma línea, la responsable del establecimiento lamenta que "el consumo de carne es cada vez menor" debido a los sustitutos que se encuentran "en el procesado".

Jorge, encargado de una carnicería cuyo nombre prefiere no facilitar, explica que desde la administración se "quieren hacer ciertas cosas pero no dan soluciones para llevarlas a cabo". Y añade que si se cobran "unos impuestos" no se pueden parar "determinadas cosas".

MODERACIÓN

Desde algunos negocios cárnicos se apuesta por la moderación en la implantación de esta medida, viendo con buenos ojos la reducción siempre que no se realice de manera tajante. Es el caso de Mireia González, trabajadora del negocio familiar Karnipolis ubicada en el Mercado del Ninot, en el Eixample. En su opinión, un "consumo moderado" es positivo, sin tener que comer carne "cada día". Pese a ello, no entiende por qué el gobierno municipal tiene que explicitar "una medida concreta para eso".

Mireia González, en el Mercado del Ninot / RP

Mireia González, en el Mercado del Ninot / RP


La encargada de otra parada dedicada a la venta de alimentación de origen animal, establecida en la misma instalación pero que opta por mantenerse en el anonimato, indica que esta reducción del consumo de carne puede ser "buena si es proporcional", añadiendo al influencia de las "modas e intereses económicos" tras estas iniciativas.

Entre los consumidores tampoco se contempla una gran armonía ante la idea de un descenso en el consumo de estos productos. Así lo plasman dos compradoras en los mercados de Hostafrancs y el Ninot, quienes se niegan a "seguir una dieta basada en vegetales" y aseguran que es una medida "no saldrá bien".