La marcha con el lema 'Volem acollir' inunda Barcelona / EFE

La marcha con el lema 'Volem acollir' inunda Barcelona / EFE

El pulso de la ciudad

Barcelona logra la mayor marcha por los refugiados de Europa

La Guàrdia Urbana cifra en 160.000 los asistentes a la manifestación mientras que los organizadores hablan de 300.000 participantes

18 febrero, 2017 20:00

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Barcelona ha vuelto a demostrar que quiere ser una ciudad de acogida. Y lo ha hecho con la manifestación por los refugiados más multitudinaria de toda Europa. Pese al baile de cifras, 160.000 asistentes según la Guàrdia Urbana frente a los 300.000 que cuentan los organizadores, ambos escenarios convierten la movilización de la capital catalana en el mayor clamor para poner fin a la pasividad de los gobiernos.

A las cuatro de la tarde, una marea azul ya empezaba a desbordar los límites de plaça Urquinaona y auguraba el éxito de la protesta. Pequeños y mayores desfilaban por Vía Laietena al grito de ‘Obrim les fronteres’.

La transversalidad de la marcha ha dejado estampas de solidaridad conmovedoras. Niños sujetando carteles donde recordaban que su Europa "también es la casa de las personas refugiadas” o mostrando dibujos plagados de esperanza que dedicaban a los que sufren las atrocidades de la guerra. Y junto a ellos, esa generación de inmigrantes que se desplazaron a Barcelona para labrarse un futuro digno. Lo mismo que ahora reclaman para los que aguardan a las puertas de Europa.

Al llegar al mar, donde ha finalizado la marcha, la Fura dels Baus ha recreado una escena demasiado usual en las costas del Mediterráneo. Los actores se han lanzado al mar desde una lancha de la ONG Proactiva Open Arms y han simulado las condiciones en las que miles de personas llegan a Europa. Después de la escenificación, activistas, organizadores y dos refugiadas que actualmente residen en Barcelona se han dirigido a los asistentes para agradecer su presencia.

Entre ellos, Ruben Wagensberg, coordinador junto a Lara Costafreda de la plataforma 'Casa nostra, casa vostra', que se ha mostrado “enormemente orgulloso” de la respuesta masiva de los barceloneses y ha calificado la protesta como una interpelación directa a las instituciones para que dejer de ser cómplices de la crisis migratoria. Y mientras en el Passeig Marítim la multitud aplaudía el éxito de una marcha que finalizaba, la cola de la marea seguía aún en plaza Urquinaona.

Hasta el momento, la manifestación para exigir la apertura de fronteras más concurrida había sido la de Copenhague (Dinamarca) en septiembre de 2015 a la que asistieron unas 30 000 personas, según estimaciones oficiales. Una cifra muy alejada de la que ha dejado hoy Barcelona.