Los dos edificios okupados de la calle Sant Joan de la Salle / G.A

Los dos edificios okupados de la calle Sant Joan de la Salle / G.A

Sarrià - Sant Gervasi

Resistencia anarquista en el corazón burgués de Barcelona

Al menos una decena de jóvenes viven desde hace años en dos edificios okupados en la plaza Bonanova

12 octubre, 2020 00:00

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En la zona alta de Barcelona, a pocos metros de la plaza Bonanova, una bandera pirata ondea desde lo alto de un viejo edificio negro. También luce el conocido símbolo okupa dibujado con pintura, una flecha que se asemeja a un rayo. Unos ladrillos de obra en una parte de la fachada forman un incómodo contraste a la vista. Los primeros okupas se instalaron hace casi una década. Hoy, este destartalado inmueble que en su día albergó oficinas acoge, al menos, a una decena de personas. La mayoría son jóvenes y rondan la veintena de años de edad. 

Un par de chicos se asoman por una ventana cuando este medio intenta entablar conversación con los habitantes de este edificio. Al lado, una casa alta y blanca, también está okupada. "No hablamos con la prensa", comenta una chica. Durante el verano pintaron un mensaje en la verja de la entrada donde pedían a los vecinos que se abstuvieran de aparcar sus coche delante. La publicación de lo sucedido en los medios provocó que varias cadenas televisivas se interesaran por ello. "Vinieron a acosarnos a nuestra casa", se queja la joven desde la otra parte de la verja, sin abrirla.

INCÓGNITAS SOBRE LA PROPIEDAD

Miquel García, vecino y miembro de la Asociación de Vecinos Sant Gervasi - Bonanova, indagó hace dos años en el registro de la propiedad en búsqueda del dueño. Un informe señalaba que el propietario era el fondo inversor Reale, con numerosas deudas con entidades bancarias. Se realizó un concurso de acreedores y una empresa liquidó la sociedad. En 2019 ese bufete trasladó a García que había llegado a algún tipo de acuerdo con otra empresa u otra organización.

Pancartas reivindicativas en los edificios okupados / GUILLEM ANDRÉS

Pancartas reivindicativas en los edificios okupados / GUILLEM ANDRÉS


Los okupas viven enfrente del enorme complejo del colegio La Salle Bonanova. En estos años no se han producido problemas de convivencia con el resto de vecinos. Tampoco quejas por conductas incívicas. Sin embargo, a algunos vecinos de Sant Gervasi - La Bonanova, el cuarto barrio con más renda de Barcelona, no les gusta la presencia del colectivo antisistema. Josep Maria López, presidente de la entidad vecinal Sant Gervasi - Bonanova, es partidario del derribo de ambos inmuebles y de la construcción de vivienda de alquiler social.

CHABOLISMO

El Ayuntamiento señala que los edificios, ubicados entre las calles Sant Joan de la Salle y Lluçanès, no presentan daños estructurares. Durante estos años el distrito de Sarrià - Sant Gervasi ha mediado con los diferentes dueños para intentar que denunciaran la ocupación. "Si la propiedad no lo autoriza no podemos acceder, es una propiedad privada", trasladan fuentes municipales. La Guardia Urbana comunicó hace unos meses al párroco de la iglesia de Sants Gervasi i Protasi que no podían echar a los ocupantes porque no causaban molestias.

Bloques de pisos que colindan con los edificios okupados / G.A

Bloques de pisos que colindan con los edificios okupados / G.A


En 2018, entre ambos inmuebles, se instalaron un grupo de personas formando improvisadas chabolas. Durante unos meses, los vecinos sí denunciaron actitudes incívicas como hogueras en el suelo. García recuerda que los Mossos d'Esquadra desalojaron a los habitantes de las barracas y también al colectivo okupa. Éste último, sin embargo, reocupó el edificio pocas semanas después.

RESPECTO A LOS VECINOS

"Apenas se les ve. A mí no me causan problemas", comenta Amaya Delgado, una comerciante de la zona. Cuenta que una vez organizaron un concierto, invitaron a los vecinos que quisieran asistir y terminaron la música a las nueve de la noche. Otro vecino explica un episodio similar de este verano. Organizaron una fiesta e informaron con carteles a los vecinos sobre el horario de la juerga. Los ocupantes cumplieron su palabra y, sobre las doce de la noche, la música punk dejó de retumbar entre las calles de Sarrià.

Fachada de uno de los edificios okupados cerca de la plaza Bonanova / G.A

Fachada de uno de los edificios okupados cerca de la plaza Bonanova / G.A


La misma chica que dirige algunas pocas palabras a este periódico justifica su rechazo a hablar con Metrópoli Abierta por la actual "campaña mediática contra los okupas". Tras negarse a seguir hablando, se retira de nuevo al interior del edificio, del que salen ruidos de alguien fregando platos. La casa blanca acogió hace muchos años un restaurante de una conocida marca de hamburguesas. El negocio duró poco y pronto quedó abandonada hasta que los actuales habitantes se instalaron en ella hace cosa de dos años.

REIVINDICACIÓN

"No es agradable de ver", se queja García, que sostiene que algunos vecinos se han quejado en algún momento de ruidos y olores. Admite, eso sí, que la actividad de los jóvenes no afecta al día a día del vecindario.

Un par de pancartas colgadas de ambos edificios denuncian la falta de vivienda. ¿Dónde duerme la gente sin casa? ¿Cómo paga su casa la gente sin trabajo? Huelga de alquileres", reza una de ellas firmada con el símbolo okupa. En la otra, de color negro en consonancia con el viejo inmueble de oficinas, se lee: "Tanta kasa sin gente. Tanta gente sin kasa". A unos metros, pintado en blanco, se observa la "A" rodeada de un círculo, el inconfundible símbolo del anarquismo.