La 'linterna' del Auditori, un elemento singular de la sala de conciertos, está dañada / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

La 'linterna' del Auditori, un elemento singular de la sala de conciertos, está dañada / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

Eixample

La 'linterna' de Moneo, el corazón del Auditori, está enferma

El Ayuntamiento restaurará en 2022 el prisma de la sala de conciertos porque los cristales se rompen

7 agosto, 2021 00:00

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El Ayuntamiento de Barcelona restaurará la linterna del Auditori. Se trata de un elemento arquitectónico singular del equipamiento musical de la calle de Lepant. Los cristales del prisma se rompen y hay desprendimientos. La linterna, situada en el centro del edificio y el lugar en el que queda la mayor parte de la gente que va a la sala de conciertos, se tiene que rehabiltar totalmente y los cristales tendrán que ser sustituidos. El problema se arrastra desde hace más de una década.

El proyecto ha sido aprobado de forma definitiva en comisión de gobierno municipal este julio. El coste de la reparación ascenderá a 1.048.894,39 euros [ver aquí el texto de la comisión del 22 de julio, punto 31]. El objetivo del consistorio es que el contrato se pueda licitar a finales de septiembre con el objetivo de iniciar los trabajos en febrero de 2022. Las obras se prolongarán durante seis meses.

OBRA DEL ARQUITECTO RAFAEL MONEO

Tanto la linterna –recibe este nombre porque se ilumina por la nochecomo el Auditori son obra del arquitecto Rafael Moneo. El edificio fue inaugurado en 1999. Actualmente el prisma, de base cuadrada y 15,25 metros de lado y 21,14 metros de altura, se encuentra cubierto por una malla de cristal para evitar desprendimientos.

Interior de la 'linterna' de Moneo, en el Auditori, con una malla / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

Interior de la 'linterna' de Moneo, en el Auditori, con una malla / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA


La reparación se tiene que ejecutar en "los cierres de cristal que generan la fachada interior y exterior" de la linterna. Está previsto que se reemplacen los materiales que conforman cada una de las clausuras, "para recuperar la imagen original de las fachadas y evitar nuevas roturas y desprendimientos que continúan afectando al deterioro del edificio", dice el Ayuntamiento.

SUSTITUCIÓN DE LOS CRISTALES Y REPINTAR LOS MURALES

Así, los trabajos implican la sustitución de todos los cristales de la linterna. Una vez cambiados se repintarán los dos murales de Pablo Palazuelo (ya fallecido) realizados originalmente sobre las fachadas del prisma. El Auditori es propiedad de las pinturas y dispone de los bocetos, lo que permitirá reproducir de forma exacta los murales. También se mejorará el mantenimiento y el "buen envejecimiento" el singular elemento.

El prisma, abierto por las caras superior e inferior, es muy importante en el Auditori. En cierta manera es el corazón de la sala de conciertos. Más allá de su valor patrimonial y cultural, por su ubicación, funciona como vestíbulo general del edificio desde el que se tiene acceso a todos los espacios del equipamiento musical, que tiene capacidad para unas 2.400 personas.

El Auditori de Barcelona, el edificio en el que se encuentra la 'linterna' de Moneo / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

El Auditori de Barcelona, el edificio en el que se encuentra la 'linterna' de Moneo / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA


CRISTALES ROTOS DESDE 2009

La rotura de cristales de la linterna tuvo lugar por primera vez en 2009, una década después de la inauguración. En mayo de 2010, explicaba El País, se habían roto una quincena. Se descartó que fuera debido a un problema estructural y algunos expertos apuntaron que fuera a una serie de oclusiones de sulfato de níquel que provocaban un vacío que se dilataba hasta hacer explotar los vidrios. Desde el despacho de arquitectura Landem, autores del proyecto de restauración, hablan de "roturas aleatorias" y concretan que se colocarán cristales de seguridad.

En 2019, el Auditori, propiedad del Ayuntamiento y la Generalitat, tenía la intención de sustituir los más de 1.000 cristales para poner fin al problema. Las previsiones de los responsables eran que los trabajos costarían más de 600.000 euros. Sin embargo, esas obras jamás se llevaron a cabo, explican desde Landem. Tras vallar en un primer momento la zona, con posterioridad se optó por poner una malla para evitar la caída de cristales.