El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia / EUROPA PRESS

El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia / EUROPA PRESS

Gràcia

Eloi Badia cede una plaza a los okupas de Gràcia

El concejal da un espacio al Casal Tres Lliris contra el que el Ayuntamiento ha emitido orden de cese

20 agosto, 2021 10:13

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La contradicción de Eloi Badia. El concejal de Emergencia Climática ha cedido una plaza a los okupas que tiene que echar. El edil de los comunes ha dado un espacio municipal al Casal Popular Tres Lliris para las Fiestas de Gràcia. Badia lo ha hecho cuando pende sobre el ateneo de Gràcia una orden de cese de actividad del consistorio barcelonés.

Vecinos de la zona han denunciado que los okupas del casal se han instalado en el patio del Espai Jove La Fontana, ubicado en la parada de metro del mismo nombre. Según avanza Crónica Global, los antisistema comenzaron sus actividades el pasado 15 de agosto y las terminarán este sábado.

ESPACIO CEDIDO A TRES LLIRIS

Un portavoz del Ayuntamiento ha confirmado que las actividades de los radicales en las Fiestas de Gràcia “se realizan con licencia, como en los años anteriores”. Sin embargo, la fuente del consistorio no ha revelado quién pide el permiso, ni si esta entidad abona tasas de ocupación de calle o paga impuestos por la venta de alcohol.

¿Cómo está el expediente de cese de actividad? "Sigue su trámite", asegura la misma voz. Cabe recordar que la orden lleva nueve meses en curso y no se ha llevado a cabo. Nada se sabe de ella, salvo que Tres Lliris presentó recurso.

Tres imágenes de la plaza cedida por Eloi Badia a los okupas de Tres Lliris en las Fiestas de Gracia / CG

Tres imágenes de la plaza cedida por Eloi Badia a los okupas de Tres Lliris en las Fiestas de Gracia / CG


ALQUILER "SIMBÓLICO"

La cesión del espacio callejero es el último favor de Badia al colectivo. Anteriormente, el concejal firmó con ellos un contrato de alquiler simbólico del inmueble del Imhab que tomaron a la fuerza. Ocurrió en 2017, dos años después de que los antisistema irrumpieran en el edificio.

El distrito permitió la okupación pese a la escasez de suelo para construir vivienda social, algo que ha forzado al gobierno municipal a comprar edificios en distritos como el Eixample para ampliar el parque protegido. Tras ello, reformó el casal con dinero público y lo cedió a los activistas con escaso control y por un alquiler simbólico que, dice el ayuntamiento, el colectivo siempre ha pagado.