Así quedará la calle Caracas después de la inversión que promete el Ayuntamiento de Barcelona

Así quedará la calle Caracas después de la inversión que promete el Ayuntamiento de Barcelona

Sant Andreu

La calle Caracas de Sant Andreu será "más segura"

El Ayuntamiento invierte 3,43 millones esta zona industrial que une dos barrios

2 febrero, 2019 21:42

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La calle Caracas de Sant Andreu –que une los barrios de Bon Pastor y Baró de Viver– lucirá nuevo aspecto a partir de noviembre. El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado la reforma con un presupuesto de 3,43 millones de euros para reforzar su papel como "eje cívico" de estos barrios haciéndolo compatible con la actividad industrial que acogen.

A través de un comunicado, el consistorio ha informado de que la propuesta prevé mayor seguridad para los peatones y garantiza una mejora de la calidad urbana a lo largo de toda la calle, de acuerdo con las aportaciones hechas por los vecinos durante las sesiones de participación ciudadana celebradas en el año 2016.

SOLO TIENE UN PASO DE PEATONES

Hasta el momento, la calle Caracas, de 822 metros de longitud, solo se puede cruzar a través del paso de peatones de la confluencia con la calle Potosí. De este modo, las obras, con el fin de pacificar el tráfico, colocarán cuatro nuevos pasos de cebra con semáforo a la altura de las calles Cuzco, Maracaibo, de la escuela Monlau, y del centro de reciclaje existente.

Siguiendo con el carácter de área industrial, se mantendrá el aparcamiento de vehículos en batería a ambos lados de la calle. No obstante, las zonas de los pasos con semáforo se reservarán a aparcamiento de motocicletas para facilitar la visibilidad en el paso de peatones.

Por otro lado, aprovechando el ancho de la calle de 25 metros, se habilitarán nuevas zonas de estancia más anchas, con nuevos bancos, papeleras y más iluminación.

UN DISTRITO CON PROYECTOS ENQUISTADOS

Tal como desveló Metrópoli Abierta, Sant Andreu es un distrito con proyectos de ciudad enquistados. Por ejemplo, la estación del AVE de la Sagrera, la transformación de las casernes de Sant Andreu en un polo de equipamientos y vivienda pública, la pacificación de la Meridiana –cuyo proyecto parece que sí que se ha empezado a desencallar estos dos últimos años tras una década de demandas vecinales–, y el cierre de la prisión de Trinitat Vella.