Una persona entra en el albergue de Nou Barris / HUGO FERNÁNDEZ

Una persona entra en el albergue de Nou Barris / HUGO FERNÁNDEZ

Nou Barris

Un albergue muy conflictivo en Nou Barris

El sindicato CSIF denuncia un apuñalamiento, agresiones y actos vandálicos protagonizados por algunos sin techo del centro

16 abril, 2018 22:10

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El albergue para personas sin techo de Nou Barris, situado en la calle de Marie Curie, 20, es un equipamiento muy conflictivo. En los últimos meses, algunos usuarios del centro han sido protagonistas, al menos, de un apuñalamiento y otra tentativa de homicidio contra una persona a la que lanzaron piedras y golpearon con palos, según denuncia la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) del Ayuntamiento de Barcelona. El albergue se encuentra muy cerca de la comisaría de la Guàrdia Urbana y de una zona de juegos infantiles. 

CSIF va más allá y asegura que es habitual que se produzcan agresiones a vecinos o policías por parte de algunas personas que hacen uso del albergue, oficialmente bautizado como centro residencial de primera acogida de Nou Barris. También se han producido actos vandálicos --con destrozos en vehículos particulares de agentes y del mobiliario urbano--, peleas, amenazas y tráfico de drogas en pequeñas cantidades. 

ATAQUE A POLICÍAS

En un escrito del pasado 17 de diciembre, el secretario general de CSIF en el consistorio, Horacio López, relata uno de los episodios más graves sucedidos hasta ahora y que fue el apuñalamiento de un usuario a otro en el cuello. Según CSIF, el apuñalamiento no ha sido el único caso de agresiones violentas protagonizadas por personas del citado albergue.

El pasado 8 de enero, dos guardias urbanos fueron asaltados por una de las personas que utilizan el equipamiento municipal. El atacante propinó a los policías patadas y puñetazos, que necesitaron de la ayuda de otros agentes para reducirlos. Los policías estuvieron de baja por los golpes recibidos. 

El sindicato hace meses que ha puesto los hechos en conocimiento de la regidora de Nou Barris, Janet Sanz. CSIF ha hecho llegar al distrito distintos textos de denuncia y peticiones de reunión, pero hasta la fecha la única respuesta que ha obtenido del distrito es del pasado 21 de marzo. El consejero técnico, Carlos Izquierdo, se limita a decir a CSIF que los asuntos indicados no son competencia del distrito y que se ha dado traslado a las áreas y tinencias municipales con competencias los aspectos planteados.

CSIF reclama a la regidora un estudio para reubicar el albergue a una zona menos transitada y una mayor vigilancia y control de los residentes más conflictivos para trasladarlos "a otras instalaciones que se adecuen mejor a sus necesidades conductuales", explica López. En otro escrito, fechado el 10 de enero, el sindicato recuerda que en los alrededores del albergue, en un radio de 300 metros, se encuentran una biblioteca pública, un centro de atención a mujeres maltratadas, un colegio y un parque público.

Con anterioridad, el 23 de noviembre del pasado año, CSIF asegura en otro texto al distrito que uno de los actos vandálicos habituales son daños a las motos particulares de los agentes de la Guàrdia Urbana, que las aparcan cerca de la comisaría en una zona de reserva de estacionamiento. 

En una posterior petición de reunión a Sanz, fechada el 17 de marzo de este año, el secretario de Organización de CSIF y agente de la Guàrdia Urbana, Eugenio Zambrano, afirma que los daños a los vehículos de los policías los causan "intencionadamente residentes del albergue". La mayoría de daños han sido denunciados por via judicial.

SIN VIDEO VIGILANCIA

El sindicato critica que la zona de aparcamiento carece de las medidas de seguridad necesarias, como sistema de videovigilancia, lo que ha provocado que en el momento de presentar las pertinentes reclamaciones, los agentes se han encontrado con que la aseguradora contratada por el Ayuntamiento no se ha querido hacer cargo de los daños. 

CSIF ha reclamado la actualización del seguro contratado para que cubra los citados daños, dotar la zona de aparcamiento de la seguridad necesaria y "colocar un porche o techo protector en la zona de estacionamiento de motocicletas para evitar el impacto por la caída de objetos desde el albergue".

Hace unos días, Metrópoli Abierta informó del arresto, por parte de los Mossos d'Esquadra de dos hombres, de 27 y 45 años por dar una brutal paliza a un tercero lanzándole piedras y golpeándole con palos. Los presuntos culpables fueron detenidos en el metro de Trinitat Nova, donde también agredieron al conductor de un convoy.

Albergue para personas sin techo en Nou Barris / HUGO FERNÁNDEZ

Albergue para personas sin techo en Nou Barris / HUGO FERNÁNDEZ


En el momento del arresto, los hombres llevaban encima una navaja y 10,5 gramos de hachís. Los hombres  son conocidos en el barrio por haber protagonizado otros incidentes y peleas. Según los Mossos, son habituales usuarios de un centro para personas sin techo, donde se sospecha que se dedicaban al trapicheo de hachís en pequeñas dosis para el consumo directo.

SIN ARMAS Y SIN FORMACIÓN

Por otra parte, CSIF lleva meses advirtiendo de los problemas de seguridad que se viven en distintos puntos de Barcelona, principalmente en el Raval, el Port Olímpic y Nou Barris, donde proliferan clanes de la droga y bandas que se enfrentan entre sí por el control de algunos territorios. Zambrano achaca el problema a la pésima gestión del gobierno de Ada Colau y a la falta de efectivos policiales. Según el secretario de Organización de CSIF, las peleas en las calles son cada vez más habituales. Una de las últimas se vivió en el Raval hace apenas una semana, cuando dos hombres se enfrentaron a machetazos a plena luz del día. 

CSIF denuncia también la falta de armas en la Guàrdia Urbana, que carece de subfusiles --que sí disponen otras policías locales y los Mossos-- y armas paralizantes, como las pistolas eléctricas Taser, que serían muy útiles en peleas callejeras para reducir a los atacantes. El PP ha reclamado armar a la Guàrdia Urbana con las pistolas Taser, que descargan 50.000 voltios en el cuerpo de la persona y la paraliza.

El sindicato también pone sobre la mesa la falta de agentes en la Guàrdia Urbana --entre 400 y 900, según las distintas fuentes consultadas-- para ofrecer un buen servicio ciudadano, y critica la carencia de formación permanente de los agentes, tanto en seguridad como en sanidad, entre otros ámbitos.