Montaje de dos fotos con unas telas y el exterior de la tienda Lupo de Barcelona / M.A

Montaje de dos fotos con unas telas y el exterior de la tienda Lupo de Barcelona / M.A

Economía

Nylstar releva a Lupo y abre en Paseo de Gràcia

La compañía ha reformado y adaptado el local de la milla de oro de la ciudad

26 noviembre, 2020 14:27

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Nueva apertura en Paseo de Gràcia. Mientras gigantes como Inditex y Mango compiten por reestructurar su red de tiendas, otras compañías se suman a la ola del retail y apuestan por el comercio a pie de calle. Es el caso de Moncler, Balenciaga, Golden Goose, Gap y ahora la compañía catalana Nylstar.

ANTIGUO LOCAL DE LUPO

La firma de Blanes, propiedad de Praedium, subirá la persiana de un comercio en el Paseo de Gràcia de Barcelona. En concreto, Nylstar abrirá en el número 124 de la milla de oro de la ciudad.

El local estaba ocupado con anterioridad por la firma de complementos Lupo, que también forma parte del grupo de Nylstar, Praedium.

El establecimiento, que estará situado en Jardinets de Gràcia, se mantendrá abierto de forma temporal a la espera de un mayor tráfico de turistas y compradores. Según avanza Modaes.es, el comercio de Nylstar ha sido reformado y adaptado a la imagen de la compañía, que está especializada en la venta de tejidos antibacterianos y, por ende, de mascarillas.

Alta tecnología de la compañía catalana Nylstar / NYLSTAR

Alta tecnología de la compañía catalana Nylstar / NYLSTAR


NYLSTAR Y CORONAVIRUS

El coronavirus ha provocado que Nylstar haya adaptado su actividad y enfoque hacia la protección. En este sentido, la firma de Blanes ha hecho un all in en los cubrebocas.

Nylstar, o su marca conocida bajo el nombre Mercyl, es conocida por ser el primer hilador de Europa, además de por su trabajo con marcas como Adidas, Descente o Calvin Klein. Con casi 100 años de experiencia en la industria textil, la firma está centrada en una economía circular para frenar el impacto medioambiental.

ECONOMÍA CIRCULAR

Sus mascarillas están hechas con materiales mucho menos contaminantes frente a los habituales. Además, la compañía busca dar una vuelta al mercado y, una vez que el cubrebocas no se pueden usar más, proceden a la recogida del producto y el reciclaje del mismo.

La idea es que, tras los cien lavados que permite la mascarilla –unos tres meses–, se dé un último lavado para depositarla en unos contenedores especiales que coloca la compañía.