Los hermanos, Núria y Jordi Olivella, delante de la tienda de Calzados Sir de la ronda de Sant Antoni

Los hermanos, Núria y Jordi Olivella, delante de la tienda de Calzados Sir de la ronda de Sant Antoni

Eixample

Calzados SIR, salud en los pies

La empresa, con cinco establecimientos en Barcelona, trabaja con zapatos especiales, para pies enfermos o cansados

15 septiembre, 2018 09:49

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Durante los últimos años, algunos comercios con una larga tradición en Barcelona han acabado echando el cierre. Algunos de estos establecimientos, incluso, eran centenarios. Pero ni así se salvaron. La Tintorería Barcelonesa, en el Poblenou; el Bracafé de la calle de Casp, o el restaurante Pitarra, del Gòtic, son algunos de los negocios que han bajado la persiana los últimos meses. En algunos casos, la imposibilidad de pagar el alquiler, la especulación inmobiliaria o, simplemente, la falta de quien se haga carga de la tienda han sido motivos suficientes para acabar con décadas de historia de estos negocios.

En medio de este panorama, hay comerciantes que siguen al frente de negocios pequeños que han pasado de generación en generación y han prosperado sin perder la esencia. En la barcelonesa ronda de Sant Antoni hay una de estas tiendas emblemáticas, que sobrevive al paso del tiempo, la tecnología y las modas. Calzados SIR no es una zapatería al uso. Desde hace 58 años, la familia Olivella-Pujol se dedica a calzar a las personas con problemas en los pies. En Calzados SIR no solo son zapateros, también son ortopedas, y la salud de los pies de los clientes se ha convertido en la prioridad del negocio.

DESDE 1960

Calzados SIR empezó en calle de la Riera Alta, en el barrio del Raval, pero con los años acabó trasladándose a la ronda de Sant Antoni. El negocio lo iniciaron Antonio Olivella y Núria Pujol, los padres de Núria, Jordi y Antoni, que ahora están al frente de las tiendas. La central la mantienen en el barrio de Sant Antoni, pero el buen hacer y la profesionalidad han permitido a esta familia abrir otros cuatro establecimientos en Barcelona: en Comte d'Urgel, 10; Berlín, 2; Gran de Sant Andreu, 165, y Gran de Gràcia, 222. "Mis padres compraron el local de la ronda. Tuvieron ojo. Seguramente, de tener que pagar el alquiler, hubiéramos tenido que cerrar", dice Núria.

Núria y Jordi Olivella, de Calzados SIR / HUGO FERNÁNDEZ

Núria y Jordi Olivella, de Calzados SIR / HUGO FERNÁNDEZ


En Calzados Sir que nadie espere encontrar los zapatos que hay en cualquier otra zapatería, ni siquiera muchas de las marcas de moda. "Trabajamos con zapatos especiales, para pies enfermos o cansados. Nuestras prioridades son la salud de los pies de nuestros clientes y la comodidad", añade Núria. La empresa está especializada "en todo tipo de calzados para plantillas, calzado confort, anchos especiales, calzado para pie diabético y de trabajo", se destaca en la web de Calzados Sir, que ofrece a todos sus clientes asesoramiento personalizado que incluye una visita ortopédica gratuita.

VENTA PERSONALIZADA

La empresa dispone de una web con información del la tienda y catálogos, pero por ahora la familia Olivella-Pujol ha descartado explorar la venta por internet. "El nuestro es un negocio que requiere un trato personalizado. Nosotros empezamos donde acaban las otras zapaterías. Quedan pocos establecimientos como el nuestro en Barcelona". A las personas con pies delicados o con problemas no les vale cualquier zapato. Incluso hay ocasiones que hay que hacer zapatos a medida, aunque en Calzados SiR trabajan con números que van hasta el 44, en el caso de las mujeres, y del 52, para los hombres.

Justo delante de la tienda de Calzados Sir en la ronda de Sant Antoni está la carpa provisional que durante nueve años ocuparon los comerciantes del mercado mientras se hacía la reforma integral del histórico edificio, que ha costado 80 millones de euros. Los vendedores se trasladaron al nuevo equipamiento el pasado mayo, pero cuatro meses después, el edificio de la carpa sigue en medio de calle en desuso y cada vez más deteriorado. "Tras tantos años aquí, la estructura ha acabado siendo un problema", subraya Núria. Los módulos impiden ver, desde hace años, la otra acera de la ronda, y las ventas se han resentido. "Muchos clientes necesitan llegar en vehículos y ahora no es fácil", critica la comerciante.

Núria Olivella, durante la entrevista con Metrópoli Abierta / HUGO FERNÁNDEZ

Núria Olivella, durante la entrevista con Metrópoli Abierta / HUGO FERNÁNDEZ


DELINCUENCIA 

No es el único problema que tiene el barrio de Sant Antoni, colindante con el Raval. Desde hace unos años, y especialmente el último, la zona aparece casi a diario entre los medios de comunicación por la presencia de narcopisos, en los que prolifera la venta de droga, y de toxicómanos en plena calle. Los hurtos, la prostitución y la mendicidad están a la orden del día. "Con Colau, el barrio ha ido a peor. La delincuencia se ha disparado. El comercio se está viendo afectando", concluye.