Imagen de archivo de un rodaje en Barcelona / EFE

Imagen de archivo de un rodaje en Barcelona / EFE

El pulso de la ciudad

Barcelona, la nostalgia de ser un plató: en busca de la vuelta de rodajes a la ciudad

El Ayuntamiento encarga la gestión de BCN Film Comission a una empresa e impulsa 4 proyectos para promover más filmaciones

6 marzo, 2021 00:00

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El rodaje de anuncios y producciones audiovisuales se recupera en Barcelona, tras un año negro como consecuencia de la pandemia. El pasado 24 de febrero, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, aparecía durante el rodaje que el programa Masterchef, de TVE, estaba realizando en el mercado de Sant Antoni, con motivo de la elección de Barcelona como capital mundial de la alimentación sostenible durante 2021. No es la primera vez que el espacio se graba en Barcelona, ya que en julio del año pasado le dedicó a la capital catalana un programa entero dentro de Masterchef Celebrity.

Pero la alegría de antaño no es la misma que la de hoy. La elección de Barcelona para la filmación, aunque entra dentro de la normalidad, es en estos momentos un evento importante porque el sector del rodaje en la capital catalana pasa por uno de sus peores momentos: las cifras de piezas rodadas han bajado espectacularmente en el último lustro y el sector reclama medidas urgentes a las Administraciones. En el sector existe la sensación de que cualquier tiempo pasado fue mejor y existe nostalgia del “¡Cámara! ¡Acción!”, que ha de volver otra vez para situar de nuevo a la ciudad en la cresta de la ola.

Apenas unos días antes, el pasado 18 de febrero, el Ayuntamiento contrató a la compañía New Media Audiovisual para gestionar la Oficina de atención a los rodajes, es decir, el BCN  Film Comission (BFC) del Institut de Cultura de Barcelona (Icub). En 2021, la gestión de esa oficina costará 140.450 euros, aunque podría ser prorrogada por otro año más. New Media, una firma del grupo Lavinia, con amplia experiencia en el sector audiovisual, se impuso a otras tres competidoras en el concurso convocado al efecto.

LA PANDEMIA, UN DURO GOLPE

El contrato detalla que el objetivo es "estimular, consolidar y facilitar la actividad de rodajes propia de la industria cinematográfica y audiovisual en la ciudad”, para lo que se ha de atender con “agilidad y eficacia las solicitudes de asesoramiento y apoyo provenientes del sector audiovisual, facilitar información y realizar las gestiones necesarias para facilitar la obtención de los permisos para las filmaciones”. Desde el Ayuntamiento reconocen a Metrópoli Abierta que antes de la crisis del Covid “ya se había realizado una diagnosis sobre la situación de los rodajes, aprovechando la finalización del contrato en vigor de la oficina técnica de rodajes. Así, se han introducido cambios en esta licitación”. Entre los nuevos objetivos de BFC y de BCN Plató se encuentran, según estas fuentes, “el impulso de un plan de cooperación con los sectores privados y hacer de la ciudad, de nuevo, un buen ejemplo de cooperación público-privada, integrando asociaciones como la Federación de Productores Audiovisuales, el Parque Audiovisual de Cataluña, el Clúster Audiovisual, el Consejo del Audiovisual (CAC) y el IEEC, entre otros. Al mismo tiempo, se pretende establecer sinergias con instituciones educativas y promover la atracción de plataformas como HBO, Netflix u otras”.

Es cierto que esta industria ha ido menguando desde hace varios años y la pandemia, con las restricciones que conllevó, significó un durísimo golpe para el sector. Aún así, un informe interno del consistorio reconoce que Barcelona “constituye un espacio privilegiado para atraer rodajes audiovisuales, tanto en lo que respecta a la creación de contenidos como por las oportunidades de desarrollo de industrias directas y auxiliares asociadas a al realización, producción y promoción de los rodajes”.

Sobre BFC gravita una gestión compleja. El equipo municipal es consciente de que Barcelona tiene un gran atractivo como localización de anuncios o rodajes en ámbitos tan diversos como el cine, la publicidad o los documentales. Pero la compleja estructura municipal supone que se acrecientan los problemas para los permisos, ya que cualquier producción audiovisual requiere la solución de aspectos logísticos, de infraestructuras y de interlocución municipal con la ciudadanía. En ocasiones, un rodaje implica el corte de tráfico o provoca problemas de paso a los vecinos.

PRECIOS MUY CAROS

“Hasta el 2015, Barcelona lideraba, sin comparación, el sector de los rodajes en todo el Estado. La estadística fue bien hasta ese año, pero desde entonces no ha hecho más que bajar”, afirman fuentes de JxCat a Metrópoli Abierta. Reconocen que las restricciones de la crisis sanitaria han supuesto una merma en la actividad del sector, pero destacan que también hay sinergias propias de la Administración local que influyen negativamente en las cifras. La oposición no duda en calificar de “nefasta” la gestión municipal.

Estas fuentes señalan que, en la actualidad, “las productoras se quejan de que las reuniones con el Ayuntamiento son en balde y denuncian tasas demasiado elevadas. Tanto es así que han pasado de cobrar 600 euros por rodaje al día a 600 euros por localización al día”. Además, subrayan que “los plazos de solicitud se han doblado. Si antes el tiempo de tramitación de un permiso normal era de tres días, ahora es de cinco días. En el caso de los parques, si antes el permiso tardaba 10 días, ahora tarda 20”.

