Fachada del edificio 'Casa Bloc', que acogerá el nuevo centro para menas en Sant Andreu / AJUNTAMENT DE BARCELONA

Fachada del edificio 'Casa Bloc', que acogerá el nuevo centro para menas en Sant Andreu / AJUNTAMENT DE BARCELONA

El pulso de la ciudad

Cae el número de menas que llegan a Cataluña

También se han reducido los casos de menores que acaban en centros de justicia

9 diciembre, 2019 08:04

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Según los datos proporcionados por el Departamento de Trabajo de la Generalitat, el número de menores no acompañados que han llegado este año a Cataluña ha caído considerablemente este 2019. La disminución de las llegadas es considerable ya que hace un año, en noviembre, habían llegado 371 chicos y chicas y este año, solo 85, lo que representa un 77% menos que el año anterior.

JUSTICIA JUVENIL

Como consecuencia de este descenso también se han reducido los menores no acompañados que han estado internos en centros de justicia juvenil en Cataluña. A mediados de 2019 había 109 chicos y chicas, que representaban el 38% del total y este octubre la cifra ha caído hasta los 97 menores y representan el 32%.

Se trata de jóvenes de entre 14 y 18 años que han cometido un delito violento o se les investiga por dichos hechos, normalmente son robos con violencia e intimidación.

CENTRO DE MENORES

El Ayuntamiento ha descartado definitivamente la zona del Fòrum como la ubicación de un gran centro de menores extranjeros no acompañados (MENAs), según ha podido conocer Metrópoli Abierta de fuentes solventes. De hecho, no hay aún una ubicación exacta para el mismo, aunque se manejan espacios alternativos en la Verneda o en Nou Barris. Tal y como publicó este diario, el consistorio se negó a detallar recientemente plazos o ubicaciones a una pregunta registrada por la concejal de Ciudadanos Marilén Barceló.

A pesar del secretismo que rodea el asunto, este medio ha podido conocer que la Administración no hizo nada en los últimos dos meses porque “no hay presupuesto. En cuanto vuelva a haber una dotación presupuestaria, el tema se revitalizará y se volverá a trabajar con planos encima de la mesa”, indican fuentes solventes. En otras palabras: ni presiones vecinales ni temores políticos asustan al Ejecutivo catalán. "Es una cuestión de dinero", confirman en el Ayuntamiento.