La impresora no desaparecerá en un mundo sin papel

El negocio de la impresión se encuentra en un momento de transición debido a la digitalización, el cambio de costumbres y la conciencia medioambiental. Podría decirse, en resumen, que el sector ha tenido que 'ponerse las pilas' y pasar de la pura distribución de productos a la venta de valor añadido.

Hasta hace nada, lo normal era que las empresas se remitiesen al fabricante para la reparación y el mantenimiento de impresoras. Sin embargo, algunas compañías se atrevieron a ofrecer más cosas: proporcionar no sólo las impresoras, sino también los consumibles, una monitorización constante del hardware y un servicio técnico certificado. Esta estrategia, que ha supuesto una evolución en el sector del 'printing' a nivel empresarial, es la que, en apenas tres años, ha dado a VI3 un crecimiento del 99% en este área de negocio, llegando a suponer el 17% de su facturación total.

Desde 2006, la compañía, proveedora de servicios integrales de informática radicada en Sabadell y con vínculos en Barcelona, tiene la categoría de Gold Partner Specialist de HP, sólo otorgada por la multinacional estadounidense a las empresas que facturan anualmente al menos 700.000 euros en consumibles, 150.000 euros en hardware y que cuentan con técnicos certificados por la marca norteamericana.

Esta distinción le otorga a VI3 mayor margen comercial en la venta de sus productos, acceso a todo su conocimiento y una línea directa con el fabricante. En la actualidad, sólo 40 empresas en toda España cuentan con esta certificación, de las cuales sólo seis se encuentran en Cataluña.

“En un mundo que intenta ser más sostenible, se podría pensar que la impresora, como muchos otros dispositivos, está en peligro de extinción”, explica Pere Cerdà, gerente de VI3. “Paradójicamente, la impresora como tal no desaparecerá, sino que está protagonizando un periodo de transformación en cuanto a su uso dentro de las organizaciones”.

CAMBIO DE PARADIGMA

Cerdà lleva desde 1997 pilotando el cambio de modelo de negocio y pese a esto, aventura que “un entorno profesional sin papel sigue siendo una quimera. Vemos que, si bien es cierto que el porcentaje de información impresa baja se sigue imprimiendo la misma cantidad de documentos”.

Este cambio se ha visto acompañado por un giro en la demanda de las empresas: mientras que antes pedían reducir el gasto de impresión (coste de cartuchos, papel, duración de la impresora), ahora exigen gestión de software y eficiencia en la postventa. “El cliente sólo se preocupa de las impresoras cuando fallan, y es cuando necesita soluciones rápidas”, asegura Cerdà.

Esta filosofía le ha dado sus frutos a VI3, que prevé consolidar su posición en el mercado de los productos y servicios informáticos en 2018 alcanzando los 2,3 millones de euros de facturación y obteniendo un margen de beneficio del 33%.

En este sentido, en los últimos cinco años su facturación ha pasado de los 1,5 millones de euros en 2013 a 2,1 millones de euros en 2017, lo cual supone un aumento del 44%, con un margen comercial que ha pasado del 24% al 30%. En ese mismo período, la empresa ha aumentado su plantilla de 11 a 18 empleados, principalmente en el área de servicio técnico y el departamento comercial.

O sea que, de momento, larga vida a las impresoras.