Una mujer fotografía plantas con su teléfono móvil como una de las 'plantfluencers' de moda / PXHERE

Una mujer fotografía plantas con su teléfono móvil como una de las 'plantfluencers' de moda / PXHERE

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'Plantfluencers': la moda victoriana que arrasa y ya ha llegado a Barcelona

El confinamiento hizo aumentar el interés por las plantas de interior, también en las redes sociales, donde viven un auténtico 'boom'

9 enero, 2022 00:00

Un centenar de plantas tiene en su casa Andrea Mejías, conocida en redes sociales como Plantropica. Comenzó su colección en 2017, cuando se mudó a Barcelona desde su Venezuela natal, y desde entonces se ha convertido en toda una plantfluencer, con un blog y un perfil de Instagram dedicados al mundo vegetal.

"El confinamiento fue un antes y un después. He notado que ha aumentado el interés de la gente", explica en conversación con BMagazine. Y es que al verse obligados a encerrarse entre las paredes de un pequeño piso en la ciudad, fueron muchos los que encontraron una pequeña vía de escape llenando de verde su hogar. La Universidad de Sevilla hizo un estudio al respecto, y extrajo las siguientes conclusiones: tener plantas en casa influyó positivamente en el estado emocional de aquellos que participaron en la investigación y las restricciones anticovid los llevaron a una mayor dedicación en el cuidado de las mismas.

Andrea Mejías, conocida como Plantropica en redes sociales, posa con una planta para Instagram / ANDREA MEJÍAS

Andrea Mejías, conocida como Plantropica en redes sociales, posa con una planta para Instagram / ANDREA MEJÍAS

Prueba de este interés creciente, el sorteo de dos plantas al mes durante toda la vida que organizó la startup Monstera en abril de 2021 y al que se apuntaron cientos de miles de personas en cuestión de días. Una de las cinco ganadoras fue Carol Gialo, que desde entonces ha recibido ya 16 plantas en casa. Le llegan entre los días 7 y 15 de cada mes a su piso del barrio de la Sagrada Família, y asegura a este diario que ni siquiera ha pensado en regalar ninguna porque las quiere todas para ella. "Me encantan. Las tengo en el salón, en la habitación... Si tuviese que repartir, ya lo decidiría en un futuro, cuando mi casa esté tan verde que no pueda meter ni una más", ríe.

UNA TRADICIÓN CON ORIGEN EN LA GRAN BRETAÑA DEL SIGLO XIX

Unas conclusiones, las del interés creciente por las plantas, que también ha extraído Andrea a través de su perfil de Instagram, abierto dos años antes de la pandemia. "En este tiempo he tenido la suerte de ver cómo las personas han sentido una mayor inquietud por pasar más tiempo entre la naturaleza, llevando plantas a casa", relata. "Como seres humanos, somos parte del ecosistema. Y la desconexión tan dura que supuso el confinamiento, nos hizo detenernos y darnos cuenta de cuánto necesitamos rodearnos de plantas. Aunque algunos ya veníamos diciéndolo desde antes. Con un estilo de vida tan acelerado en la ciudad, viviendo en una jungla de cemento, una buena forma de contrarrestar esto es llevar la naturaleza a nuestras casas", expresa.

Surgido en EE.UU. hace ya más de un lustro, el movimiento plantlover bebe de la tradición victoriana por el cuidado de las plantas de interior. En el siglo XIX, eran las clases adineradas británicas las que comenzaron a coleccionar plantas exóticas. Enviaban a los botánicos a recorrer el mundo en búsqueda de nuevas especies, que luego llevaban a sus casas y conservaban en majestuosos invernaderos de cristal.

DEL #MONSTERAMONDAY A LOS 'PLANT SWAPS': CÓMO SER UN VERDADERO 'PLANTLOVER'

Como toda tendencia que aflora en las redes sociales, tiene su propio vocabulario para usar en internet. Como el #MontseraMonday, el hashtag más popular entre los plantfluencers para "una de las plantas más instagrameables" –en palabras de Andrea–, la Monstera deliciosa. "Es tradición compartir una foto de esta planta cada lunes", apunta. O los plant swaps, los eventos de intercambio de plantas y esquejes entre coleccionistas. Ella misma los organiza periódicamente, bajo el nombre de Plant Swap Bar, en los establecimientos y punto de encuentro habituales, como el Studio Topic de la plaza de Gal·la Placídia, 14.

Imagen del Plant Swap Bar, el intercambio de plantas organizado por Plantropica / ANDREA MEJÍAS

Imagen del Plant Swap Bar, el intercambio de plantas organizado por Plantropica / ANDREA MEJÍAS

DECORACIÓN DE INTERIORES

Regentado por Jeanette Ramírez y su madre Montserrat Morillo, abrió el viernes 13 de marzo de 2020, pocas horas antes del confinamiento decretado por el Gobierno para contener el avance del Covid-19 en España. "Quedaron todas las plantas en la tienda, desatendidas. Pudimos regresar por primera vez después de tres semanas. Pensaba que estarían muertas, pero cuál fue mi sorpresa al ver que todas las que podían florecer lo habían hecho", recuerda Montse. Tras el cierre general debido a la pandemia, finalmente el local fue inaugurado en mayo.

Paisajista de profesión, Jeanette combina arte y jardinería para sus proyectos artísticos de decoración de interiores. "Uso las plantas como material de inspiración. También tengo estudios en inteligencia de las plantas, su capacidad de aprender...", detalla en conversación con este diario. En los últimos meses se ha encargado de la decoración con plantas del restaurante Honest Greens de plaza Catalunya, entre otros.

Studio Topic, con Montserrat Morillo atendiendo a un cliente / DAVID GORMAN

Studio Topic, con Montserrat Morillo atendiendo a un cliente / DAVID GORMAN

FURTIVOS DE PLANTAS: LAS VENDEN EN EL MERCADO NEGRO

Mientras el movimiento plantlover predica una nueva aproximación a la naturaleza y aprender a apreciarla, desde que estalló este fenómeno han aumentado también las investigaciones por tráfico internacional de plantas. Especies exóticas que crecen en países en vías de desarrollo, se extraen y luego se venden, por grandes sumas de dinero, en el mercado negro en Occidente. Un ejemplo de esto es la operación de los carabinieri, la policía italiana, en febrero de 2020, por la que descubrieron miles de cactus –considerados de especies raras– robados de los desiertos de Chile y que se iban a ofertar en el país transalpino por más de 1,2 millones de euros en total.

"Los furtivos están saqueando algunas zonas únicas del planeta y las están vaciando de plantas", lamenta Andrea. Por este motivo, advierte: "Es genial el creciente interés por el mundo vegetal, pero tenemos que ser responsables. Recomiendo comprar en lugares conocidos y con una buena reputación. Si hay algo sospechoso, mejor evitarlo y no realizar la compra. Ayudemos también a salvar los ecosistemas".