Vecinos con sus perros en un pipicán de Barcelona / HUGO FERNÁNDEZ

Vecinos con sus perros en un pipicán de Barcelona / HUGO FERNÁNDEZ

Sarrià - Sant Gervasi

Vecinos del Turó Park exigen el cierre del pipicán 'tóxico'

Presentan más de 160 firmas al Ayuntamiento para que cambie su ubicación

9 mayo, 2019 00:00

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Un problema sanitario y acústico. Así describen los vecinos del Turó Park el estado del pipicán “de la discordia”. Los malos olores, la suciedad y los ruidos nocturnos han acabado con su paciencia. Esta semana, residentes en las calles adyacentes –Ganduxer, Bori i Fontestà y la plaza Sant Gregori– han presentado un total de 162 firmas tanto al Ayuntamiento de Barcelona como a los grupos municipales de la oposición para exigir su cierre, a sabiendas que este mandato lo dan por perdido. “El Gobierno de los comuns va de participativo, pero luego no consulta nada con el barrio”, lamenta uno de ellos, Albert Bassols, en una conversación con Metrópoli Abierta.

El 3 de abril de 2018, el Ayuntamiento de Barcelona prohibió la entrada a los perros al emblemático parque, y desde entonces los dueños tienen que desplazarse hasta los Jardines de Piscinas y Deportes –más conocido como el Parque del Dir– para que sus perros jueguen y hagan sus necesidades en un espacio arenoso. Según los vecinos, esta decisión fue “precipitada y errónea” y así lo han manifestado en varias ocasiones a lo largo de este año.

EXCREMENTOS Y OLORES FÉTIDOS

En este sentido, denuncian que el área "origina graves problemas de salud pública a particulares y comercios", a causa de "los excrementos de animales, olores fétidos de la ventilación, la escasa desinfección y enfermedades de transmisión animal". "El espacio tampoco satisface, por pequeño, mal construido y antihigiénico, a muchos propietarios de perros", argumentan.

Así, en lugar de situarlo "en un espacio con diez bloques de casas a 15 metros de las rejas del parque” donde está ahora, proponen ubicarlo en un terreno conocido como los Jardines del Doctor Castelló. “No tenemos nada en contra de los perros, pero sí en contra de la política del Ayuntamiento”, aclara Bassols.

UNA REUNIÓN CON EL AYUNTAMIENTO

Para unir fuerzas, montaron la Plataforma de Afectados por el Espacio de Perros y en verano se reunieron con los políticos de Sarrià-Sant Gervasi, aunque no apareció el regidor. “A Jaume Asens no le interesa nada el distrito, su carrera va hacia otro lado y así lo ha demostrado”, opina Bassols sobre el ahora diputado en el Congreso de En Comú Podem.

El Ayuntamiento –que ha invertido este 2018 una partida de dos millones de euros para poner en marcha siete grandes áreas para perros– aceptó algunas de sus peticiones. Por ejemplo, cambiar la arena del pipicán –que se vuela con facilidad–, intensificar la desinfección –puesto que solo se realiza una vez al mes–, e implantar un sistema para limitar el impacto acústico.

No obstante, los vecinos critican mediante un documento remitido al consistorio que “un año más tarde todavía no se ha realizado ninguna medida correctora”. Es por eso que –de modo provisional– exigen un cierre hasta que se decida el nuevo emplazamiento y se establezca un horario de cierre nocturno. “A altas horas de la madrugada se juntan los dueños con los perros e, inevitablemente, hacen ruido”, reclama. Por ahora, solo han contestado a sus peticiones varios grupos municipales que, aprovechando el tirón de la campaña electoral, se reunirán con los vecinos. Pero, en las filas de Barcelona en Comú, se hizo el silencio.