Pau Guardans, presidente de Único Hotels y de Barcelona Global / Único Hotels

Pau Guardans, presidente de Único Hotels y de Barcelona Global / Único Hotels

Economía

La red hotelera Único, de Pau Guardans, bajo el embate del coronavirus

La cadena de alojamientos afronta la pandemia con elevadas deudas y resultados mínimos

9 junio, 2020 00:00

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Los hoteles hispanos afrontan este año 2020 uno de los mayores desafíos de la historia. El Covid-19 les ha obligado a cerrar sus establecimientos prácticamente durante tres meses. Ahora empiezan a subir las persianas.

Es de prever que el ritmo de pernoctaciones irá creciendo a paso de tortuga. De hecho, todos los cálculos apuntan a un verano desastroso en términos de ocupación.

SOLVENCIA

Tales circunstancias provocarán cuantiosas pérdidas, que en algunos casos van a resultar dramáticas. Solo aquellas empresas que disfruten de un sólido colchón financiero se encontrarán en condiciones de afrontar el duro golpe con garantías suficientes de superarlo.

A la vez, las que anden más apuradas y endeudadas van a tropezar con graves tensiones de tesorería.

CINCO ESTABLECIMIENTOS

Una de las cadenas de más reciente creación en Barcelona es Único Hotels. Pertenece en un 100% a Pau Guardans Cambó. Sus 200 empleados están acogidos desde hace tres meses a un ERTE.

La compañía gestiona cinco locales. Son el Grand Hotel Central, en la capital catalana; Mas de Torrent, en Torrent (Girona); Único y Principal, ambos en Madrid; y Finca Serena, en Mallorca.

Además, en 2016 se hizo con el derecho de superficie durante treinta años de la finca Gayera, sita en Pollença (Mallorca), que abarca 147 hectáreas. Guardans está invirtiendo en esa heredad 5,5 millones. Se destinan a construir un hotel de 24 habitaciones. En principio, se pensaba inaugurarlo durante el año próximo.

EDIFICIOS

Pau Guardans es propietario de tres de los hoteles de su cadena. Uno es el de Barcelona, sito en una finca en Via Laietana que la familia Cambó erigió en 1926. El empresario compró el edificio a sus hermanos en 2011 por 22 millones.

Años después llegó a un acuerdo con su familia para hacerse con las plantas superiores del inmueble, de 1.500 metros cuadrados, que albergaron la residencia del político nacionalista Francesc Cambó y sus descendientes, por 8,2 millones.

INVERSIONES

Asimismo se hizo con uno de los dos hoteles que radican en Madrid, bautizado Único, por 16 millones. El otro está en régimen de alquiler, con un coste anual por arrendamientos de 1,2 millones. También compró Finca Serena.

El balance de Único Hotels incluye algunos activos menores de Pau Guardans, entre ellos un predio en Peratallada (Girona), valorado en 1,2 millones; y dos viviendas en la calle Aribau de Barcelona, cifradas en 1,8 millones.

DEUDAS Y GANANCIAS

Pau Guardans es el administrador único del grupo. Por el desempeño del cargo se ha fijado un sueldo de 187.000 euros al año.

Guardans ha levantado su pequeño emporio hotelero a base de financiarlo con créditos bancarios.

En total, adeuda a las entidades financieras 60 millones, en una gran parte a largo plazo. Los gastos en devolución del principal e intereses que acarrea semejante masa de pasivos rondan 3,5 millones al año. Tal suma supera con creces los beneficios declarados por el grupo hotelero entero.

Al margen de los créditos, todavía adeuda a su parentela 2,5 millones por la compra de la casa Cambó y 4 millones por los terrenos de Mallorca.

PREVISIONES FALLIDAS

Según Pau Guardans, el valor de los bienes raíces de su conglomerado casi dobla el importe de los débitos contraídos. Sin embargo, semejante tasación se realizó antes de estallar la pandemia. Lo cierto es que el coronavirus ha golpeado de lleno al mercado inmobiliario y este ya se halla inmerso en una fase de claro declive.

Además, las previsiones económicas de Único Hotels se formularon sobre la base de que en el presente año 2020 se recuperarían los niveles de ocupación existentes en 2017. Dicha proyección ha saltado por los aires por el Covid-19.

Único Hotels es una de las primeras compañías catalanas que trasladó su sede a Madrid cuando comenzó el procés. Lo hizo en 2015.

VUELTA A BARCELONA

Tres años después decidió recorrer el camino inverso y volvió a alojar su sede en la Ciudad Condal, en unas oficinas sitas en plaza Urquinaona. La situación política no había cambiado excesivamente. Pero Guardans abrigaba un motivo de peso para esa maniobra. Acababa de ser nombrado presidente de Barcelona Global, en sustitución de Gonzalo Rodés.

El Rey Felipe VI saluda a Pau Guardans, presidente de Barcelona Global / EFE

El Rey Felipe VI saluda a Pau Guardans, presidente de Barcelona Global / EFE


El Rey Felipe VI saluda a Pau Guardans, presidente de Barcelona Global / EFE

Dicha entidad es una asociación privada, dedicada a promover la imagen internacional de la ciudad como destino de actividades económicas y foco de atracción de talento.

LAS KELLYS

No parecía muy lógico que el máximo responsable del tinglado tuviera residenciados sus negocios a más de 600 kilómetros de distancia. Pau Guardans “vendió” públicamente el retorno del cuartel general de su hotelera a Barcelona como una muestra de “coherencia y responsabilidad” y una forma de mostrar su “compromiso” con la urbe.

Pau Guardans también se asoma a los medios de vez en cuando por el cuestionable trato que dispensa a sus trabajadores. Hace un año y medio despidió de forma fulminante a una de las empleadas más veteranas de su cadena. ¿Motivo? Haberse afiliado a Las Kellys, la combativa asociación que las camareras de piso han impulsado para mejorar sus lamentables condiciones laborales.