“RODAR EN BARCELONA ES UN CALVARIO”

“Las productoras no se aguantan -critican desde los grupos de la oposición-. Las tasas y la utilización del espacio público están sobredimensionadas. Se doblan los plazos de solicitud y rodar en Barcelona se ha convertido en un calvario. Hemos de volver a tener una industria como en el pasado, cuando se hacían muchos anuncios publicitarios de toda Europa en Barcelona con impacto mundial”.

El concejal de Junts Ferran Mascarell llevó, a mediados del mes de febrero, una proposición a la Comisión de Derechos Sociales, Cultura y Deportes para impulsar de nuevo el sector. En esa proposición, el concejal pide “redefinir los objetivos y las competencias de BCN Plató y de BCN Film Comission, reforzar la política de rodajes en la ciudad, dotar al Icub de competencias para reforzar la industria audiovisual, ya sea publicitaria, fotográfica, cinematográfica o documental, definir un plan de cooperación con los sectores privados, promover la atracción de plataformas como HBO o Netflix, delimitar un plan de equipamientos audiovisuales para ganar competitividad y establecer sinergias con instituciones educativas”. Se trataba, en definitiva, de crear un plan estratégico del sector teniendo en cuenta “la apuesta de Barcelona y Cataluña como motor del audiovisual y el videojuego del sur de Europa”.

“Hemos de impulsar un plan de acción para que Barcelona vuelva a liderar los rodajes. En estos momentos, ya no es referencia del sector, mientras que se han convertido en referencia ciudades como Madrid, Bilbao o Lisboa”, explican fuentes de la oposición a este diario. Además, subrayan que “en 2014 hubo 1.361 rodajes en Barcelona, que bajaron a 893 en 2019. No contamos el 2020 porque es un año atípico debido a la crisis sanitaria”.

EL SECTOR TOMA AIRE

Desde el Ayuntamiento, las cifras que se dan son diferentes: En 2017, hubo 3.223 producciones, que descendieron a 3.175 en 2018 y que pasaron a 2.735 en 2019 para situarse en 1.970 en el 2020. En ese periodo, la evolución de las producciones internacionales fue de 233, 259, 229 y 80 respectivamente. De ello se deduce que el impacto de la pandemia fue brutal, pero se atisba que el sector iba perdiendo fuelle los últimos ejercicios. En esas cifras se incluyen todo tipo de producciones, ya sean comerciales o culturales. “Barcelona continúa con su plan de mejora definido y las medidas previstas, aunque éstas se pueden incrementar o variar en función de la evolución de las restricciones y la activación del sector audiovisual y, en especial, en el ámbito de los rodajes comerciales y culturales”, subrayan fuentes municipales.

Aseguran desde el Icub que el Ayuntamiento está haciendo todo lo posible por facilitar los rodajes. Y destacan que “en lo que llevamos de año, dos meses, ya superamos las solicitudes de rodajes respecto al año 2020, cuyos dos primeros meses el funcionamiento fue normal, ya que todavía no se había decretado el estado de alarma. En enero y febrero del 2021, la BCF ha recibido 98 solicitudes de producciones culturales y ha gestionado las convocatorias de subvenciones propias y la información de las subvenciones del ICEC y del ICAA”.

Afirman también que el objetivo es “preparar a la ciudad para ser más atractiva y que pueda ofrecer más oportunidades, evitando la fuga de talento al mismo tiempo que se atrae a un turismo más cultural entorno al cine y los recorridos de las localizaciones”.

“BARCELONA NO ES SÓLO UN PLATÓ”

Desde el consistorio, se insiste en que “Barcelona no es sólo un plató para las producciones ni tampoco las producciones son sólo un plató para Barcelona, sino que la propia actividad contribuye al desarrollo de la ciudad. Y este aspecto tiene que ser un elemento central que impulse el cambio. Éste es un sector de sectores, por la pluralidad de perfiles profesionales indispensables (con actores, figurantes, vestuario, maquillaje, montadores, electricistas, técnicos diversos, fotografía, arte, etcétera), necesidades logísticas e infraestructuras, alojamientos, alimentación, consumo energético ocupación de la vía pública, etcétera. Y también porque el rodaje de producciones, ya sean comerciales o culturales, genera actividades y productos económicos, turísticos y culturales”.

Dentro de su estrategia, el equipo de gobierno local ha puesto en marcha varios programas con el fin de revitalizar el sector: ha creado, para empezar, una Red de Festivales con la “producción y realización de jornadas de formación, debate y promoción”. También el proyecto Pantalla Barcelona, para la promoción y difusión del audiovisual catalán y barcelonés. “En un primer momento, se gestionaron circuitos de reestreno para incrementar la visibilidad de la producción audiovisual. Esta difusión de películas barcelonesas se está realizando a través de los centros cívicos de la ciudad, hecho que está permitiendo hacer llegar la cultura audiovisual a los diferentes barrios de Barcelona y a sus respectivas escuelas. Actualmente, se realizan dos ciclos por año”, explican fuentes del Icub.

Otro de los programas es el Film Office, que gestiona la oficina técnica de filmaciones. Y un cuarto programa es la creación del Laboratorio de Adaptaciones Audiovisuales de Barcelona (LAAB), que se concibe como un laboratorio de adaptaciones de obras literarias vinculadas a la ciudad y editadas y publicadas por el sector audiovisual. El LAAB generó un catálogo de 43 obras literarias susceptibles de ser guionizadas.