Vania Arana, portavoz de Las Kellys, explica su experiencia a la prensa / DGM

Vania Arana, portavoz de Las Kellys, explica su experiencia a la prensa / DGM

Economía

Las Kellys rechazan las externalizaciones del Convenio de Hostelería

Las responsables de la limpieza de habitaciones acusan a UGT y CCOO de venderlas a la patronal

1 septiembre, 2017 12:57

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El colectivo de camareras de habitación, Las Kellys, ha denunciado este viernes en el Ayuntamiento de Barcelona el preacuerdo de Convenio de Hostelería de Catalunya que UGT quiere firmar con la patronal del sector y el silencio cómplice de CCOO. Según han explicado, dicho convenio, “que raya la ilegalidad”, no hará más que agravar las externalizaciones del servicio de habitaciones. Por ello, y ante lo que consideran “cesión ilegal" de empleados, han creado la plataforma SOS Kellys para “defender los derechos de los trabajadores”.

"ESCLAVITUD"

La portavoz del movimiento, Vania Arana, ha denunciado que, pese a estar “penado por ley”, “aquí las camareras de piso no trabajamos en un estado precario, sino de esclavitud”. Unas condiciones que creen que se empeorarán, ya que, en su opinión, dará carta blanca a las empresas para perpetuar la externalización y cederse el personal las unas a las otras. “Este modelo de contratación es un nuevo modelo para generar más y más beneficios a la insaciable patronal hotelera”, denuncian.

Una circunstancia que pretenden extinguir, ya que su intención es integrarse en las plantillas de sus correspondientes hoteles. “Queremos ser del hotel, porque el hotelero nunca deja de estar en contacto con nosotros; es quien marca nuestro trabajo, quien marca lo que tenemos que hacer e incluso cómo tenemos que ir vestidas”, explica Arana. Un objetivo que, de producirse la firma definitiva del convenio, deberá retrasarse como mínimo tres años más.

Las Kellys / DGM

Las Kellys / DGM

¿CUÁLES SON LAS CONDICIONES DE ESTAS TRABAJADORAS?

Las camareras de planta cobran 2 euros por limpiar una habitación, “siendo benévolos”, explican. De hecho, denuncian que algunas llegan a ingresar solo un euro por cada una de las 30 estancias que pueden llegar a limpiar en una sola jornada laboral. Días que tampoco se les hacen cortos, ya que si bien deberían ser de 6 horas de trabajo, en llegar a las instalaciones hoteleras “te dicen que serán ocho”. “Entramos de noche y salimos de noche”, ironiza Arana, aunque con los bolsillos igual de vacíos. Las horas extras “no se pagan”, explica.

Tal como ha hecho público la portavoz, tanto ella como sus compañeras deberían cobrar 1.200 euros al mes. Sin embargo, “normalmente estamos ganando 700 – 800 euros al mes” y algunas incluso 500 euros. Una precarización que observan ahondada al ver sus derechos “anulados”. “Si nos quejamos nos encontramos en el momento o al día siguiente en la calle, el poder sindical nosotras no lo tenemos”. Una coyuntura ante la cual quieren hacer frente, por lo que se han ido a buscar el apoyo de los sindicatos minoritarios, como la COS, la CNT o la organización Somos Sindicalistas. Todo ello para frenar una espiral donde “nuestras enfermedades están aumentando porque el trabajo también aumenta; hacemos el trabajo que correspondería a dos camareras y media”, expone la portavoz.

"TIENEN LA LEGALIDAD PERO NO LA LEGITIMIDAD"

Desde Las Kellys piden a CCOO que se oponga a la firma del convenio y que “de la cara” en lugar de “mirar por intereses propios”. Una petición a la que se han sumado los sindicatos alternativos como CNT, cuya portavoz ha resaltado el “retroceso en cuanto a derechos” que provocará la firma del documento. Tal como adelanta la Coordinadora Obrera Sindical (COS), el convenio solo hará que fomentar “el prestamismo laboral”, dando así “cobertura al fraude”.

Por último, Luis Blanco de la IAP ha recordado como “el colectivo más explotado y precarizado de todo el sector de la hostelería” puede perder la “oportunidad” de cambiar las reglas del juego si se firma el acuerdo. Una firma que el mismo Josep María de Somos Sindicalistas ha tildado de “traición” al “mantener esta explotación y precarización contra la opinión mayoritaria de los trabajadores”. Y es que, tal como ha señalado Blanco, CCOO y UGT “tienen la legalidad pero no la legitimidad”. La opinión de las trabajadoras, aseguran, es muy distinta a la que dicen representar UGT y CCOO.