Pasillo central del mercado de Sant Antoni, que se encuentra en la fase final de su reforma / ÁLVARO VENTURA

Pasillo central del mercado de Sant Antoni, que se encuentra en la fase final de su reforma / ÁLVARO VENTURA

Eixample

BCN limita la apertura de bares y locales de ocio en Sant Antoni

La medida afecta también a restaurantes, locutorios, gimnasios, juegos de azar y negocios de alquiler de vehículos

23 febrero, 2018 14:24

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El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado limitar la apertura de nuevos negocios vinculados con la actividad turística en el barrio de Sant Antoni. Sobre el terreno esto se traducirá en que queda prohibido abrir nuevos bares o restaurantes, tiendas con degustación, autoservicios, bodegas, locales musicales y negocios de alquiler de bicicletas. El plan de usos, como se conoce la limitación de un determinado tipos de negocios en una zona, afectará también a meublés, locutorios, gimnasios y locales de juegos de azar.

La prohibición de abrir estos negocios se aplicará en todo el barrio a excepción de las fincas con fachada en la avenida del Paral·lel y a la Gran Via, puntos que están regulados por otras normativas, con excepción de las islas de las calles del Parlament y de Viladomat

La medida busca evitar la expulsión de determinados establecimientos de proximidad y garantizar el equilibrio de la oferta ante la puesta en marcha del renovado mercado de Sant Antoni en mayo. Recientemente, el Ayuntamiento ha realizado un recuento de los negocios del barrio y ha detectado que en Sant Antoni hay 589 locales de pública concurrencia, de los que 445 son de restauración.

SUSPENSIÓN DE LICENCIAS

Hace un año, el gobierno de Ada Colau ya suspendió la concesión de nuevas licencias de los negocios citados en nueve islas del barrio. Ahora, con la aprobación inicial, el consitorio da un paso más y el plan de usos afectará a casi la totalidad de la zona. La medida ha superado la aprobación inicial. Ahora se debe abrir un periodo de alegaciones. Para su puesta en marcha, el plan de usos de Sant Antoni deberá ser ratificado por el pleno municipal. Fuentes municipales aseguran que la prohibición entrará en vigor este mandato. 

El plan de usos que se pondrá en marcha prohibirá la apertura de nuevos negocios según la naturaleza del establecimiento, la anchura de la calles, la distancia entre locales del mismo tipo y la densidad en un radio determinado. Así, por ejemplo, no se podrá abrir un bar o un restaurante si hay otros cinco en un radio de 50 metros. Tampoco se podrán montar estos establecimientos si en un radio de 100 metros hay 15 negocios parecidos. La medida afecta también a horchaterías, heladerías y tiendas de platos preparados. Los planes municipales se pueden consultar al detalle aquí.

Zona delimitada del barrio de Sant Antoni afectada por el plan de usos / AJUNTAMENT DE BCN

Zona delimitada del barrio de Sant Antoni afectada por el plan de usos / AJUNTAMENT DE BCN


Las establecimientos de actividades musicales no podrán levantar la persina si hay otro a menos de 400 metros lineales, y en función del ancho de la calle, al igual que los supermercados de más de 150 metros cuadrados. Por su parte, los gimnasios y los locutorios estarán prohibidos si hay otro en 200 metros. Y los locales destinados a alquiler y venta de vehículos y otros artefactos de movilidad personal que no sean motos no podrán abrir si hay otro a menos de 200 metros lineales.

Finalmente, los locales de exhibición sexual, material pornográfico y los locales de prostitución quedan regulados por la Ordenanza de locales de pública concurrencia en lo que hace referencia a las distancias mínimas de centros docentes, hospitales y edificios públicos. En estos casos, la distancia mínima es de 200 metros.

La saturación comercial no es el único problema que afecta a Sant Antoni, un barrio de moda en la ciudad. Recientemente, la plataforma Fem Sant Antoni alertó que a 3.500 vecinos se les acaba el contrato de alquiler en tres años y que se pueden encontrar con que son expulsados ante la imposibilidad de que no pueden pagar los nuevos precios que les impongan los propietarios de los pisos.