La entrada del aparcamiento ubicado en la plaza de l'Aire de Barcelona / GOOGLE MAPS

La entrada del aparcamiento ubicado en la plaza de l'Aire de Barcelona / GOOGLE MAPS

Nou Barris

Okupación de plazas y vandalismo en un parking de Trinitat Nova

Los vecinos denuncian desde hace años los ruidos y molestias en un garaje gestionado por el Ayuntamiento de Barcelona

6 septiembre, 2020 00:00

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Un grupo de vecinos de Trinitat Nova ocupan ilegalmente desde hace años decenas de plazas de un aparcamiento de unas viviendas de protección oficial. La salida y entrada de coches de alta gama es habitual. En el interior del recinto se cambian piezas de coches y se hacen "trapicheos", según cuentan el resto de inquilinos, que han denunciado en numerosas ocasiones actos vandálicos y ataques a otros coches. Las amenazas y la pasividad de los regidores del distrito de Nou Barris han enquistado un problema de convivencia en este barrio de Barcelona.

Corría el año 2009 cuando centenares de familias se instalaban en un grupo de edificios de protección oficial alrededor de una zona ajardinada en la plaza de l'Aire, entre la avenida Meridiana y la montaña de Collserola. Muy pocos inquilinos pudieron afrontar el precio de las plazas del aparcamiento que oscila entre los 7.000 y los 10.000 euros. En consecuencia, unas 250 plazas permanecen vacías en la actualidad. Pero un grupo de familias decidieron ocupar ilegalmente decenas de plazas.

VANDALISMO CON EXTINTORES

En uno de estos aparcamientos, en el número 7 de la plaza de l'Aire, la mitad de las 100 plazas aproximadas están ocupadas. El uso de extintores por parte de algunos niños ha llenado en más de una ocasión el lugar y los coches con el polvo blanco destinado a apagar fuegos. Pinchazos de ruedas, botellones en el interior y otros desperfectos en los vehículos han convertido un aparcamiento comunitario en una suerte de espacio okupado por un limitado grupo de vecinos que hacen y deshacen sin respetar a sus vecinos. 

Desde principios de 2020, el parking lo gestiona el Ayuntamiento de Barcelona a través de B:SM, una de sus empresas. Durante unos 10 años lo hizo la compañía privada Recesa. Hace un par de años los vecinos reclamaron la instalación de bolardos en las plazas okupadas. Fueron destrozados a los pocos días.

La Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra han realizado varias visitas al lugar, pero de momento no ha servido de nada, se quejan desde la Asociación de Vecinos de Trinitat Nova. Basándose en el delito de ocupación de inmuebles, los jueces han expresado que se puede condenar por estos delitos como demuestran diferentes sentencias condenatorias a multas de tres a seis meses por ocupar ilegalmente plazas de aparcamiento.

UN TALLER IMPROVISADO

"Pedimos al Ayuntamiento que desatasque la situación y que se de luz verde para alquilar o comprar plazas", reclama Ramon Casas, el presidente de la AAVV. Un alquiler asequible, dice, animaría a los vecinos a hacerse con las plazas y en un futuro podría terminar con el problema. 

En el aparcamiento se han visto modelos de coche Porsche Cayenne y hasta algún Hummer (todoterreno). Son coches exclusivos que contrastan con la renta media de un barrio de clase trabajadora con elevadas tasas de paro. Los incívicos se pasan los mandos del aparcamiento para entrar y salir del recinto. La asociación de vecinos pide al consistorio que sustituya los mandos por tarjetas como ocurre en otros aparcamientos gestionados por B:SM.

UN PROBLEMA ENQUISTADO

Los vecinos denuncian ruidos y coches aparcados en doble fila que dificulta las maniobras al resto de residentes, que en alguna ocasión se han encontrado heces de perro en el interior del estacionamiento. Se desmontan coches y se instalan piezas en una especie de taller improvisado. Otros vecinos, ajenos a estas familias, aprovechan el desgobierno de la situación y aparcan también el coche sin pagar.

Las reuniones con los diferentes regidores del distrito de Nou Barris han caído en saco roto. Los responsables políticos se han pasado la patata caliente unos a otros sin encontrar una solución definitiva. La gruesa carpeta sobre el caso en la mesa de la AAVV es el testigo de un conflicto enquistado.